Por Osvaldo Santana
Avanzamos hacia el 18 de febrero, días y horas finales, que indujeron a la Junta Central Electoral (JCE) a hacer advertencias de rigor: a partir de este jueves 15 de febrero queda prohibido realizar actos de proselitismo, incitaciones, propaganda radial, televisiva, avisos, carteles, telones y otros medios similares, lo mismo que el expendio de bebidas alcohólicas desde las 7:00 a.m. del sábado 17 hasta las 5:00 a.m. del lunes 19. Y algo especial: Durante los 8 días anteriores al de la votación está prohibida la publicación y difusión de sondeos o encuestas electorales.
Es decir, que todo está listo para la escogencia el domingo 18 de este febrero de las autoridades municipales y de las juntas distritales, para lo cual los partidos han desplegado esfuerzos y energías para lograr sus propósitos.
El oficialista Partido Revolucionario Moderno (PRM) apuesta a quedarse con el 70 por ciento de los 3 mil 849 cargos a elegir, es decir, de 158 alcaldes e igual número de vicealcaldes; de 1,164 regidores e igual número de suplentes, más 235 directores de distritos y la misma cantidad de subdirectores, y 735 vocales de distritos municipales. Pero ese 70 no es más de lo que ya tiene: 81 alcaldías producto de las elecciones de 2020, más 32 que arrebataron a los opositores, sobre todo al Partido de la Liberación Dominicana (PLD). Actualmente controla 113 alcaldías. Para alcanzar ese porcentaje tendría que ganar las 81 plazas anteriores más las 32, que tendrían “asegurado”.
Se trata de un propósito proclamado por el presidente Luis Abinader, que durante las últimas semanas arreció en las calles, con jornadas extraordinarias, con énfasis en el Gran Santo Domingo y en pueblos y ciudades de la región Norte. El fin de semana del 11 de febrero recorrió el Distrito Nacional junto a Carolina Mejía, y allí sentenció: “Lo que viene es un tsunami del pueblo a favor del PRM y de los candidatos aliados… Los números serán impresionantes. Lo que viene para el PRM es grande”.
El PRM viene, prácticamente desde que ascendió al poder, en un afanoso empeño por ensanchar el control del mayor número de puestos electivos en la Administración. Y apuesta a su activo principal, el presidente Abinader, cuyo dinamismo es más que ostensible desde su elección.
Nada más el año pasado, según, informó la Presidencia de la República, realizó “la asombrosa cifra de 716 actividades y 1,106 reuniones ordinarias dentro del Palacio, lo que simboliza más de tres años de trabajo condensados en un solo año calendario. Asimismo, recorrió 41 mil 173 kilómetros dentro de la República Dominicana, equivalente a darle la vuelta al mundo, una hazaña que destaca su esfuerzo incansable y su dedicación inquebrantable a la nación”.
Todo eso amplificado y promovido precisamente por la dirección de Prensa del gobierno, que solo en 2023 realizó 736 convocatorias, 897 coberturas y 919 producciones, más una apabullante publicidad política a través de los medios más tradicionales y electrónicos.
Asimismo, el mandatario no se detuvo en ofrecer y tratar de cumplir. Cohesionó su partido, que ha hecho uso conveniente del ejercicio del poder, en el visible activismo de los programas sociales del Estado y acciones conexas, y ha cooptado decenas de adversarios, más las alianzas formales con 21 agrupaciones y partidos. El PRM ha hecho las diligencias en su confeso propósito arrollador.
La oposición
La oposición, con menos recursos que el oficialismo, ha intensificado en las últimas semanas sus actividades, y se afirma en las quejas ciudadanas por el alto costo de la vida y el deterioro de los servicios médicos y las fallas en los servicios de salud y educación.
El líder opositor Leonel Fernández ha dicho que “la gran queja nacional es el alto costo de la vida, unido a la falta de circulante, la inseguridad ciudadana, el desempleo y la caída de diversos sectores de la economía nacional, como son la agropecuaria, la manufactura local, zonas francas, minería, la construcción y el comercio.
“Esa situación sombría, debido a improvisaciones y a la aplicación de medidas erráticas por parte del actual gobierno del presidente Luis Abinader y del PRM, ha generado una gran irritación del pueblo frente al gobierno.
“Con un escenario de esa naturaleza, es un acto de osadía política pretender recibir un apoyo como el que desde Palacio se afirma obtendrán dentro de pocos días en los comicios municipales”.
Asimismo, Fernández, en un artículo en Listín Diario el 12 de febrero señala que el oficialismo “avasalla con la propaganda; otorga bonos navideños que se extienden hasta junio y educativos a mediados del año escolar; distribuye electrodomésticos; concede millares de pensiones especiales; abulta la tarjeta Supérate; y hace entrega gratuita de dispositivos electrónicos para Internet y Telecable. En fin, el gobierno apela a todos los métodos clientelares e ilegales para tratar de imponerse en las urnas por la vía del uso de los recursos públicos”.
Aunque la oposición logró concertar la Alianza Rescate de RD, el impulso que debió agregarle a su campaña no se percibe con la consistencia debida frente al oficialismo que se proclama triunfador apoyado en encuestas y la promoción de una percepción de victoria.
