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miércoles, noviembre 12, 2025
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Con Guzmán Fermín, Candelier y Soto Jiménez, la Fuerza del Pueblo apuesta al conservadurismo

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Por Osvaldo Santana

Guillermo Guzmán Fermín, Pedro de Jesús Candelier y José Miguel Soto Jiménez acaban de frenar la carrera ascendente de la oposición asertiva liderada por Omar Fernández y su padre Leonel, que colocó en el centro del debate la necesidad cumplir la previsión del artículo 327 del Código Tributario, que prevé la indexación del Impuesto sobre la Renta para los ingresos de hasta RD$52,000 mensuales. 

Con la atención de un amplio segmento de la población, y particularmente de la clase media trabajadora en el foco de la iniciativa de Omar Fernández sobre la indexación, el anuncio de la inclusión en la dirección política de la Fuerza del Pueblo de esos ex generales ha hecho que la mirada se desvíe hacia un tema que genera inquietudes acerca de la naturaleza de un potencial gobierno fuercista con la concurrencia de ex jerarcas militares con un pasado muy cuestionado, excepto el general del Ejército Soto Jiménez, poeta, historiador, literato con una imagen de civilista, pero que también cae en el paquete con algunos señalamientos críticos.

Los exgenerales

Guzmán Fermín

El general Guillermo Guzmán Fermín es el centro de la crítica sobre la decisión de la Fuerza del Pueblo de promoverlo a la dirección política por el elevado número de civiles víctimas de ejecuciones extrajudiciales durante su gestión como jefe de la Policía Nacional.

La  Comisión Nacional de los Derechos Humanos señaló en su momento, citado por Participación Ciudadana, que  durante el período de Rafael Guillermo Guzmán Fermín como jefe de la Policía, en 2008, 2009 y 2010, al menos 1.300 ciudadanos fueron asesinados.” 

En un trabajo de Acento, bajo la firma de Fausto Rosario Adames, del 15 de febrero de 2024, se afirma: Para el año 2009, el número de muertes bajo la jefatura de Guzmán Fermín ascendió a 400. En 2010, antes de pasar al comando de José Armando Polanco Gómez, las muertes durante el gobierno de Guzmán Fermín fueron más de 450. El general Guzmán Fermín pasó por numerosas direcciones regionales en la Policía Nacional, y en San Francisco de Macorís llegaron a identificarlo con el sobrenombre de “El Cirujano”, porque hizo la costumbre de ordenar a los agentes disparar en las rodillas a los ciudadanos supuestamente sospechosos, para impedirles caminar de por vida. Son muchas las versiones que cuentan de la existencia de un escuadrón de la muerte, a su servicio”.

Pedro de Jesús Candelier

El ascenso de Pedro de Jesús Candelier igual ha llamado la atención. Un general que sirvió a los gobiernos de Joaquín Balaguer, como director de Foresta, y a Hipólito Mejía y Leonel Fernández, desde la Policía Nacional. Como director de Foresta proyectó una imagen de dureza frente a la ciudadanía, para algunos, un simple agente en el cumplimiento del deber. Al valorar sus acciones, el presidente Balaguer las calificó como “primitivas”. En la primera administración de Fernández estuvo como subdirector de la Autoridad Metropolitana de Transporte (AMET), luego jefe de la Policía, cargo que ocuparía de nuevo en la gestión de Mejía. Tras su retiro, formó el Partido Alianza Popular, que perdió el reconocimiento con la participación en las primeras elecciones.

Hay que decir que Guzmán Fermín y Candelier, tras su salida de las filas policial y militar emprendieron esfuerzos acelerados de superación intelectual, que es una tendencia moderna, muy marcada en el entorno del expresidente Fernández. Ambos son profesionales del Derecho.

José Miguel Soto Jiménez

El general Soto Jiménez es la figura que menos cuestionamientos genera desde el punto de vista de su conducta personal, y sin embargo, se observa su desempeño en dos momentos culminantes como secretario de las Fuerzas Armadas Dominicanas durante la administración de Hipólito Mejía, desde 2020.

Al margen de cualquier consideración, tiene méritos como literario y pensador, miembro de la Academia Dominicana de la Historia, de la Academia Dominicana de la Lengua, con una carrera diplomática, en Washington, Estados Unidos, Taiwán y Emiratos Árabes Unidos, con una obra literaria que lo llevó a ganar el Premio Nacional Feria del Libro León Jiménez en 2000. 

Al término de su carrera militar optó por el ejercicio político, con la creación del Partido V República y una fundación del mismo nombre. Mientras ejerció la carrera militar se le consideró un elemento liberal, que pese a su rechazo del ascenso de una persona que había identificado como narcotraficante, guardó silencio, y lo mismo se le reprocha que fue el ente armador de la participación dominicana en la guerra de Estados Unidos contra Irak, bajo el impulso del presidente Hipólito Mejía. El canciller de la época, Hugo Tolentino Dipp, rechazó la acción y dejó el puesto.

¿Por qué la Fuerza del Pueblo les da preminencia a esos militares?

Lo que ha sido fuente de desconcierto en estamentos de la Fuerza del Pueblo y en litorales progresistas, es por qué Fernández estimula la presencia de exmilitares y ex policías en la organización.

Resulta más incomprensible sobre todo ahora, con la Fuerza del Pueblo, que para algunos debe tener el deber moral o político de recoger la historia del Partido de los Trabajadores Dominicanos (PTD) y su fuente primicia, el Movimiento Revolucionario 14 de Junio, ambos negadores del militarismo, y en particular, de las tendencias más recalcitrantes.

En esa perspectiva, hay que considerar que en los casos de Candelier y Soto Jiménez se trata de una resolución calculada, que tendría que provenir del propio presidente de la Fuerza del Pueblo. No se puede considerar que busca más “personas importantes” e influyentes, porque de por sí ya lo tiene bajo su mando. Quizás persigue satisfacer -en el caso particular de Soto- a sus parciales, pues es el único que ingresó con alguna organización y algunos colaboradores.

Los otros dos habían sido colaboradores y subalternos en el ejercicio del poder. En el caso de Guzmán Fermín hay que resaltar que no fue necesariamente producto de la voluntad de Fernández. Ganó una elección, de modo que cuenta con una aprobación que fue el producto de su trabajo, lo que permitió garantizarse algún nivel de adhesión importante, ya en el plano interno o por su protagonismo mediático.

Aunque al final, todo partido busca ampliar la dimensión de su padrón, difícilmente se persiga ese propósito con tales ascensos, y quizás lo que se busca es endurecer la cercanía y comunicación como antiguos miembros de la policía y las fuerzas armadas, a los cuales todavía la política tradicional le atribuye alguna importancia para la concurrencia electoral.

Hay que descartar que Fernández esté pretendiendo enviar un mensaje de poder o dureza con la presencia de estas personas, porque el militarismo está de capa caída. Más bien podría estar endureciendo la tendencia a la derechización de su formación política.

Mientras, en la coyuntura y en la forma, el ascenso de estos antiguos generales a la dirección de un partido democrático, que pretende recoger la herencia del viejo PTD y el Movimiento Revolucionario 14 de Junio, de visiones sociales avanzadas, el progresismo pierde terreno. Así, la Fuerza del Pueblo más bien se proyecta hacia el conservadurismo en boga, con la divisa marcada en alcanzar el poder, 

 

Osvaldo Santana
Osvaldo Santana
Osvaldo Santana es periodista.

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