Por Evely Irizarri Santos
NUEVA YORK, Estados Unidos. – Los estadounidenses decidieron dar una segunda oportunidad al expresidente Donald Trump. Regresa, cuatro años después, con un discurso más o menos igual al que le dio la victoria en 2016 y que fuera causa de su derrota en 2020. Regresa también imponiendo nuevas marcas en la carrera por el poder en Estados Unidos.
Contra viento y marea
Tan pronto como fue derrotado en el 2020, la vida de Donald Trump se vio sacudida por una ola de acusaciones, tanto de índole político como personal. Fue condenado por soborno, y aun tiene que responder a otras acusaciones.
Se trata de una persona que llega a la presidencia después de haber sido condenado por cargos criminales.
En su intento por llegar de nuevo a la Casa Blanca, fue objeto de dos atentados contra su vida, en el primero de ellos fue alcanzado por un disparo. Todo eso marcó una campaña política totalmente inusual en el país.
Nunca visto
Es la primera vez que un presidente sucederá al mismo presidente que lo reemplazó. También es la primera vez en más de tres décadas que un republicano gana el voto electoral y el popular. Es, además, el primer republicano en ganar el voto popular en los últimos 20 años.
Es el primero en 100 años en regresar después de cuatro años fuera del gobierno.
Los demócratas
Ahora los demócratas deben revisarse, pues en un siglo, es la votación más baja conseguida por un candidato demócrata. Una gran preocupación es la pérdida del voto latino. Es que Trump obtuvo 45 por ciento del total del voto de los latinos. Los resultados son, a juicio de los analistas, una muestra de que los latinos pusieron el factor económico por encima de la retórica.
Aún los demócratas conservan el voto de las mujeres y los jóvenes, pero en menor proporción que en elecciones anteriores.
La Cámara
Todo indica que los republicanos se adueñaron de la Cámara de Representantes, donde para contar con la mayoría, un partido debe tener con al menos 218 curules.
El Senado
Los republicanos consiguieron 52 escaños, despojaron a los demócratas de tres sillas. De esta manera, este partido retoma, después de cuatro años, el control de la cámara alta.
Poder absoluto
El triunfo de Trump no llega solo. Los republicanos ahora son mayoría en el Senado y en la Cámara de Representantes, y por si no fuera suficiente, también cuentan con el apoyo de la Corte Suprema de Justicia, de mayoría conservadora.
Todo esto hace suponer que a Trump le resultará muy fácil pasar las proyectos de leyes con un congreso favorable.
Los Estados péndulos
Desde el comienzo de la campaña, la mayor esperanza de los candidatos de obtener la victoria se centró en siete estados pendulares, esos que suelen votar coyunturalmente, y así fue. Después que las proyecciones daban el triunfo a Trump en Estados como Pensylvania, Carolina del Norte y Georgia, no había vuelta atrás. Y para reafirmar su triunfo, también ganó en Michigan, Wisconsin. A la hora de redactar este artículo, Trump aventajaba a Harris en Arizona y Nevada. Estos siete estados pendulares suman 93 votos electorales en total. Una cifra que definitivamente lo cambió todo.
Arizona, 11 votos
Pensylvania 19 votos
Georgia, 16
Carolina del Norte, 16
Michigan, 15
Wisconsin 10 y
Nevada 6
Discurso de victoria
En su primera aparición después de las votaciones, desde West Palm Beach, donde lo esperaban cientos de seguidores, el presidente electo, comenzó asegurando que iniciará una verdadera "era dorada para los Estados Unidos". Ante una multitud que le aplaudía delirante, el republicano afirmó: "Hoy es el día que Estados Unidos recupera el control del país".
En su esperada intervención, confirmó que Robert Kennedy Jr. será ministro de Salud, cuando dijo que él (Kennedy) haría a América saludable de nuevo.
El tema migratorio, pilar de su campaña, no podía quedar fuera y aunque no mencionó el término de deportación, lo dejó entrever cuando expresó: "Quiero que la gente venga, pero de manera legal".
El presidente número 47 reiteró su plan de frontera segura. Prometió un ejército poderoso pero que "no tengamos que usarlo. No iniciaré guerras, las voy a detener".
Aseguró que hará a los Estados Unidos más grande, más rico y fuerte de lo que nunca ha sido. "Este es un trabajo enorme, el más importante del mundo".
Señaló el lema de su presidencia, el cual será: "Promesas hechas, promesas cumplidas".
El presidente electo dijo que este es el momento de la unidad y de dejar atrás las diferencias.
Tras afirmar que "El éxito nos va a unir", concluyó con una promesa: "No los voy a decepcionar".