Por Evelyn Irizarri Santos
NUEVA YORK, Estados Unidos. – El intento de asesinato a Donald Trump, ocurrido la tarde del sábado 13, durante un mitin en Pennsylvania, dejó a todo el país en estado de conmoción, además de revivir los capítulos más oscuros de la historia norteamericana.
Aunque el exmandatario solo recibió un rasguño, el joven tirador segó la vida de un bombero y dejó mal heridas a otras dos personas.
Inaceptable
Tan pronto como se difundió la información, los líderes de ambos partidos, incluidos expresidentes, senadores, gobernadores y otras personalidades calificaron de inaceptable que este tipo de hechos sucedan en el país.
Páginas de sangre
La historia de los Estados Unidos cuenta con varios episodios sangrientos, que van desde intentos de magnicidios hasta asesinatos de presidentes.
Cuatro magnicidios
Los presidentes de Estados Unidos han sido el objetivo de tiradores en varias oportunidades y por las más diversas razones. Los asesinos han logrado su objetivo en cuatro ocasiones. Dos de los presidentes baleados no murieron de inmediato.
Abraham Lincoln
El primer presidente en ser asesinado fue Abraham Lincoln. Iniciaba así un capítulo oscuro y triste, además de una manera errónea y demasiado violenta de dirimir las diferencias. El 14 de abril de 1865, John Wilkes, disparó contra Abraham Lincoln, en el teatro Ford en Washington, donde el presidente había asistido a ver la comedia "Our American Cousin".
James Garfield
Más de 15 años después del asesinato de Lincoln, los norteamericanos vivieron de nuevo la pesadilla. Esta vez, se trató de James Garfield, presidente número 20. Garfield fue herido el día dos de julio de 1881, en una estación de tren. Fueron infructuosos los esfuerzos por extraer la bala alojada en el pecho del presidente. Finalmente, el mandatario falleció en septiembre, más de dos meses después de recibir el disparo.
William McKinley
Habían pasado 20 años del asesinato de James Garfield, el día seis de septiembre de 1901, cuando el presidente William McKinley, recibió dos disparos en el pecho, a quemarropa, después de pronunciar un discurso. Hasta el último momento, los médicos confiaban en su recuperación, pero sus heridas se infectaron y eso le provocó la muerte. Murió el 14 de septiembre, ocho días después de recibir los disparos.
John F Kennedy
El asesinato de John F. Kennedy, ocurrido en Dallas en 1963, sin dudas, marca un antes y un después en materia de adopción de medidas de seguridad en torno a un presidente en los Estados Unidos. Kennedy se desplazaba en su vehículo y fue impactado por varios disparos. El tirador, Lee Harvey Oswald, atacó desde un edificio. Fue apresado, pero antes de poder explicar los motivos que lo llevaron a cometer el horrendo acto, murió a manos de Jack Ruby.
Intentos fallidos
A través de la historia, varios presidentes han estado en la mira y algunos han sido alcanzados por las balas. En marzo de 1981, el presidente Ronald Reagan, terminaba un discurso, cuando fue tiroteado por John Hincley Jr.
En este ataque, del cual logró recuperarse, otras tres personas resultaron heridas, entre ellas su secretario de prensa, James Brady, quien quedó parcialmente paralizado.
George W Bush, no resultó herido, pero en un mitin en 2005, le lanzaron una granada de mano. La granada no llegó a explotar y nadie resultó herido. En una ocasión, en el 2011, se escucharon disparos en la Casa Blanca, el presidente Barack Obama no resultó herido. Otros que salieron ilesos fueron Gerald Ford, Franklin D Roosevelt, Harry Truman,
El tirador
A pesar de la intensa investigación que han realizado los organismos de seguridad de los Estados Unidos, hasta el momento es poco lo que se sabe del joven atacante, Thomas Matthew Crooks, que contaba con 20 años de edad. Hasta el momento de publicar esta nota, aun no se ha revelado cuales fueron los motivos que llevaron al tirador a tratar de acabar con la vida del expresidente Donald Trump.
Preguntas
Hasta ahora, el atentado a Donald Trump ha dejado más preguntas que respuestas. Desde la identidad del atacante, las fallas de la seguridad, los videos que muestran al tirador en posición de ataque, las advertencias de algunos de los presentes, que se percataron de la presencia del hombre armado en el techo del edificio, alrededor de 86 segundos antes de que se escuchara el primer disparo.
