Por Evelyn Irizarri Santos
NUEVA YORK, Estados Unidos. – Tal como se esperaba y en la misma fecha, 25 de abril, en que hace cuatro años reveló su precandidatura por el Partido Demócrata, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, anunció su carrera para un segundo mandato.
Algo a lo que tiene derecho, aunque en un escenario diametralmente opuesto al del año 2020 cuando se enfrentó al entonces impetuoso presidente Donald Trump.
De cara al 2024
Más que vencer a un rival, el presidente-candidato tendrá que demostrar que sigue siendo apto para el cargo, en un panorama marcado por la baja aprobación de su mandato y su avanzada edad, que para muchos representa el principal obstáculo entre Biden y sus anhelos reeleccionistas.
Joe Biden, quien en noviembre celebrará su cumpleaños 81, desde que asumió el cargo en enero del 2021, dejó claras sus intenciones de optar por un segundo mandato. Una revelación que generó burlas y comentarios sarcásticos, por tratarse del hombre de mayor edad que ha jurado la presidencia de los Estados Unidos en toda su historia.
El equipo del presidente en todo momento afirmó que, en privado, Biden le manifestaba sus intenciones de correr por la reelección, por lo que solo era cuestión de finalizar algunos temas y elegir la fecha adecuada.
Pero, la seguridad de las personas de su entorno, de que esto sería ciertamente posible, no llegó si no hasta que el país tuviera una señal clara de las posibilidades de Biden de cara a la reelección. Esa señal llegó. Los resultados electorales en las elecciones de mitad de mandato, a pesar de la pérdida del control de la Cámara de Representantes, considerados los mejores para un partido en el gobierno, en los últimos 20 años. Esa victoria revitalizó al presidente y engrasó la maquinaria reeleccionista de cara al 2024.
"Terminemos el trabajo"
Los primeros rayos del sol del 25 de abril fueron testigos del anuncio de Biden de correr por un segundo mandato. La vía: un video de tres minutos, colgado en sus redes sociales bajo el título "Let’s Finish The Job” lo que en español se traduce "Terminemos el trabajo".
En el audiovisual, el presidente hace un llamado a defender la libertad y la democracia de los extremistas, MAGA, corriente trumpista, que, asegura, pretende cercenarla.
Las imágenes del video, así como su contenido, dejan entrever que, en efecto, se da por hecho que no sólo el escenario será el mismo, sino que también los actores principales, ya que en la publicación se presentan imágenes del asalto del seis de enero del 2021 al Capitolio y se hace mención a la corriente ultraderechista del Partido Republicano, liderada por Donald Trump.
En resumen, la campaña del presidente Biden enfoca sus cañones a su potencial contendor, el expresidente Donald Trump, sin olvidar a Ron DeSantis y a Marjorie Taylor Greene, posibles aspirantes.
En el punto de partida
Con algunos temas nuevos y con las muestras de los logros de su gestión de dos años, tanto la propuesta del ahora precandidato, como las razones para buscar un segundo mandato, son idénticas a las expuestas hace cuatro años. La lucha por la libertad, la igualdad, el respeto a la diversidad, la tolerancia, la tributación equitativa, el derecho al aborto, son los temas enarbolados antes y que ahora resurgen en una evidente alusión a lo poco que se ha logrado avanzar en los mismos, en estos primeros dos años de gobierno demócrata.
Al igual que hace cuatro años, Biden alerta a los electores sobre las intenciones de los extremistas MAGA, de unirse para acabar con las libertades de que gozan los estadounidenses, así como de querer recortar los beneficios del Seguro Social y bajar los impuestos a los ricos.
Talón de Aquiles
En estos momentos Biden es un precandidato en busca de del favor de sus compañeros a lo interno del Partido Demócrata y más tarde, convertirse en el candidato presidencial y obtener la licencia necesaria para gobernar cuatro años más.
