Por Octavio Santos
Hay algo que une al país entero más allá del merengue, el plátano y las elecciones: la incertidumbre del servicio de agua. Pero la historia, como siempre, cambia de tono dependiendo de la región donde se cuente. ENHOGAR-2024 lo deja claro con cifras y frases que, aunque parezcan frías, pintan con bastante precisión el mapa de las diferencias territoriales.
Hoy viajamos —sin pagar peajes— por cuatro regiones de la República Dominicana para entender cómo viven sus habitantes, qué les falta y qué tanto se han acostumbrado a vivir con lo mínimo. Desde El Valle hasta Yuma, este es un recorrido por la cara más íntima de las estadísticas.
El Valle: juventud a la intemperie
Con una edad media de apenas 28 años, El Valle se posiciona como la región más joven del país. Pero esa juventud viene acompañada de una realidad dura: es también una de las más afectadas por los fenómenos naturales, con acceso limitado a servicios básicos.
“El 36.0% de los hogares de la zona rural considera que su vivienda está ubicada en un área riesgosa frente a fenómenos naturales”, advierte el informe. Y si no llueve, quema: el 20.5% de los hogares en el país reportó haber sido afectado por calor excesivo, una categoría debutante en esta edición de ENHOGAR.
Pero quizás lo más alarmante es el tema del agua. En la zona rural, solo el 48.8% de los hogares recibe agua por tubería dentro de la vivienda. Eso explica por qué casi todo el mundo —el 95%— almacena agua. “Esta práctica social tan esparcida, agrega valiosa información adicional que dimensiona y permite analizar los indicadores relativos a la frecuencia de acceso al agua potable”, dice el informe. Traducción: nadie se fía del grifo.
Además, Valdesia, región vecina que comparte características sociodemográficas con El Valle, tiene el promedio más bajo de horas de energía al día: apenas 19.2. Cuando se va la luz, no solo no se ve, sino que tampoco se bombea agua. Y así se arma el combo perfecto: joven, pero sin servicios.
Cibao Nordeste: educación sí, agua no
Este rincón del país parece tenerlo todo: gente mayor, más tiempo en la escuela y, según los datos, la edad promedio más alta del país (35.2 años). Pero, sorpresa: no tienen agua en condiciones.
“El 50.8% de los hogares rurales se abastece de agua del acueducto de la red pública”, dice el documento. Eso quiere decir que la otra mitad, no. Lo peor es que, aunque se tenga acceso al agua, no siempre fluye por las tuberías. ENHOGAR tuvo que cambiar la forma de preguntar sobre el tema porque “los hogares pueden tener tubería, pero no necesariamente recibir agua”.
Eso sí, cuando se trata de educación, Cibao Nordeste saca pecho. La tasa de alfabetización femenina en la zona rural es de 94.4% y la masculina de 93.6%. Y por si fuera poco, el 97.7% de la población de 15 a 19 años usó Internet en los tres meses anteriores a la encuesta.
Yuma: la generación touch-screen sin agua todos los días
¿Dónde viven los dominicanos más jóvenes del país? En Yuma. Su edad media es de 27 años, y su promedio general de 29.5. Pero no se dejen engañar por la juventud: no es sinónimo de modernidad en todos los frentes.
La penetración digital es alta. El 85.4% de los adolescentes de 15 a 19 años tiene un celular. Y el 45.4% de los jóvenes de 5 a 19 años ha usado computadora en los últimos 12 meses. El Wi-Fi está encendido, pero la educación inicial parece estar en modo avión: el 28.2% de los niños de 3 a 5 años nunca ha asistido a un programa de primera infancia.
Eso sí, en las casas hay Internet, especialmente cuando el hogar es liderado por mujeres. “En los hogares donde el jefe del hogar es de sexo femenino, el 60.8% tiene el servicio de Internet, mientras que, en los liderados por hombres, el 56.3%”, apunta el estudio.
La pregunta obvia es: ¿de qué sirve tener Internet si no se puede hervir agua para un té? El 42.4% de los hogares almacena agua en tinacos, 40.9% en tanques, y casi todos lo hacen porque el servicio es intermitente. “El promedio nacional de horas por día que los hogares reciben el servicio de agua potable es de 11.4”, dice el informe.
Ozama o Metropolitana: donde conviven el 5G y la basura
La región metropolitana encabeza los rankings que más le gustan al Gobierno: mayor cobertura eléctrica (99.5% de los hogares urbanos), acceso a Internet (casi 60% en general), y altísimo uso de teléfonos móviles.
Pero hay un precio por la hiperconectividad. “El 20.3% de los hogares urbanos considera que sus viviendas están expuestas a los efectos de la contaminación acústica de los bares, colmados o vecinos”, detalla el informe. O sea, en el Gran Santo Domingo es más probable escuchar un reguetón a las 3:00 a. m. que el canto de un gallo.
La basura tampoco se va sola. “El 19.8% de los hogares considera que sus viviendas están expuestas a la contaminación generada por la acumulación de basura.” Y eso que el 88% de los hogares confía en el servicio de recogida por parte del ayuntamiento. ¿Será que el camión no siempre llega?
