La basílica de Higüey o de Nuestra Señora de la Altagracia fue diseñada por los arquitectos franceses André-Jacques Dunoyer de Segonzac, Pierre Dupré y Pierre Domino, quienes ganaron un concurso internacional convocado en 1947 y realizado en 1949. La basílica se erigió para sustituir un antiguo santuario donde se veneraba la imagen de la Altagracia, que data de 1572. La construcción de la basílica comenzó en 1954, por iniciativa del primer obispo de Higüey, monseñor Juan Félix Pepén, y se prolongó durante 17 años.