Lito Santana
Brenda Castillo, la excepcional jugadora dominicana de Voleibol, está de moda. Los que siguen este deporte saben a qué me refiero. Jugando en una posición que es relativamente nueva en la historia del voleibol se ha establecido como la mejor del mundo.
Ella se desempeña como Libero y si la ves en la cancha, la distingue en su sexteto, pues su posición tiene un uniforme distinto a las demás y luego la ubicas porque nunca está tranquila y vive recorriendo la cancha en busca de remates contrarios, defensas fallidas de sus compañeras, acomodando bolas para remates de las estelares salidoras de las Reinas del Caribe, como se denomina a nuestra selección nacional de voleibol superior o animando a todo el equipo para subir su desempeño.
Ella es una atleta superespecial que, si la inserta en el globo terráqueo, no puedes comprender cómo un país tan pequeño, como República Dominicana, puede tener una atleta de esa dimensión, por encima de naciones como Estados Unidos, China, Rusia, India, Canadá, Brasil, Japón, Polonia y Serbia, que son potencias, que, en ese deporte, lucen invencibles.
El seguimiento a Brenda y a sus compañeras de equipo me viene de esa vena voleibolista heredada de mi nacimiento en el municipio de Tamayo, lugar donde el voleibol era el deporte dominante, el pan nuestro de cada día.
Era tan fuerte esta práctica deportiva, que siendo Tamayo uno de los municipios más pequeños del país, logró colocar cinco jugadores en el sexteto de la selección nacional, encabezados en ese entonces por el inmortal del “Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano”, Héctor Romero.
Este atleta es considerado como el mejor rematador que ha dado la historia del voleibol en República Dominicana y uno de los primeros refuerzos dominicanos en competiciones internacionales de esa disciplina, brillando en Europa, Estados Unidos y Argentina. En esa misma línea está nuestro Peco Contreras y José -El Clavito- Cáceres, dos glorias de Tamayo, de nuestro voleibol nacional.
De modo que, para los tamayeros, la selección de voleibol de ese pueblecito era para el país lo que son ahora las Reinas del Caribe para el mundo, perdonando la diferencia y la distancia.
Naturalmente, lo de Brenda Castillo es otra dimensión, pues a sus 31 años, esta nativa de San Cristóbal ocupa el primer lugar en cualquier selección de “Sexteto Todos Estrellas del Mundo”, en torneos que se celebren en cualquier lugar del planeta, como ocurrió en el más reciente celebrado en China, donde nuestra selección nacional clasificó para participar en los “Juegos Olímpicos del 2024” que se celebrarán en París, Francia.
Brenda es una persona sin igual. Mis felicitaciones a esa reina de reinas en su disciplina deportiva.