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miércoles, octubre 22, 2025
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El juego de dominó, un “medicamento” efectivo y de bajo costo

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Por Federico Pinales

Hace unos meses escribí un trabajo dedicado a la importancia del juego de dominó, como medio de entretenimiento y acercamiento entre personas de diferentes niveles sociales, profesionales, económicos, intelectuales, políticos, religiosos y hasta de edad.

En esa primera entrega me enfoqué básicamente en la parte del entretenimiento, cuando se hace desinteresadamente sólo por diversión sana, no por dinero.

Hoy, sin embargo, deseo reforzar lo dicho anteriormente, pero esta vez me concentraré  más en la parte  psicoemocional  y medicinal, de esta práctica sana y divertida…ya que se ha demostrado que es  una terapia gratuita contra el stress, la depresión y otras enfermedades mentales que acompañan y aceleran el proceso de la ancianidad.

Entre el 20 de septiembre y el 16 de octubre del presente año, participé con diferentes grupos familiares y sociales, entre ellos algunos con serios problemas de salud, muchos muy alegres y divertidos. Otros no tanto, pero todos aficionados al referido juego.

Para mí fue como una especie de laboratorio psicosocial, realizado en Tampa Florida, Boston, New Jersey, Long Island, El Bronx, Manhattan, Queens,  Hempstead, Uniondale y Roosevelt; entre personas jóvenes y mayores de ambos sexos; algunos con limitaciones físicas y mentales, para quienes el juego constituía una especie de terapia mental y emocional.

Paradójicamente, en la mayoría de los encuentros en los que participaron personas ancianas o con problemas serios de salud, la gran mayoría de estos resultaron ser los triunfadores, algunos lograron darle "lisas" a sus competidores, como ocurrió en la Villa de Hempstead, donde el anfitrión de la casa, un señor llamado Don Antonio,  con serios problemas de movilidad física, tras escapársele a la muerte de milagro, barrió a sus competidores con una "lisa de ñapa".

En Uniondale ganó una señora de 93 años, con más agilidad mental y física que la mayoría de sus 15 hijos.

En New Jersey sobresalió un excampeón de boxeo, también aquejado de serios problemas de salud, que supo disimular muy bien durante el divertido encuentro social.

Lo mismo sucedió en Tampa, Florida con la anfitriona de la casa, la cual sorprendió a propios y a extraños.

Los demás encuentros fueron entre personas más o menos saludables. Algunas conocidas entre sí y otras extrañas que gracias al dominó lograron sentirse entre familia y divertirse sanamente, sin necesidad de hablar de política, religión, deportes ni de chismes personales ni faranduleros.

En uno de esos lugares, con una población mayoritariamente dominicana, la “bemberria” (fiesta) fue completa con juegos, música, comidas, bebidas  y otros entretenimientos, sin parar desde las 2:00 de la tarde del sábado  hasta el domingo siguiente a la 1:00 de la mañana.

En la mayoría de estos encuentros participaron dos invitadas especiales de la República Dominicana, a las cuales me tocó acompañar y en algunas ocasiones hasta rivalizar con ellas en las mesas de dominó.

Como es de suponer, durante 26 días hubo muchos triunfos y derrotas, pero las “pinaladas“  no se dejaron sentir tanto como cuando me ha tocado jugar con Juan T. H., Osvaldo Santana, Nancy, Mabel de León y Georgina Rodríguez, estas dos últimas,  protagonistas principales de los mencionados encuentros de septiembre y octubre en los Estados Unidos.

Ambas ya están de regreso en su país, cumpliendo con sus obligaciones profesionales.

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