Por Federico Pinales
El asunto está complicado y feo.
Lo agudizó la provocadora invitación a Pompeo,
exhibido por los Jochy Gómez como un trofeo.
A modo de mensaje subliminal para que nadie intente ponerle un “deo”.
Dice la leyenda popular que cuando “se pelean las comadres se descubren los compadres”.
Esa frase le aplica a los sectores poderosos escondidos detrás del resonado caso del INTRANT, cuyos tentáculos han ido aflorando,
a medida que el caso se ha ido complicando,
con el señalamiento de algunos altos mandos,
que responden a los diferentes bandos,
que desde hace tiempo del pueblo se vienen burlando,
haciéndole creer que las cosas están cambiando.
Mientras en vulgares componendas a los ciudadanos viven espiando,
Y al Estado siguen desfalcando.
Al parecer, Hugo Beras y Jochy Gómez son dos “chivitos jartos de Jobo”,
dentro del esquema del robo.
El primer grupo de arrestados y algunos de los que esperan sus aprensiones,
están produciendo declaraciones,
que, a determinados políticos, empresarios y funcionarios les están provocando preocupaciones,
debido a sus serias implicaciones,
en el tema de los contratos y los misteriosos apagones,
dirigidos y ejecutados por poderosos escuadrones.
Para arrodillar a determinados jorocones,
contra los cuales se están instrumentado serias acusaciones,
que, en un raro meneo,
intentaron evitar con la presencia de Pompeo.
El ex director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Los Estados Unidos de América, antes del ascenso al poder de Donald Trump, de quien también fue secretario de Estado y desde cuya posición le “bajó línea a Danilo Medina para que no se reeligiera”.