Por Santo Salvador Cuevas
El intento de magnicidio que afectó al ex presidente de Estados Unidos de América, Donald Trump, fue el principal acontecimiento que recogen todas las agencias noticiosas de todo planeta, ese día.
Según analistas, la bala que pudo poner fin a la existencia del candidato republicano, le ha convertido de repente en el aspirante con la mayor posibilidad de ganar la presidencia de su país.
Sin embargo, aunque las fotos del rostro ensangrentado lo presentan como un "agredido", desafiante y con el puño en alto, lo cierto es que al impacto emocional que invade el mundo, hay que reconocer que se desarrollan diferentes versiones en el seno de la sociedad norteamericana.
Se especula que el atentado jamás existió, sino que se trata de un montaje teatral para convertir a Trump en víctima y potenciar su popularidad en la ruta hacia la Casa Blanca.
También corre la versión de que se trata de un plan de los halcones de la industria militar, que sienten amenazados sus capitales, luego de que el primer ministro de Hungría (cercano de Donald Trump) Viktor Orban, anunciara al mundo que de ganar la presidencia "se convertiría en mediador en la guerra que libran Rusia y Ucrania".
Asimismo, asesores del presidente Trump afirman que en un día se detendría la guerra en Ucrania, si el magnate gana la presidencia.
Por supuesto, esta posibilidad es desmentida por el embajador de Rusia ante la Organización de Naciones Unidas (ONU), señor Vassily Nebenzia, quien sostuvo que "eso no es posible, pues estamos ante un escenario complejo" y distinto a como lo dibujan los asesores de Donald Trump.
Hay que puntualizar también que ya el FBI ha requisado la residencia del supuesto agresor Thomas Matthew, ya tienen control de su teléfono móvil, han investigado a más de 100 agentes secretos que estaban en el escenario de Pensilvania el día del atentado, y, sin embargo, todavía no saben a ciencia cierta cuál fue el móvil del ataque.
Por nuestra parte, nos limitamos a desear larga vida al señor Donald Trump, y recomendar a la sociedad de EE. UU. legislar para superar la facilidad con que sus ciudadanos acceden a todo tipo de armamentos, inclusive, artefactos de guerra.
Excelente análisis del amigo Santos Salvador. Me inclino dentro de los que sostienen que se trató de un atentado real. Entiendo es difícil en los actuales momentos que pueda darse los que especulan y sostienen "que el atentado jamás existió, sino que se trata de un montaje teatral para convertir a Trump en víctima y potenciar su popularidad en la ruta hacia la Casa Blanca".
Ya antes había corrido la versión de que la herida se la había producido una parte del cristal del teleprontel. Versión que fue igualmente desmentida luego por quien lo había sostenido.
Como dices, "vivo de chepa", es cierto, y sin quitarle méritos a la puntería del tirador, tuvo la mala suerte en su propósito de que, se produjo en un discurso, donde es usual el movimiento del cuerpo y del rostro, lo que les le fueron favorables a Donald Trump, al momento del atacante accionar el el gatillo del rifle.
Gracias a Dios, no pasó de ahí, y aunque pone en entredicho la seguridad del candidato republicano, no es menos cierto que, incidentes del pasado en los EEUU, con igual connotación se intentaron otra vez, aunque no contra un presidente, sino contra un expresidente y nuevamente candidato.
Felicitaciones amigo Santos por tu análisis.