Lito Santana
El abogado y experto en temas laborales, Domy Abreu aseguró que las falencias del Código Laboral de la República Dominicana facilitan que muchas empresas resulten estafadas, al no poder vencer los subterfugios que algunes bufetes usan en su contra en las cortes de trabajo.
Reveló los casos en que una empresa constructora es demandada por trabajadores fantasmas que alegan que cumplieron determinadas jornadas laborales, sin siquiera nunca pasar por una obra en construcción, pero resultan ganadores de causa, en una litis totalmente fraudulenta.
Abogó por la reforma del Código Laboral, porque esa práctica es dañina para el desarrollo económico de República Dominicana.
Las declaraciones de Domy Abreu fueron dadas durante una entrevista con Pronosticamedia.com, que publicamos a continuación:
¿Cómo se siente, doctor?
Domy Abreu
Estamos bien, a Dios la gracia.
¿Cuáles son los casos más frecuentes que se reciben en una oficina de abogados como esta?
Domy Abreu: En esta se reciben muchos casos en materia laboral, civil y de terrenos.
En el tema laboral, ¿cómo llegan a ustedes los casos?
Domy Abreu: En mi caso, tengo casi 30 años, de ejercicio, me especialicé en el área laboral. Gracias a Dios, dicen mis compañeros, que yo soy una autoridad en ese género y, por lo tanto, por referencias, me llegan los casos.
¿Cuáles son los mayores, los temas que trae?
Domy Abreu: Yo represento, en gran parte, al sector empleador porque, ya hemos tenido y hemos desarrollado en los tribunales una gran experiencia en los casos de las demandas por despidos justificados, injustificados y por dimisión, sobre todo en el área de la construcción. Y en eso el mayor número de casos corresponde a nacionales haitianos y de esas demandas, más del 60 o 70% son trabajadores que no laboraron en la empresa. Son de la llamadas demandas fantasmas. Lamentablemente hay un grupo de mis colegas que se han dedicado a esa tarea de representar a trabajadores haitianos y esto lo multiplica por tres o cuatro.
O sea, que, en una demanda, que haya cuatro o cinco demandantes, a lo mejor hay uno o dos que solamente trabajaron. El resto son nombres ficticios.
¿Y cómo ellos pescan ese tipo de casos? ¿Cómo lo logran captarlos?
Domy Abreu: Bueno, yo te invito a que hagas una visita al Ministerio del Trabajo. Te colocas en la acera frontal, donde estaba la oficina, creo que del INDHRI, y al frente te va a quedar el Ministerio de Trabajo y en la acera derecha, tú vas a ver cuatro o cinco buscones, vestidos como si fueran abogados, camisa blanca, corbata negra y ellos pescan ahí la mayoría de los casos que salen del Ministerio.
Da pena decirlo: hay oficinas de abogados que reciben supuestos poderes de trabajadores de una empresa, que simplemente han ido al Ministerio del Trabajo a solicitar sus cálculos y no acaban de salir del Ministerio del Trabajo, cuando ya los contactos de afuera tienen el nombre, la cédula y todo, de esa persona y van y demandan entonces a la empresa.
¿Cómo afecta eso las labores de ustedes desde el punto de vista profesional?
Domy Abreu: En el caso del sector de los profesionales del derecho, afecta a aquellos profesionales que trabajan con ética, que son responsables, que tienen el sentido de que su profesión, aun siendo una profesión del medio, es para llevar unos resultados óptimos, no solamente al cliente, sino a la sociedad. Por una sencilla razón, una sentencia que vaya contra un empleador o contra una empresa de dos o tres de esos trabajadores, le puede representar que esa empresa tenga problemas financieros, por la carga onerosa que significa una sentencia laboral injusta.
Las sentencias laborales se caracterizan porque son ejecutorias al tercer día de su notificación, salvo que la parte perdidosa, entiéndase el empleador, deposite el duplo de las condenaciones. O sea, que si usted tiene una sentencia de 700 mil pesos en contra de la empresa a favor de un trabajador usted la apela, pero la apelación no va a suspender la ejecución de esa sentencia.