Los principales líderes del PLD, Danilo Medina y de la Fuerza del Pueblo, Fernández, en ningún momento aparecieron en un acto, o acción conjunta que enviara un mensaje de cohesión y fortaleza opositora.
En algunas localidades parecen competir entre sí por la primacía. Subyace una apuesta de cuál de los dos principales partidos de la Alianza obtendrá el mayor número de puestos.
La Alianza opositora se verifica en 89 municipios, donde el PLD, la Fuerza del Pueblo y el PRD llevan candidatos comunes, pero en los otros municipios cada partido lleva sus propios candidatos.
Factores locales
Aunque se trata de una competencia partidaria y de personalidades, las elecciones municipales están enfocadas en las figuras de cada localidad, con sus fortalezas y debilidades. Aunque la pertenencia partidaria es un elemento fundamental, el candidato también juega un rol. Su liderazgo o su ascendencia comunitaria puede pesar más que la afiliación o incluso que los favores recibidos.
Las votaciones
En cualquier caso, las votaciones de este domingo 18 de febrero medirán el ánimo de la población. ¿Qué tan satisfecha o insatisfecha podría estar con el gobierno o el presidente? ¿Qué secretos pudiera guardarse, que no son perceptibles para los ojos y el tino de los analistas y observadores?
Las urnas develarán todas las interrogantes. Confirmarán o derrumbarán los vaticinios en una u otra dirección.
RUIDOS
Además de las quejas de los ciudadanos por el alto costo de los alimentos, el gobierno ha visto erosionar su imagen cada vez que ha estallado un escándalo en la Administración, como ocurrió el año pasado con un contrato en el Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (INTRANT).
Sistemáticamente, el gobierno de la transparencia ha sufrido ese tipo de ruidos o contratiempos que impactan la prédica del presidente Abinader, desde el inicio mismo de la gestión.
Uno de los casos más sonados fue el ministro a cargo de la dirección de Proyectos Estratégicos y Especiales de la Presidencia (PROPEEP), Neney Cabrera, en el ojo del huracán por manejos cuestionables en el programa “Pinta tu Barrio en Navidad”, según divulgó originalmente el programa El Informe de Alicia Ortega. El caso ameritó la acción de la Dirección General de Compras y Contrataciones y de la dirección de Ética e Integridad gubernamental, pero no pasó de ahí.
En el ojo del huracán estuvo Lissandro Macarrulla, entonces ministro de la Presidencia, cuando uno de sus hijos fue mencionado en el caso Medusa, en los tribunales, por cargos de corrupción y sobrevaluación de obras con el exprocurador Jean Alain Rodríguez como acusado principal, por estafa contra el Estado por más de 6 mil millones de pesos. Macarrulla primero salió del cargo con una licencia y posteriormente formalizó su renuncia mediante una carta al presidente Abinader.
Súmele a esto lo sucedido con Roberto Fulcar, quien salió del ministerio de Educación tras un escándalo por la compra de RD$700 mil en orquídeas. Otro ruido se produjo cuando la Dirección General de Contrataciones Públicas (DGCP) informó sobre la suspensión de unos contratos suscritos por el Ministerio de Educación con cuatro editoriales para la adquisición de libros de textos en formato digital para el año escolar 2022-2023. Luego se diría que su sustitución estaba motivada por problemas de salud.
Tanto Cabrera como Fulcar siguen en el tren administrativo, como ministros sin cartera.
En diciembre del 2020, Kimberly Taveras, ministra de la Juventud debió renunciar al cargo, y solicitó una licencia por una investigación del Ministerio Público sobre su patrimonio, el cual fue cuestionado por varios medios de comunicación. La profesional jamás volvió al puesto y luego fue designada Luz del Alba Jiménez Ramírez, quien fue también destituida meses después por una enojosa situación.
Otro escándalo de supuesta corrupción ocurrió en 2021 en la Lotería Nacional que condujo a la prisión a varios empleados, entre ellos el entonces administrador el señor Luis Maisichell Dicent.
Un hecho que igual llamó la atención fue la denuncia contra el director del Instituto Agrario Dominicano (IAD), Leonardo Faña, destituido del cargo luego de una denuncia ante los tribunales de María Isabel Flores, sobre supuesto acoso sexual.
En el Instituto Postal Dominicano (Inposdom), bajo la dirección de Adán Peguero, también se destapó una denuncia de corrupción, que fue solventada con un decreto, mediante el cual fue designada en su lugar a Katiusca del Carmen Báez de Hilario.
Durante todo el período no han salido de la palestra los escandalosos casos de diputados del PRM. El más sonado, Miguel Gutiérrez Díaz, detenido al llegar a Estados Unidos, por narcotráfico y lavado de activos. Él confesó los cargos. Rosa Amalia Pilarte, acusada de lavar más de 4,000 millones de pesos provenientes del narcotráfico. Espera un juicio de fondo, según decisión de un juez de la Suprema Corte de Justicia. Otros han sido referidos, pero nadie ha presentado cargos contra ellos.
Y recurrentemente, el programa Supérate también ha sido fuente de escarnio por el manejo de la tarjeta de asistencia económica a personas carenciadas.