Por Evelyn Irizarri Santos
NUEVA YORK, Estados Unidos. – Una de las propuestas de campaña del expresidente Donald Trump en las elecciones de 2016, que más pasiones despertaba y que se estima, motivó a una considerable masa de votantes, fue precisamente la de negar la nacionalidad a los hijos de personas indocumentadas.
Hoy, el aspirante a la nominación presidencial republicana, Ron DeSantis, asume el mismo discurso, en lo que más que una promesa de campaña representa una amenaza para millones de personas.
La enmienda XIV
La continuación de los Estados Unidos consagra en su enmienda número 14, el derecho a la nacionalidad de todas aquellas personas nacidas en territorio norteamericano o naturalizadas, mediante el proceso de naturalización.
Es la enmienda más extensa de la Ley de leyes de los Estados Unidos, consta de cinco secciones. Esta enmienda fue incluida en el año 1868, y no solo se limita a establecer quiénes son ciudadanos de los Estados Unidos, sino que establece las reglas para elegir y ser elegido al Congreso, la deuda pública y el derecho al voto.
Lo que ha dicho Trump
La posición de Trump es muy similar a la de DeSantis, pero, claro, el expresidente no quedaría ahí, él iría más lejos. En una reciente aparición en un video difundido en su red social, Trump, quien busca regresar a la Casa Blanca por otros cuatro años, no sólo afirmó que negará la nacionalidad a los hijos de indocumentados, nacidos en los Estados Unidos, sino que aseguró que firmará una orden ejecutiva exigiendo que al menos uno de los padres del recién nacido cuente con un estatus migratorio legal, como una green card o tarjeta de residencia.
Pero eso no es todo. Además amenazó con privar de un número de identidad, seguro social y otros beneficios económicos y financieros a esos niños. Algo poco probable si se tiene en cuenta los Derechos Superiores del Niño.
La posición de DeSantis
En un reciente discurso, el gobernador de La Florida, Ron DeSantis dejó claro que su campaña electoral en marcha hacia la Casa Blanca estará basada en tres pilares. El primero de estos pilares es su batalla contra la inmigración ilegal, una batalla que ya ha iniciado desde su oficina de la gobernación y su dura ley antiinmigrantes que entrará en vigor el primer día del mes de julio. El segundo fuerte, es permitir el libre porte de armas de fuego, sin necesidad de tener licencia, un derecho consagrado en la segunda enmienda y el tercero, pero no menos prioritario, la identidad de género. Todo esto, claro, sin olvidar el muro fronterizo del cual dijo se propone terminar y la seguridad en la frontera. Para esto ha dicho que una de sus medidas, al llegar a la oficina Oval, será el envío de fuerza letal a su vecino México, para combatir el narcotrafico.
Las coincidencias entre Trump y DeSantis, tanto en sus ideas y propuestas, como en sus controvertidas personalidades y su retórica dura e irreverente, representan una garantía para los votantes republicanos conservadores y ultraderechistas y un estímulo para acudir a votar por cualquiera de los dos que sea candidato presidencial en el 2024.
Puntos fuertes
Es innegable que todos estos argumentos encienden las pasiones a favor y en contra. Unos basados en sus deseos y otros bajo el amparo de la ley. Es bien sabido que un presidente no puede hacer todo lo que le parezca, pues de ser así, Trump habría cambiado el país de arriba abajo, en especial en cuanto a políticas migratorias.
Tanto él como DeSantis conocen la fortaleza de la Constitución estadounidense. Saben que están sujetos al "Chek and balance", o separación de poderes, el peso y contrapeso, que impide a un poder del estado ir más allá de sus atribuciones.
El procedimiento
Uno de los procesos más difíciles y complicados es realizar una enmienda a la constitución de los Estados Unidos. Esto fue algo pensado por sus redactores, a fin de garantizar la estabilidad del país. Por eso establecieron un proceso tan largo como complicado. Esto además ha servido para que las enmiendas, 27 en total, realizadas a lo largo de más de 200 años, sean permanentes.
El artículo V de la ley suprema norteamericana establece el proceso completo para enmendar la ley suprema de la nación. De acuerdo con este artículo, el Congreso es la única institución que puede proponer enmiendas a la Constitución, siempre y cuando las dos terceras partes de ambas cámaras lo estimen necesario. El otro órgano proponente sería las dos terceras partes de la Asamblea Legislativa de los Estados, pero en este caso, es necesario que el Congreso convoque a una convención.
Poco probable
El proceso de reforma como tal, no está contemplando en la Constitución, es por esto que al texto constitucional se le realizan enmiendas, la última de las cuales se realizó, luego de un extenso y extenuante proceso en 1992.
A pesar de las propuestas o amenazas, un cambio en alguna de las enmiendas es poco probable, y para qué no haya dudas, solo hay que remitirse al párrafo dos del artículo seis, que establece lo siguiente: "Esta Constitución, y las leyes de los Estados Unidos que se expidan con arreglo a ella, y todos los tratados celebrados o que se celebren bajo la autoridad de los Estados Unidos, serán la suprema ley del país y los jueces de cada Estado estarán obligados a observarlos, a pesar de cualquier cosa en contrario que se encuentre en la Constitución o las leyes de cualquier Estado".
De modo que habría que esperar para saber si algún mandatario se dedicará a gobernar solo con órdenes ejecutivas, algo tan improbable como una reforma constitucional.