Por Melton Pineda
Una mañana cumplía con la labor de comentarista del programa El Sol de la mañana, y la recepcionista del espacio radial me llama por la extensión interna y me informa que un joven me busca, que si puedo atenderlo.
Le pregunto que de quién se trataba y dice que tiene urgencia en hablar conmigo. Le digo que espere, que voy a salir.
“- ¿Cómo está joven”, -le digo y de qué se trata? Me dice que si podemos hablar solos.
Le dijo que no hay problemas. Él estaba un tanto nervioso, y de camino me dice: “Yo soy sicario y quiero hablar con usted”.
Me puse en alerta, le hice un “allanamiento visual” para saber si estaba armado y noté que no.
Me senté a su lado, muy cerca, para tenerlo controlado, y empezó a hablar de las razones que lo habían llevado a la estación radial.
El joven, que dijo ser colombiano, sacó de los bolsillos un papel con un listado de 9 o 12 personas que él y otros tres iban a ejecutar en República Dominicana y que luego pasarían a esa misma misión a Haití.
Le pregunto si podía revelar los nombres de las primeras y potenciales víctimas.
No recuerdo bien, pero el tercero a ser ejecutado sería el ingeniero Miguel Vargas Maldonado, el cuarto era yo y el quinto Víctor Gómez Casanova.
Le pedí un permiso al sicario y pasé a la cabina de transmisión del programa y llamé a Víctor Gómez Casanova, que había terminado su comentario.
Le dije: “-Víctor, tengo allí en el estudio fuera de servicio a un joven de baja estatura, colombiano, que dice que vino al país a una misión” y le conté lo que me había dicho, y le dice que “tu está en la lista y eres el número 5 de los que van a matar”.
Víctor me dijo: “Ese es un baboso, vamos a hablar con él”.
Llegamos, y Víctor le preguntó, y cuál número soy yo. El sicario le dijo: “oh, el número cinco”.
De inmediato prosiguió con la lista de las personas…
Tomó una Lap Top y la abrió, y comenzó a señalar encuentros que había tenido con algunas personas y un video bastante comprometedor, de una propuesta de ejecución de algunas personas por asuntos pasionales.
Se escuchaba en el video que mencionaba a personalidades del país, y el plan a ejecutar, pero sin dar mayores detalles
Al ver la importancia del video, y que el mismo estaba muy entretenido con sus imágenes, le hice seña a Víctor, indicándole que le voy a brincar para quitarle la Lap Top.
Víctor me devolvió una seña con el dedo índice diciéndome que no. Y aunque era mi impulso, no lo hice.
Nos dijo: “yo quiero que ustedes me hagan llegar donde el ingeniero Miguel Vargas Maldonado”. Y ahí notamos que lo que deseaba era chantajear.
Le prometimos que cuando terminara el programa continuaríamos hablando.
Víctor le preguntó que si él andaba solo y dijo que debajo del edificio de la emisora, estaban dos personas más esperándolo y que tenían que llegar en dos días a Haití a realizar otro “trabajo”.
El sicario prometió que volvería al otro día, porque en 20 minutos tendría otra reunión con unas personas que no especificó.
Quedamos en eso y desde que entramos a la cabina de El Sol de la Mañana enteramos a nuestros compañeros de la situación que estábamos confrontando.
De inmediato, decidimos llamar a la Policía y enterarla del caso. Llamamos a Vargas y nos recomendó que hiciéramos la denuncia cuando antes.
Así lo hicimos y a pocos minutos llegaron decenas de agentes de la Policía Nacional. Rodearon el edificio y subieron al octavo piso donde se transmitía el programa.
Nos investigaron, la emisora entregó los videos de las cámaras internas e interrogaron a la recepcionista de turno que había recibido al “sicario”.
Las autoridades reforzaron la seguridad del edificio y al parecer los supuestos o reales sicarios desaparecieron del lugar, y por el escándalo no volvieron como había dicho el individuo.
Me parece que ese dupuesto o real sicario solo Queria surtir UN golpe de efecto para chantagear.