Por Santo Salvador Cuevas
En la América precolombina, los pobladores primarios desarrollaron un modo de producción basado en la socialización y la división del trabajo: Unos se dedicaban a la siembra, la cosecha, recolección de frutas y el ordeño; mientras los otros asumían la caza y la pesca.
Los cazadores y pescadores intercambiaban sus presas con los cultivadores de productos agrícolas, acción conocida como trueque.
Los asuntos de la guerra eran asumidos de manera natural entre mujeres y hombres, existían regiones y zonas en donde el mando militar era asumido por los hombres, pero en otros lugares el mando militar recaía sobre las mujeres, que lo ejercían con toda la rigurosidad y la autoridad necesaria para preservar la seguridad de los habitantes de su territorio.
Así mismo, hubo regiones enteras en dónde gobernaban las mujeres. Ese era el caso en Quisqueya, con el dominio que ejercía en toda la montaña del Bahoruco y parte de San Juan y Haití, la cacique Anacaona.
De manera tal que hasta en 1492 el patriarcado no se había impuesto de manera total sobre estas tierras, sino que en verdad hubo regiones donde se impuso el patriarcado o dominio de los hombres sobre las mujeres tras la presencia extranjera.
Con la llegada de los europeos, estos observan con mucha sorpresa el hecho de que en varios puntos, el liderazgo lo ejercían mujeres, lo que chocaba con los valores de la sociedad feudal imperante en toda Europa.
Ese machismo del hombre blanco alimentado por la creencia y avasallamiento de una religión machista, en donde nunca hasta el día de hoy ha existido el más mínimo espacio para las mujeres.
Con la conquista de estas tierras y llegada del genovés Cristóbal Colón, la cultura patriarcal se impuso a sangre y fuego sobre toda esta región a la que ellos denominaron América.
Sobre la isla de Santo Domingo se colocó como gobernador a Nicolás de Ovando, quien era hombre y no mujer. Este matón no tuvo piedad ni siquiera con la cacique Anacaona, a quien apresó en su territorio de Jaragua, trasladó prisionera hasta Santo Domingo y la ahorcó bajo las llamas que la calcinaron.
Se iniciaba así sobre estos territorios el poder patriarcal, y desde entonces durante más de 500 años las mujeres han estado relegadas y subordinadas a cuestiones hogareñas impuestas por la misma sociedad, con los mismos patrones que se reproducen en el tiempo desde el seno de la misma familia y los centros educativos en donde a los niños y niñas se le va domesticando sobre el papel para el que han sido predestinados los hombres y las mujeres.
Es así, incluso después de la independencia de los pueblos de América, que dejaron atrás las colonias, es decir, en más de 200 años de Independencia Nacional, no se han podido superar esos valores dominantes del patriarcado.
En más de 200 años y en 33 naciones que constituyen el continente americano, solo 13 mujeres a lo largo de la historia han logrado romper los estereotipos y valores del machismo.
Citamos los nombres y países en dónde esas mujeres ejercieron como presidentes de la República:
- Violeta Barrios de Chamorro, en Nicaragua 1990-1997. 2. Rosalía Arteaga, Ecuador, 1997-1992 duró 2 días después que el presidente Abdalá Buscarán fuera destruido. 3. Mireya Moscoso en Panamá, 1999-2004. 4. Laura Chinchilla, en Costa Rica, 2010-2014. 5. Michelle Bachelet, Chile 2006-2010 y 2014-2018. 6. Jeanine Añez, Bolivia, 1919-2020. 7. Cristina Fernández de Kirchner, Argentina, 2007-2015. 8. Delma Rousseff, Brasil, 2011-2016. 9. María Estela Martínez de Perón, Argentina, 1976-1976. 10. Lidia Guiler Tejada, Bolivia, 1979-1980. 11. Esther Pascal Trouillot, Haití, 1990-1991, primera mujer afrodescendiente en todo el Continente. 12. Dina Baluarte, Perú, 2022, sustituye al derrocado por el Congreso, profesor Pedro Castillo. Y 13. Claudia Sheinbaum, México, 2024.
Fíjese el tiempo de más de 500 años de las colonias y en más de 200 años del Grito de Independencia Nacional, en 33 Naciones que integran la América Latina, solo 13 mujeres han sido presidente de la República en sus respectivos países.
El fenómeno del Movimiento MORENA y Claudia Sheinbaum, por su connotación y por su impacto en América y el mundo, amerita que dediquemos en lo adelante unas cuantas algunas reflexiones al asunto, pues este acontecimiento se va a expandir por todo el continente, toda vez que le ha dado un duro golpe a esa cultura opresiva del patriarcado.
