Por Santo Salvador Cuevas
En la provincia Bahoruco, y tenemos la presunción que es un problema de descuido nacional, la semana nos llega con un caos total en los centros de salud del casco urbano de Tamayo, tanto en el Hospital Julia Santana, como en las Unidades de Atención Primaria (UNAP).
Decenas de personas afectadas por virus (gripe, vómito, diarrea, dengue, alergias, etc.), en fin, las salas están repletas de gente afectadas, como secuela de la tormenta Melissa.
Es un panorama preocupante, que no se limita al municipio de Tamayo, sino que impacta a toda la población de la provincia Bahoruco.
La gente luce desesperada, acorralada e indefensa, no solo por el crecimiento sin parar de los distintos brotes virales, sino, y sobre todo, porque las mismas autoridades del sector previeron el daño y hasta hicieron alarde de un supuesto decreto presidencial en donde se declaraba la provincia Bahoruco "en Estado de Emergencia".
El tiempo pasa, y ni Mario Lama, director ejecutivo del Servicio Nacional de Salud (SNS) oriundo de Neiba; ni su sobrino, el senador Guillermo Lama, quienes tomaron por bobos a los moradores anunciando un "Estado de Emergencia" que nunca existió, dan la cara.
Ahora el caso de la salud pública en la provincia Bahoruco, es alarmante, el problema es de 'carta a tomar' y lo tenemos en casa, con el agravante de que quienes se creen con el control y dominio provincial, avalado esto último por la función de ejecutivo de salud que ocupa Mario Lama, se mantienen en silencio, indiferentes y ajenos a una problemática que se va a empeorar, si es que no renuncian ya a la politiquería, y pasan a cumplir con la función para la cual se escogió.
Arranquen ya, al menos con una campaña "agresiva" o humana de fumigación en todas las comunidades de Tamayo, la Zona Cañera, Galván, Neiba, Jaragua y Los Ríos.
Tienen que actuar ahora, o Mario Lama y su sobrino, quienes anunciaron el llamado "estado de emergencia", son responsables políticos junto al gobierno central del daño que se ve venir en la salud y el derecho a la vida de los que residimos en la provincia Bahoruco.
A ver, queremos soluciones.





