Por Emiliano Reyes Espejo
Sin que nos agobie el pánico, es perceptible que el oficio de periodista tiende, si no a desaparecer definitivamente, a por lo menos sufrir transformaciones a niveles preocupantes para los que ejercemos hoy en día esta noble profesión. Pero ¿realmente llegará el momento en que estos cambios en el periodismo serán tan profundos, que a los propios oficiantes -muchos de los cuales todavía son análogos- nos costará creerlos.
¿Desaparecerá el periodismo? La pregunta es clásica entre los comunicadores. La Fundación Gabo, org, que creó el laureado Nobel de Literatura colombiano Gabriel García Márquez, se planteó esta interrogante en el año 2016, hace ocho años.
Dicha fundación se hizo eco en un artículo de la inquietud de un estudiante que expresó su preocupación respecto al futuro de los periodistas. –“Soy estudiante de periodismo y me he encontrado con una curiosa reacción: los que se enteran de la profesión que he escogido reaccionan negativamente diciéndome: ¿periodismo? Eso desaparecerá pronto. ¿Es cierto? ¿Desaparecerá el periodismo?”.
En su respuesta, la Fundación apeló a varios aspectos que son fundamentales para la preservación de la profesión de periodista. En primer lugar, la entidad rememoró que igual se temió la disipación del periodismo escrito con la aparición de la radio, la cual, “además de ser un servicio informativo gratuito”, tiene el poder de la instantaneidad y su extensa área de cubrimiento. También, se presagió la desaparición de los periódicos con la aparición de la televisión y la tecnología digital.
“Esta historia de repeticiones del mismo incumplido pronóstico demuestra que el factor de permanencia de un medio de comunicación no es el aparato ni su tecnología, sino la permanencia de un propósito. Mientras se mantengan la necesidad de obtener información, y la voluntad de proveerla con mayor calidad cada vez, lo instrumental será algo secundario y subordinado”, apunta la Fundación.
Y añade: “El fenómeno que se da, en consecuencia, es que el periodismo toma lo mejor de cada nueva tecnología, desecha lo que las nuevas tecnologías han vuelto desechables y continúa prestando su servicio con renovada eficacia. La muerte del telégrafo, de los teletipos, de los linotipos, de las máquinas de escribir no fue la muerte del periodismo que se valía de ellos como instrumentos. En cambio, la voluntad de informar y de informar de manera completa, es la que les da a las nuevas tecnologías toda su importancia y razón de ser”.
¿Una amenaza real?
Independientemente de esos señalamientos, asoma en el devenir del tiempo el hecho cierto de que el periodismo se automatiza, se digitaliza y acoge para su funcionamiento herramientas tecnológicas que tienden a sustituir el factor humano en la elaboración de los documentos de prensa.
A ese nivel sí que se puede argumentar el advenimiento de una reducción total o parcial de la intervención del periodista, del reportero, como se conoce hoy día en la redacción de prensa.
El analista Eugeny Morozov planteó en un artículo (El País, España, 24 de abril de 2012) el tópico de lo que él llamó “Periodismo automático”, en el cual describe cómo la nueva tecnología edita artículos de prensa de manera autónoma sin la intervención de un redactor.
Morozov se refirió entonces al hecho cierto de que la famosa revista Forbes, la cual se describe como “una de las instituciones más venerables del periodismo financiero, utiliza a una empresa llamada Narrative Science (Ciencia Narrativa) para generar automáticamente artículo que, difundidos por Internet, versan sobre lo que cabe esperar de los próximos balances de resultados empresariales. “Basta con proporcionarles algunas estadísticas y, a los pocos segundos, ese programa inteligente produce artículos enormemente amenos. O, en palabras de Forbes, Narrative Science, gracias a su exclusiva plataforma de inteligencia artificial, transforma los datos en artículos e interpretaciones”.
La situación es preocupante, debido a que, según señala Morozov, utilizar esa herramienta “es mucho más barato que pagar a periodistas con dedicación exclusiva, que suelen ponerse enfermos y exigir respeto”.
La situación empeora con las incursiones, cada vez de más preeminencias en los medios de comunicación, de los gigantes Google, Facebook, Amazon, en la difusión de noticias, en un fenómeno que preocupa, no solo a los periodistas, sino a los empresarios e inversionistas del sector que se ven desplazados e incapaces de competir con estos poderes de las nuevas herramientas tecnológicas.
