Miguel J. Escala
Nos alegra la cálida acogida a nuestro artículo # 15. Un lector me comentó que lo leyó antes de las 6 a.m., casi como un rezo de Laudes. Más adelante compartiré otros testimonios. Me alegra que hayan sabido aprovechar el tiempo y que hayan tenido un día enfocado en sus anhelos, sin importar la edad. Una buena manera de celebrar esa décimo quinta entrega.
Aprovecho para dedicar este artículo a una adulta mayor que vivió con orgullo su “tarde” y cuya partida, a los 107 años, nos invita a reflexionar. A María Cristina Camilo, locutora, actriz, abuela, activista en defensa de la tercera edad; a Maíta.
Testimonios
Comparto a continuación algunos de los interesantes comentarios-testimonios que recibí como reacción al último artículo. La amiga Elena Escudero, comentaba en la página del artículo:
“Miguel, siempre muy atenta y complacida con tus 15 artículos. Los leo con mucho interés, me identifico con la problemática de los adultos mayores y me ayudan a reubicarme con propósito en esta etapa de la vida. Este último aborda, desde mi punto de vista, el mayor reto: aprovechar el tiempo, no dejarse arrastrar por la rutina de ver las horas pasar. A veces nos cuesta mantenernos productivos y, a la vez, definir un plan de acción para nuestra vida de jubilados que no suponga esclavizarnos a compromisos de calendario o que sacrifique otros menesteres apetecibles. Lograr ese término medio como propones es la clave. Te felicito y te agradezco tu empeño en ofrecernos esos 15. ¡Que sean otros 15! Un abrazo”.
Por su parte, Roberto José Figueredo Remón, hijo de un primo y todavía lejos de la tercera edad, nos dice:
“Miguel, reitero mis felicitaciones por compartir excelentes e interesantes reflexiones, has logrado captar el interés y nos motivas a profundizar en el estudio de esta etapa de la vida donde prevalece la experiencia acumulada por los años vividos y fortalecer la necesidad de aprovechar adecuadamente el valioso tiempo. Muchas gracias”.
Las reflexiones de algunos y las felicitaciones de otros son valiosos “empujoncitos” para seguir escribiendo y provocando nuevas actitudes en los lectores. La amiga Elizabeth de Windt justifica así la celebración de los quince primeros artículos:
La celebración de los quince es un hito importante en nuestras tradiciones latinoamericanas como los sweet sixteen de los estadunidenses. Así pues, tengamos una gran celebración de Lo que Falta y los que Faltan … un espacio que muchos esperamos y agradecemos. Que continúen tus inspiraciones en gratitud a Dios. Bendiciones.
Me agradó mucho también la opinión del Coronel Agramonte, rector del Instituto Policial de Educación Policial (IPES), antiguo alumno y amigo:
Excelente artículo. No voy a administrar el tiempo, voy a realizar mis anhelos, gustos y actividades en el tiempo, es decir, ¡¡¡¡¡mejorar mi comportamiento en el TIEMPO!!!!!
Finalmente, Luis Manuel Piantini, compañero de curso, amigo y exjefe, sintetiza lo esencial del artículo.
Gracias por tu tiempo para darnos mejores tiempos. Donde la mente ya en esta etapa de nuestro diario vagar va contraponiendo todos los tiempos en lo que diariamente vivimos. Saboreando los alegres tiempos que nos ha regalado la vida, y sacándole enseñanzas positivas a aquellos tiempos tristes y más difíciles, con el fin de construir mejores tiempos, en el deseado porvenir de los restantes tiempos. Buen ejercicio para activar en el amanecer la mente en el tiempo. Abrazos y bendiciones
Insisto en que yo soy el que más aprende de todos. Son parte, conocidos y desconocidos, comentaristas o silenciosos, mayores o jóvenes, de esta comunidad informal que se ha ido tejiendo artículo tras artículo. Una comunidad que, sin proponérselo, comparte inquietudes, esperanzas y experiencias para construir un futuro con más sentido.
Cada testimonio, cada reacción, incluso cada lectura en silencio es un recordatorio de que la vida —en cualquiera de sus edades— sigue siendo un taller abierto, donde aprendemos juntos y donde siempre hay tiempo para los anhelos.