Entonces, usted va a tener que depositar el duplo de esas condenas, un millón cuatrocientos mil pesos, puede ser a través de una fianza, de una compañía de seguro, pero no todas las compañías de seguro están en la disposición de entregar una fianza, porque son fianzas, prácticamente, un cheque al portador, entonces la empresa tiene que depositar un millón cuatrocientos mil pesos, por el monto que te dije anteriormente, a favor de ese trabajador, que viene siendo de un millón cuatrocientos mil pesos, que tiene que sacar de su capital de trabajo y dejarlo inmovilizado ahí.
¿Cómo prospera una cosa, un fraude como ese?
Domy Abreu: Sencillo, en materia laboral el código establece una serie de pruebas. Ese fardo probatorio va, desde la prueba documental hasta la testimonial. Desde el informativo testimonial, pericial hasta el descenso a los lugares. Desde el juramento hasta la comparecencia personal de las partes, pero en materia laboral no hay categorización de pruebas.
Entonces, el juez va a tasar, va a aceptar la prueba que él entienda más creíble. Pero ¿qué pasa? el trabajador dice que sí, que trabajó con el ingeniero X, ese ingeniero X es el que está desarrollando la obra o la empresa Z, ese abogado busca uno o dos testigos que son los que van a probar la relación laboral y está tan bien estructurado, que se saben hasta los nombres de los maestros que están dentro de la obra trabajando. Pero no solamente eso, ese trabajador va y le dice al tribunal que sí, que él conoce y que inclusive él como “testigo” dice que trabajó también allá y que por eso conoce al trabajador H y que lo votaron en tal fecha y que el maestro, o el ingeniero le dijo vete y no vuelva más. Y cuando le preguntan dónde está esa obra, te la describe, en la calle tal o en la avenida equis. Además, te precisan qué tiene al frente, sea una torre, una empresa o lo que sea. Es todo un teatro que puede resultar ganancioso de causa. Por eso pienso que este Código Laboral necesita una modificación urgente.
¿Qué porcentaje de estos casos logra éxito en contra del patrón o del dueño de la obra? ¿Cuál es la cantidad que prospera en el tribunal?
Domy Abreu: El 70%, casi el 80% de las demandas que impulsan los abogados de trabajo son del sector de la construcción. De ese 80%, el 95% son nacionales haitianos y un 60%, aproximadamente, tiene éxito. De igual manera, como son bien estructuradas, esas oficinas de abogados, en el sentido del volumen que manejan, ellos pierden el caso en primera instancia y se van a la corte, pierden en la Corte y se van a la Suprema.
Entonces, muchas veces los empleadores prefieren llegar a un acuerdo transaccional por sumas más o menos irrisorias, en relación con las pretensiones que tienen los trabajadores y sus abogados, pero qué pasa, que la empresa prefiere llegar a un acuerdo, aunque va en su contra, pero con costos más bajos. De modo que, si un trabajador de esos mafiosos está reclamando una indemnización de 50 mil pesos, el empresario prefiere regalarle 10 mil pesos y no ir al tribunal. Aún así las oficinas de abogados inescrupulosos, como ya tenían el caso, y el trabajador llegó aun acuerdo con el obrero, le quitan honorarios al trabajador, aunque sean dos o tres mil pesos. Es un desastre.
¿Cómo afecta esta situación, esa mafia al sector inversionista?
Domy Abreu: Muchas constructoras se corren lo que se llama el riesgo calculado. Ese riesgo calculado lo transfiere al costo de construcción del inmueble. Entonces dice, ese pasivo laboral que estoy obligado a pagar por esta mafia de abogados se refleja en el costo final del inmueble, que se está construyendo, y por ende, quien lo va a pagar es quien lo adquiere.
¿Qué mensaje tú le envías a colegas tuyos que se han dedicado a ejercer esa práctica en desmedro de lo que es la ley y lo que son las buenas costumbres?
Domy Abreu: Voy a usar una expresión de mi hija más pequeña: “el karma existe… en algún momento eso se le revierte”. Así, un día le puede cobrar en salud, en preocupación, en problemas, en situaciones personales y particulares.
Soy de los que prefieren comerse un mendrugo en paz y no un banquete con dificultad.
¡Muchas gracias!