Por Federico Pinales
La policía norteamericana tiene juegos pesados.
Cuando se trata de aplicar la ley, “no coje corte “, como dicen los dominicanos en su lenguaje callejero.
Si te sorprenden tomándote una cerveza manejando, ese jueguito te puede costar cerca de 10 mil dólares, un par de días preso, varios viajes a las cortes y un récord por manejar bajo los efectos del alcohol.
Lo mismo sucede con los viajeros por avión, que acostumbran a llevar en sus maletas algunos objetos prohibidos, aparentemente inofensivos, pero que las autoridades de seguridad portuarias consideran peligrosos.
Antes, cuando el personal de seguridad detectaba cualquier objeto prohibido, te lo incautaban y lo votaban. Si era de mucho valor, a veces te daban la oportunidad de devolverte y enviarlo con algún familiar o amigo a tu casa.
Ahora las cosas han cambiado. Han aumentado las restricciones y además de incautarse algunas propiedades, te arrestan, te investigan por un período de cuatro a cinco horas, encerrado en solitario.
Si tienes la suerte de tener un récord limpio,
te dan un ticket, con el compromiso de presentarse antes de 15 días ante un juez de una corte criminal, acompañado de un abogado, al cual tendrá que pagarle un mínimo de $2,500.00 dólares, solo para empezar el caso.
En el peor de los casos te pueden devolver del aeropuerto. Esto es en Nueva York.
Si tienes antecedentes penales el caso se te puede complicar, ir preso, pagar fianza y los gastos legales pueden aumentar considerablemente.
Si no te presentas a la corte dentro del plazo que te dio la policía al momento de entregarte el ticket, entonces van a tu casa o a donde te encuentres, te arrestan y se te puede complicar la situación.
Así es que “guerra avisada no mata soldados y si los mata es por descuidados”.
Mucha gente conoce esas reglas y aun así siguen transportando cosas prohibidas, dentro de las maletas que envían por las correas.
Otras sencillamente lo hacen por desconocimiento.
Algunas han tenido suerte de que no los hayan descubierto, pero a otras no les ha ido tan bien y han tenido que pasar la soberana vergüenza de salir esposadas de la zona de control de seguridad de algunos aeropuertos.
Evítese esos inconvenientes informándose bien, antes de intentar abordar un avión con destino a los Estados Unidos, especialmente a Nueva York; donde las leyes son más estrictas con algunas cosas.
