Por Alfonso Tejeda
Era entonces estudiante de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), cuando en 1980 el Sindicato Nacional de Periodistas Profesionales (SNPP), convocó a otras organizaciones fraternas aglutinadas en la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP) a discutir la situación que atravesaba el periodismo regional, y también el llamado Nuevo Orden Mundial de la Información y la Comunicación (NOMIC).
De esa reunión de varios días y numerosas sesiones de trabajo, recuerdo la participación del entonces presidente de la federación, el venezolano Eleazar Díaz Rangel, que entre otros expositores extranjeros llegaron hasta los estudiantes de comunicación social para compartir sus conocimientos y experiencias, en un gesto de integración propiciado por Juan Manuel García, secretario general del SNPP, anfitrión de lo que fue el seminario.
Díaz Rangel, un vivaz y muy curtido periodista, llevó entre sus novedades algunos libros, entre estos el titulado “Pueblos subinformados”, en el que planteaba el tema cardinal del NOMII: superar el desbalance informativo, a través del Acceso y la Participación, debido a que cuatro agencias de prensa difundían el 80 por ciento de las noticias desde las grandes naciones, así como la exigua presencia de los sectores marginales en las noticias y periódicos nacionales.
En ese libro, se comenta el caso de la revolución dominicana de abril de 1965, y el tratamiento que esas agencias dieron para explicar la invasión estadounidense de 42 mil marines, y bajo el título “Un día calichoso” ( intrascendentes en noticias), graficaba la recurrente manipulación de esos emporios, que ignoraban o maquillaban, a propósito, temas y situaciones ocurridos en medio de conflictos armados, algunos bordeando el genocidio, contra civiles en países pobres.
Estos anteriores párrafos intentan contextualizar lo sucedido en el país la pasada semana, cuando al Partido Revolucionario Moderno (PRM) cayó un torrencial de críticas a partir de que sus legisladores en el Senado aprobaron en “bola de humo” una vergonzante y anacrónica versión del Código Penal, y que uno de sus diputados se desbocara en la televisión con una muy pavorosa e inconcebible valoración de la mujer en la relación de parejas.
Esas denuncias y recriminaciones -que se incrustaron como “viral” en las redes-, quebraron la prepotencia del presidente de los diputados, Alfredo Pacheco y lo obligaron a programar vistas públicas para discutir el código, arrodillaron al bocón diputado que se regodeaba de su declaración anterior, empujaron a la dirección del partido a someterlo a un juicio disciplinario, y el aparente único “indemne” es Abinader, quien hasta ahora condiciona su decisión a lo que está “por venir”
En un seminario internacional, celebrado el sábado, para dirigentes perremeístas y legisladores electos, el ex presidente español Felipe González, advirtió al PRM que "República Dominicana está avanzando, pero no se engañen. Si de verdad creen que lo han conseguido, todavía queda mucho tramo por recorrer", consejo que confirman las reacciones ante el vergonzante código penal que sus legisladores han pretendido pasar.
Las redes sociales facilitan el acceso y la participación -remedo de aquellas demandas del Nomic-, a muchos/as de los antes marginados, viabilizan advertencias y a veces son ese “ojo avizor “que escruta la actuación de las autoridades, y aquí, el desempeño del partido oficial como corresponsable de la gestión administrativa, de la que tienen que rendir cuentas a la sociedad.
