Lito Santana
El tema migratorio y objetivamente el manejo de aplicación de la ley en el caso de la presencia ilegal de trabajadores haitianos en República Dominicana, siempre ha creado fricciones entre varios actores del Gobierno y figuras predominantes del Partido Revolucionario Dominicano (PRM) que dirige las riendas públicas.
Pero lo que está pasando en estos días debe convocarles para mejorar su estilo, por lo menos de cara a la población.
Es conocida la opinión del expresidente de la República y fundador del PRM, Hipólito Mejía, que sostiene la necesidad y la urgencia de que el Gobierno dominicano busque la fórmula para que la mano de obra haitiana no desaparezca de los centros de trabajo, pues esto haría inmanejable la producción nacional, sobre todo la agropecuaria, y el sector de la construcción.
Esta postura firme de Mejía, aunque no ha sido enfrentada con la autoridad que emana de su cargo por el presidente de la República Luis Abinader, es cuestionada a lo largo de su mandato. Mientras tanto, la contradicción o enfrentamiento gana cuerpo.
El pasado lunes, el ministro de Agricultura, Limbert Cruz, a quien sindican con el liderazgo de Mejía en el PRM, dijo lo siguiente a Diario Libre: “Aprobaron los primeros 15 mil permisos de trabajo transitorios”.
El Gobierno comenzó un plan para otorgar permisos transitorios de trabajo a decenas de miles de inmigrantes que prestan servicio en la agricultura y otros sectores
“Los bananeros le hicieron una propuesta de permiso transitorio al Gobierno para que aquellos trabajadores que hayan tenido un tiempo asistiendo diariamente a su trabajo, ya conocidos, y que habían tenido también su registro, su regulación, se les diera el permiso transitoriamente hasta que puedan renovar sus documentos oficiales desde su país”, informó el ministro.
No se había secado la tinta del papel de ese periódico, cuando desde la Presidencia de la República afirmaron que eso no era verdad.
Usando las mismas páginas de ese medio, la Presidencia de la República reaccionó rápidamente con una comunicación formal dirigida a su director, donde se desmiente que se haya aprobado tal contratación masiva.
A través de una carta firmada por Homero Figueroa, director de prensa de la Presidencia, se indicó que “las expresiones del ministro reflejan las inquietudes de un sector económico ante la escasez de mano de obra”, pero que cualquier contratación debe ceñirse estrictamente a lo establecido en la política migratoria vigente.
El gobierno enfatizó que no hay una autorización general para la contratación de trabajadores haitianos fuera del marco legal actual.
Está claro que estas corrientes al interior del Gobierno están creando una fricción que evidencia una contradicción de fondo entre los dos liderazgos que dominan la existencia del PRM.
En cualquier otra nación, por esta contradicción, el ministro de Agricultura estuviera limpiando su escritorio y despidiéndose de sus empleados o el Presidente de la República estaría firmando un decreto para su destitución, pero no aquí, donde con cualquier otro acontecimiento, por irrelevante que sea, le echa agua al vino y el río sigue corriendo por su cauce.
