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viernes, mayo 9, 2025
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Estados Unidos: Del sueño a la realidad

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Por Evelyn Irizarri Santos

NUEVA YORK, Estados Unidos.– Las personas han escuchado hablar del sueño americano desde que Estados Unidos se convirtió en la principal potencia mundial.

Hoy en día, ese posicionamiento ha cambiado, pero sigue siendo una de las naciones más admiradas y el destino anhelado por millones de personas en el mundo.

Si existe una marcada diferencia entre sueño y realidad, es precisamente porque lo que uno sueña, con frecuencia, es lo que se desea, lo que se espera lograr. Aquello por lo que daríamos todo.

La realidad, en cambio, es el suelo que pisamos, el día a día que enfrentamos, los problemas cotidianos, lo que nos preocupa, lo que nos motiva a levantarnos de la cama y salir a enfrentar los retos de cada jornada.

Así de distinto es el sueño americano de la realidad de vivir en cualquier ciudad de los Estados Unidos.

Ventajas

Es innegable que la educación, la salud y la alimentación —en especial cuando se trata de las primeras etapas de la vida— están garantizadas, sin importar el estatus migratorio, a pesar de Trump. Esto representa importantes ventajas para aventurarse y fijar residencia en el país.

La asistencia social es uno de los pilares en cada estado de la unión, así como la protección a la vida y la propiedad.

El acceso a múltiples programas que benefician a las familias, los envejecientes, los estudiantes, los enfermos y los discapacitados constituye un atractivo y un gran alivio en medio de las muchas otras preocupaciones.

Programas de alimentos

En los Estados Unidos, en casi todos los estados, las familias con bajos recursos económicos reciben cupones de alimentos o Food Stamps. El monto dependerá del total de ingresos mensuales y del número de miembros de la familia.

Este programa beneficia a millones de familias de bajos ingresos y a personas independientes, cuyo salario las deja en nivel de pobreza y necesitan completar el gasto del mes.

WIC

Es el programa Women, Infants, Children (WIC), de nutrición para mujeres, bebés y niños de hasta 5 años. A través de este programa, las mujeres embarazadas y sus hijos —desde el nacimiento hasta los cinco años— reciben alimentos saludables, educación y consejos sobre cómo proporcionarse y proporcionar a sus hijos una nutrición adecuada. Las madres también reciben orientación y apoyo en la lactancia.

Las familias que acceden a este programa reciben una tarjeta con la cual pueden adquirir, en establecimientos comerciales, leche, queso, yogurt, cereales, frutas y vegetales.

En la educación

En las escuelas de ciudades como Nueva York, los niños, aun sin estatus migratorio regularizado, tienen derecho a asistir a la escuela con transporte escolar y desayuno gratuitos.

Además, los distritos escolares disponen de múltiples programas de apoyo en caso de que los niños tengan alguna necesidad especial de aprendizaje, requieran apoyo emocional o deban tratar alguna condición relacionada con la conducta o la salud mental. Estas facilidades se extienden a la educación intermedia y secundaria.

Educación superior

A nivel de educación superior, los estudiantes tienen acceso a ayuda financiera y préstamos educativos.

La oficina de ayuda financiera del Departamento de Educación ofrece apoyo económico para que los estadounidenses de escasos recursos puedan pagar la universidad.

Si esta ayuda no cubre el costo total del semestre, el estudiante tiene la opción de solicitar un préstamo educativo, que comenzará a pagar seis meses después de haber abandonado la escuela o concluido sus estudios.

La salud

Programas como Medicaid y Medicare ponen al alcance de las personas tratamientos médicos que serían imposibles de costear incluso con un salario elevado. La salud pública es de altísima calidad y, en la mayoría de los casos, está cubierta por el Estado.

Pacientes sometidos a los procedimientos más complejos reciben tratamientos avanzados sin tener que pagarlos.

Por otro lado…

Cuando las personas buscan bienestar, solvencia económica y construir un futuro para sus hijos y para sí mismas, se enfrentan a una realidad muy diferente.

Para aquellos que no solicitan las ayudas gubernamentales, la situación se torna muy difícil y complicada.

La idea de un solo empleo es una utopía. Nadie puede vivir bien con un solo ingreso. Para cubrir los gastos, pagar las mensualidades del carro, una casa, el seguro de vivienda y automóviles —sin mencionar el seguro médico, los alimentos y la educación superior de uno o dos hijos— se requiere un segundo ingreso.

Ahorrar para el mañana, pensando en regresar al país de origen, conlleva un gran sacrificio: trabajar sin descanso, de lunes a lunes, sin días feriados.

La prisa, el corre-corre de un trabajo a otro, con apenas minutos entre turnos, va transformando a las personas, alejándolas de sus seres queridos y dejándolas sin tiempo ni para una simple llamada.

El destino ideal

Aun en medio de la cruda realidad, Nueva York sigue siendo el destino ideal para millones de personas que no tienen idea de lo difícil que es adaptarse a una vida diametralmente opuesta a la que se vive en los países de Latinoamérica.

Así será por mucho tiempo.

Cada vez más personas arriesgan sus vidas por llegar a Norteamérica a través de los lugares más peligrosos, exponiendo a sus hijos menores no solo a los múltiples peligros de la frontera —donde convergen la maldad humana y las inclemencias de la naturaleza—, sino también a una situación de ilegalidad que, como ahora, los hace vivir con la incertidumbre y la angustia indescriptible de ser detenidos, apresados y deportados.

Todo lo que se dice y se habla del sueño americano es muy bello.

Lo duro es despertar a la triste realidad.

Evelyn Irrizari
Evelyn Irrizari
Evelyn Irizarri Santos es periodista, con experiencia en televisión, medios digitales y prensa. Es, además, abogada y educadora.

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