Lito Santana
Cuando la Dirección General de Pasaportes anunció que trasladaría sus oficinas principales al ensanche Naco, lo hizo con tanta contundencia que se veía como un hecho irreversible. Sus argumentos parecían tan justificados y bien sustentados que daban la sensación de que se recogían los motetes en la avenida George Washington para llevarlos al corazón de la ciudad, es decir, a la avenida Roberto Pastoriza 253, em pleno Polígono Central del Distrito Nacional.
Pero los sabios de esta dependencia gubernamental no contaron con el poder de los residentes en esta zona, que, aunque se agrupan en una “Junta de Vecinos”, no es lo mismo en un barrio cualquiera que en este poderoso sector donde habita la clase media alta.
“La transición hacia el Pasaporte Electrónico requiere una sede con tecnología avanzada, medidas de seguridad más estrictas y un espacio diseñado para estos nuevos procesos. Nuestra sede actual simplemente no cumple con estos requisitos. El Pasaporte Electrónico demanda una bóveda con los estándares necesarios para la custodia de los pasaportes en proceso y otros elementos tecnológicos que no pueden instalarse en nuestra ubicación actual. La nueva sede nos permite reforzar la seguridad y garantizar un servicio más confiable”, reafirmaban las autoridades que sostenían esta idea, definida como una aberración por los ciudadanos de ese sector.
"El Ensanche Naco, que ha sido tradicionalmente un espacio que equilibra lo residencial y lo comercial, es uno de los sectores con mayor densidad poblacional y tráfico vehicular del Distrito Nacional y enfrenta ya serios problemas de movilidad, por lo que esta desacertada decisión de ubicar una entidad estatal que conlleva riesgos no solo en el orden urbanístico, sino también en lo atinente a la seguridad vial, evidentemente desencadenaría graves consecuencias", expresaron en un comunicado estos hombres y mujeres que estaban dispuestos a defender como sea su entorno.
Bajo esos criterios, los residentes en el Naco armaron un reperpero que obligó a los ejecutivos de la Dirección de Pasaportes a recular, poner reversa a sus planes y buscar otra opción, bien lejos del Naco.
“Tras un proceso de reflexión y escuchar las inquietudes de la comunidad, decidimos no trasladar la sede principal al edificio Epokal 253, en la avenida Roberto Pastoriza”, dice en un comunicado de la Dirección de Pasaportes.
Este hecho demuestra que cuando una comunidad se une alrededor de un tema de su interés se pueden revertir decisiones, que como esta era de gran perjuicio para la paz y la tranquilidad de su sector.
Nuestras felicitaciones a quienes encabezaron este proyecto y a todo el ensanche Naco por reavivar el poder de la comunidad, que debe ser tomado en cuenta por los ciudadanos, no importan dónde vivan. Deben prevalecer sus derechos y las características de los entornos urbanos y no las voluntades antojadizas de los funcionarios.