Hoy, al dedicar este artículo a Maíta y a su larga y fecunda vida, celebro también a todos los que, con sus palabras o su silencio, se suman a este espacio. Nos enseñan que, cuando la tarde se convierte en noche, lo importante no es cuántas horas nos quedan, sino cuánta esperanza hemos sembrado y cuánto amor hemos dado.
Porque al final, como ella lo demostró, cada vida bien vivida es un signo luminoso de esperanza… y un llamado a seguir soñando, siempre.
María Cristina Camilo en su noche
Maíta, como le llamaban sus allegados, se durmió para siempre y ahora disfruta su noche. A ella dedico este artículo. Fui su amigo y admirador.
Conocí a María Cristina Camilo como abuela de cuatro de mis estudiantes cuando yo era director de la primaria donde ellos asistían. Me encantaba conversar con ella en sus visitas al colegio. La última vez que la vi, hace unos cuatro años, fue en un supermercado: una de las sonrisas más sinceras que he conocido, con un estilo que inspiraba admiración y confianza.
A los 102 años declamó ante el presidente Abinader el hermoso poema de Mario Benedetti “Aquí no hay viejos, solo nos llegó la tarde”:
Aquí no hay viejos
Solo, nos llegó la tarde:
Una tarde cargada de experiencia
Experiencia para dar consejos.
Aquí no hay viejos.
Solo nos llegó la tarde.
Viejo es el mar y se agiganta.
Viejo es el sol y nos calienta.
Vieja es la luna y nos alumbra.
Vieja es la tierra y nos da vida.
Viejo es el amor y nos alienta.
Aquí no hay viejos.
Solo nos llegó la tarde.
Somos seres llenos de saber.
Graduados en la escuela.
De la vida y en el tiempo.
Que nos dio el postgrado.
Subimos al árbol de la vida.
Cortamos de sus frutos lo mejor.
Son esos frutos nuestros hijos.
Que cuidamos con paciencia.
Nos revierte esa paciencia con amor.
Fueron niños son hombres serán viejos.
La mañana vendrá y llegará la tarde.
Y ellos también darán consejos.
Aquí no hay viejos.
Solo nos llegó la tarde.
Joven: si en tu caminar encuentras
Seres de andar pausado.
De miradas serenas y cariñosas.
De piel rugosa, de manos temblorosas.
No los ignores, ayúdalos.
Protégelos, ampáralos.
Bríndales tu mano amiga.
Tu cariño.
Toma en cuenta que un día.
También a ti, te llegará la tarde….
A Maíta le llegó la noche. La extrañaremos, pero parece que ya no le tocaban más prórrogas. Aprendamos de sus tardes, de cómo supo vivirlas y de cómo se preparó para la noche. Que para ella sea el momento de ver realizados sus anhelos, sus sueños y de gozar plenamente de su esperanza.
Los de la tercera edad, signos de esperanza
Recientemente recibimos el regalo del discurso papal, cuyas ideas se alinean muy bien con lo que hemos venido considerando. Siguiendo la agenda de Francisco, el 27 de julio se celebró la V Jornada Mundial de los Abuelos y de los Ancianos, durante la cual el papa compartió un mensaje que podemos resumir en cuatro ideas esenciales:
- La vida demuestra que la edad avanzada no es un tiempo vacío, sino una etapa de sabiduría y de oportunidades para dar sentido. A lo largo de la historia —y también en la Biblia— muchos recibieron sus mayores misiones en la vejez, recordándonos que incluso cuando disminuyen las fuerzas físicas, la capacidad de inspirar y orientar permanece.
- En un mundo con una población cada vez más envejecida, estamos llamados a reconocer el legado de los mayores: valores, experiencia y serenidad para mirar el futuro con esperanza. Los jóvenes necesitan esa memoria para construir un porvenir más humano.
- La esperanza no es solo una idea: requiere gestos concretos. La soledad es una de las mayores heridas de la vejez, y romper ese aislamiento —con visitas, cercanía y redes de apoyo— es un acto de humanidad que enriquece a todos
- La vejez puede limitar, pero no impide amar, agradecer, compartir ni dar sentido a lo vivido. A cualquier edad podemos ser signos de esperanza si cultivamos la unidad, tendemos la mano al que está solo y encendemos la alegría de vivir.
Desde su noche, de seguro Maíta aplaude a León XIV. Aplaudamos nosotros también y viv