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sábado, enero 4, 2025

Amagar y no dar: La ilusión de poder en la política venezolana. *

Por Nelson Cuevas Medina

La frase popular "amagar y no dar" tiene una fuerte carga política, ya que implica una estrategia en la que alguien aparenta una acción o amenaza sin llevarla a cabo. Esto se da en diversas situaciones, desde los gobiernos, en problemas personales, sociales, empresariales, etc.

En el ámbito político, este comportamiento se puede ver como un recurso para generar presión o miedo en sus adversarios, sin asumir los costos de una acción real.

Su uso es común en negociaciones durante situaciones de conflicto, donde los actores muestran disposición a actuar de forma contundente. Difunden un mensaje de lo que están dispuestos a hacer, que muchas veces lucen real y confunden, pero finalmente no implementan sus amenazas. Esto genera un clima de incertidumbre, dejando a los opositores y otros actores en constante expectación sin que se produzcan cambios sustanciales.

Desde esa misma perspectiva política, esta estrategia comunicacional conlleva sus riesgos.  Si la amenaza no se cumple, -como se prevé sucederá en el caso que nos ocupa- puede resultar en una pérdida de credibilidad ante sus seguidores y otros actores. 

Un líder opositor que continuamente "amaga y no da", puede ser percibido como débil o incapaz de cumplir sus promesas. Sin embargo, en ciertos contextos -como ha sucedido en varios países de América Latina, incluyendo la República Dominicana- este comportamiento puede ser útil para mantener el equilibrio de poder, evitando confrontaciones directas y permitiendo que el oponente actúe por temor a una acción que nunca llega a materializarse. Así, la frase "amagar y no dar" refleja una compleja danza de poder, donde se construye una imagen de firmeza sin la capacidad y la intención de recurrir a la acción real.

Un ejemplo histórico se encuentra en los primeros gobiernos de Joaquín Balaguer, cuyos "triunfos" electorales fueron catalogados producto de la comisión de fraudes electorales. En las elecciones de 1978, se evidenció una fuerte resistencia del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) ante las intenciones de diversos sectores de desconocer la voluntad popular. Ahí se amagó y se dio. Balaguer tuvo que ceder el poder. 

Sin embargo, en las elecciones de 1990, el "que se vaya ya" de Juan Bosch y el PLD, ante lo que llamaron un fraude colosal, implementaron el slogan desconociendo los resultados que favorecieron al Partido Reformista. El "amagar y no dar", no surtió los resultados esperados en la población.

La oposición venezolana

En el caso de la oposición venezolana, se le podrá aplicar el refrán "amagar y no dar" ante una estrategia comunicacional fallida que no ha impactado significativamente en un sector importante del país: la Fuerza Armada Bolivariana, esencial para revertir la situación actual y tampoco en los más de 7 millones de habitantes que dicen votaron por Edmundo González.

En un acto considerado desesperado, la opositora María Corina Machado ha estado enviando mensajes directos a la Fuerza Armada desde la clandestinidad, mostrando un desconocimiento sobre cómo está estructurado este cuerpo armado y su vinculación con el chavismo. Cada llamado recibe una respuesta de los altos jefes militares.

Las cosas en Venezuela podrían complicarse aún más cuando el 10 de enero se produzca la juramentación de Nicolás Maduro como presidente de la República ante la Asamblea Nacional. Esta situación podría dejar a Machado en una posición muy precaria ante sus seguidores. Su falta de éxito podría forzarla a buscar asilo o abandonar el país para evitar problemas legales. Además, su errada estrategia podría resultar en la pérdida definitiva de su base de apoyo, que podría sentirse engañada, motivada aún más con la salida a España de Edmundo González, y no se materialice su retorno a Venezuela como ha estado expresando que hará.

El tiempo se agota para la oposición venezolana, lo que motiva los constantes llamados de Corina y otros dirigentes residentes en el exterior a desconocer los resultados electorales y sus pedidos a países, organismos internacionales, expresidentes a reconocer a Edmundo como el presidente electo. 

A más de cinco meses de las elecciones pasadas, no ha habido ningún movimiento significativo de protestas más allá de las escenificadas los días 29, 30 y 31 de julio. Sus llamados a nuevas movilizaciones, nacionales e internacionales, a decir de los dirigentes chavistas, "han tenido un rotundo fracaso".

¿Cómo lograrán revertir en días lo que no han conseguido en décadas?  Ante esta estrategia catalogada por muchos de engaño, ¿puede la oposición venezolana romper el ciclo? Está por verse.  Con ese "amagar y no dar", se podría estar ante la farsa política que lideres de la oposición venezolana, buscan imponer y buscar una acción de actores internacionales.

Lo que sí podrían lograr -como sucedió en 2019- es crear un gobierno paralelo en el exterior, apropiarse de activos bloqueados en el exterior, nuevas sanciones y provocar un éxodo masivo de venezolanos.

Ante tal situación, en ningún otro momento más que el 10 de enero del 2025 resonará con el merengue popularizado por Johnny Ventura: ¡Amagar y no dar! ¡Amagar y no dar! Un pellizquito y mandarte a huir.

 

Nelson Cuevas
Nelson Cuevas
Periodista - Dirigente comunitario. Lic. en Educación, Lic. en Derecho, con Maestría en Derecho Civil y Procesal Civil Contemporáneo. Con estudios en Manejo de Areas Silvestrea y Areas Protegidas, en la Universidad Estatal de Colorado, EE.UU.

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