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miércoles, noviembre 19, 2025
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El Nuevo Haina

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Por Federico Pinales

El cambio que ha dado Haina desde 1960 a la fecha ha sido brutal, desde el punto de vista poblacional, físico e industrial, pese al cierre de las operaciones de lo que durante las décadas de los años 60, 70 y 80 fuera el alma económica de esa población.

Junto con la desaparición de la industria azucarera y la multiplicación de otro tipo de instalaciones industriales, en la zona rural de Haina desaparecieron las vastas extensiones  destinadas a las producciones agrícolas que abastecían al mercado municipal y servían de materia prima al que en su momento fue el central azucarero más grande del país. Solo en el barrio Quita Sueño, ubicado entre el puente del Kilómetro 12 y Piedra Blanca de la carretera Sánchez, donde antes se observaban dos colonias cañeras, a ambos lados de la vía, ahora son solo edificaciones de todo tipo, hasta en las partes más accidentadas de las colinas.

Eso tiene su explicación en el acelerado crecimiento poblacional que ha obligado a la gente a construir en lugares que antes eran intransitables hasta para los peatones. Sobre cañadas y pendientes extremadamente peligrosas.

Cada barrio estaba separado por cañadas profundas que hoy mágicamente han desaparecido, porque ingeniosos constructores han hecho maravillas sobre ellas.

Quienes salieron de Haina antes de los años 80 y regresan hoy, no podrían creer lo que encontrarán entre Calle El Medio y Villa Penca, entre Villa Lisa y El Centro, entre El Centro y El Distrito, en las antiguas “barrancas” de Valsequillo y las otrora intransitables cañadas que dividían los barrios El Centro de Villa Penca, por el lado  de la Carretera Sánchez que conecta a Villa Lisa con Villa Penca y el Cruce de Los Bajos de Haina.

Dicen que “la necesidad es la madre de los inventos”. Pienso que esa teoría aplica para justificar la creatividad de los constructores que han hecho lo increíble en las colinas o “barrancas”, tanto de Haina como de las márgenes Norte y Sur de las avenidas 6 de Noviembre y Sánchez, próximo a los peajes de ambas vías.

Ese crecimiento desproporcionado y desorganizado en las referidas zonas, obedece, a mi entender, al acelerado aumento de las migraciones de los campos hacia las ciudades, en busca de mejores condiciones de vida.

Haina tiene 39.7 kilómetros cuadrados, con una población que sobrepasa los 160 mil habitantes; ya que en el 2022 tenía documentados 159,888, con un crecimiento anual promedio de 2365.

Este cálculo es extraído del siguiente razonamiento:

Si en el año 1960 en los bajos de Haina vivían 6,180 personas y en 10 años esa cantidad creció un 100%.

Luego, en el censo del 2010, aparece con una población de 142,000 y 12 años después (2022) llega a 159,888; si le restamos los 6,190 de 1960 nos va a arrojar un balance de 153,708; lo cual, dividido entre los 65 años transcurridos entre 1960 y el 2025 nos dará 2,365 por año.

Ahora bien, si partimos de esa realidad, el crecimiento entre el 2023, 2024 y 2025 sumaría 7,030 nuevos habitantes; más los 159,888 del 2022, aumentaría la cifra a 166,983, los cuales, divididos entre 39.7 kilómetros cuadrados, nos dice que en los bajos de Haina residen 4,206 personas por kilómetro cuadrado.

En el año 1970 solo vivían aproximadamente 325 habitantes por cada kilómetro cuadrado, lo cual hoy explica la razón del porqué han tenido que construir hasta encima de las pendientes más peligrosas y las cañadas más profundas, como una que había a la derecha de la carretera Sánchez, antes de llegar a las estación de gasolina del Cruce de Haina.

 

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