“Ante este panorama, resulta bastante miope pensar que una mayor automatización pueda salvar al periodismo. Sin embargo, la culpa no es de los innovadores como Narrative Science, ya que sus tecnologías, utilizadas de manera limitada, pueden realmente ahorrar costes y quizá incluso permitir a algunos periodistas – ¡si es que conservan el empleo! – realizar proyectos de mayor calado analítico”.
Periodismo e Inteligencia Artificial
Cabe señalar que, además de las señaladas amenazas, a la práctica del periodismo le afectará en el futuro próximo el intrusismo, que no es más que la incursión de profesionales de distintas carreras en la práctica de la comunicación, tanto en la prensa tradicional como en la televisión y la Internet.
La instantaneidad de la Internet ha permitido que cada ciudadano se convierta en un reportero que reseña acontecimientos acaecidos en el momento del hecho. En el periodismo tradicional, un reportero se traslada al lugar donde ocurre una tragedia, toma los datos y se dirige a su emisora, periódico o televisión a escribir y difundir el suceso. Ese proceso es ahora, sin embargo, una pérdida de tiempo. En la actualidad, una persona graba el suceso con un celular inteligente y envía esas imágenes a la televisora o emisora de su preferencia, o sube la información a una plataforma de redes digitales, dando lugar a una acción que prácticamente desdeña la intervención del redactor profesional. La práctica es cada vez más frecuente, pero a nivel experimental.
Incluso, ya hay en el país plantas televisoras que están usando a locutores virtuales para sustituir -a modo de pruebas- a presentadoras de noticieros. En Telemicro, por ejemplo, se apela al uso de locutores o locutoras virtuales para leer las noticias.
IA ¿salvación o desgracia para el periodismo?
La utilización de la Inteligencia Artificial (IA) en las redes y en plataformas tradicionales de noticias agrava la situación, y obliga a los periodistas a comenzar a estudiar, investigar y a reflexionar sobre esta situación que puede llevarnos a una desaparición como entes profesionales. De hecho, la IA ha estado desplazando y haciendo desaparecer a profesionales de otras disciplinas, los cuales son sustituidos por máquinas robots.
Los hechos no fueran tan relevantes, si no es porque en el caso de los periodistas, nos abocamos a ver desaparecer una profesión llamada a jugar un rol importante en la transformación de la sociedad.
¿Vamos a poner en manos de un robot el pensamiento crítico, las humanidades, así como la ética profesional?
¿Podrá un robot contrastar la veracidad de una información?
¿Se multiplicarán los casos de fake new si se dejan las noticias en manos de máquinas?
¿Se podrá evitar que el humano que opere el robot termine manipulando el contenido de la noticia?
Las escuelas de periodismo
Las escuelas de periodismo son las llamadas a asumir la vanguardia en estas discusiones. La situación que afrontan en la actualidad los periodistas con estos cambios tecnológicos, especialmente en esta etapa de la revolución digital que sacude al mundo, debe ser objeto de debates en las diferentes escuelas de periodismo en las universidades del país.
El Colegio Dominicano de Periodistas (CDP) y otros gremios del sector deben abocarse a realizar conferencias, talleres, seminarios y congresos para debatir sobre los avances de la IA y sus consecuencias en la práctica del nuevo periodista.
En ese sentido, sugerimos lo siguiente:
1) Que se desarrollen iniciativas que contribuyan a insertar a los periodistas -a veteranos y a los de la nueva camada-, a la pujante realidad que se presenta en el campo profesional.
2) Que las escuelas de periodismo inicien procesos de discusiones entre sus estudiantes y académicos sobre los temas referentes a la IA, con miras a ir creando un ambiente crítico respecto a la nueva realidad que afronta el sector. Discutir la posibilidad de crear la especialidad periodística en Inteligencia Artificial. Promover entre los periodistas el conocimiento de las nuevas tecnologías y su impacto entre los profesionales del área.
3) Analizar la Inteligencia Artificial y su aplicación en la comunicación social, especialmente en el periodismo. Aprovechar estos avances científico-tecnológicos para fortalecer el conocimiento de los periodistas y comunicadores, a fin de colocarlos en su rol esencial de contribuir a transformar la sociedad para hacerla más justa, más humana y democrática.
4) Debemos visualizar la posibilidad de que los periodistas no desaparezcamos como tales, sino que con la IA pasemos a jugar el rol de ser “alimentadores de datas” que podrían ser aprovechadas en las aplicaciones de esta nueva y avanzada tecnología digital. A algún lado iremos a parar, pero sería que comencemos a indagar hacia dónde, qué rol en el campo profesional enrumbará esta novedosa herramienta creada por el hombre en sus afanes por lograr un mundo mejor, más bondadoso y justo.
*El autor es periodista.