Sin embargo, hay más factores adversos que favorables. Uno de ellos es la inflación, que devora los ingresos de las familias norteamericanas y que se ha convertido en la fuente de mayor disgusto por parte de los ciudadanos. Otra materia, hasta ahora reprobada por la administración Biden, es la crisis migratoria.
El caos en la frontera, que parece habérsele ido de las manos a las autoridades, unido a una campaña sin pié ni cabeza, que alienta a los inmigrantes a cruzar la frontera con la falsa promesa de que tan pronto lleguen se les suministrará un permiso de trabajo y otros beneficios. Sin dejar de lado, la táctica de los gobernadores republicanos de enviar autobuses repletos de inmigrantes a ciudades santuario como Nueva York.
El reloj del tiempo
Otro factor que entorpece las aspiraciones del mandatario es su avanzada edad. En noviembre cumplirá 81 años. Es decir, que para las elecciones del 2024 estaría a días de cumplir 82 y de resultar reelecto, terminaría su presidencia a los 86 años.
La constitución estadounidense no establece límites de edad a una persona para ser presidente. El problema radica en las limitaciones propias de la edad, que en algunos actos públicos han revelado a una persona que a veces confunde nombres, hechos o fechas. Todo esto es minimizado por sus simpatizantes, y por todo aquel que lo prefiere mil veces antes que regresar a la Era de Trump.
El propio Biden resta importancia a un factor que considera intrascendente como la edad, sobre todo, porque la constitución no la considera un impedimento para ocupar la Oficina Oval.
Sin embargo, para algunos miembros de su propio partido y del Partido Republicano es imposible pasar por alto que el líder de una de las potencias mundiales presente estas limitaciones.
Candidatura republicana
En las filas republicanas, el escenario es más complejo, pero el ala más conservadora cierra filas en torno a un Donald Trump, cuya situación se torna cada vez más complicada.
A pesar de eso, sin ninguna condena privativa de libertad, Trump tiene las puertas abiertas de par en par para aspirar, primero a la candidatura presidencial y luego, de ser favorecido, presentarse como candidato presidencial, frente al mismo hombre que cuatro años atrás lo derrotó en las urnas y lo desalojó de la Oficina Oval.
Pero, al igual que el expresidente Donald Trump, otros republicanos se sienten preparados para ser candidatos y convertirse en el presidente 47 de los Estados Unidos.
Uno de ellos es el actual gobernador de La Florida, Ron DeSantis, muy parecido a Donald Trump, algunos dirían, un discípulo aventajado, con una retórica dura, posiciones muy similares frente a la inmigración, el aborto, el matrimonio igualitario y también miembro del club de los ricos. Con cierto aire de superioridad, comparte con Trump su visión de una América grande y poderosa.
Escenarios diferentes
En el caso de que los estadounidenses tengan que elegir entre Biden y Trump, como lo hicieron en el 2020, esta vez los actores deberán colocarse en los lados opuestos a los que ocuparon la última vez.
En esta ocasión, el presidente es Biden, por lo que ahora Trump, que en una cartelera de boxeo sería llamado "el retador", no tendrá que recurrir a cuestionamientos a la gestión de Barack Obama, durante la cual Biden fue vicepresidente, como ocurrió en los debates del 2020, sino que en esta oportunidad, Trump podrá referirse a los hechos y acciones de la presidencia de Biden y éste tendrá que defender sus acciones o inacciones, frente a la embestida de un Trump que atacará con todo y más, para ganar su anhelada revancha, más a sabiendas de que no hay mañana para el perdedor.
Los demócratas
La preocupación de los demócratas radica en la baja aceptación del presidente, su popularidad que se mantiene en los niveles más bajos, ante la imposibilidad de resolver los problemas económicos de los estadounidenses, la crisis migratoria, la inflación, la delincuencia que cada vez gana más terreno. Todo esto, unido a la imagen de un presidente frágil que nada tiene que ver con la grandeza del imperio que gobierna.
Por eso, algunos demócratas han anunciado sus aspiraciones y se preparan para enfrentar a su presidente y compañero de partido en las primarias. Hasta ahora, Marianne Williamson, autora de libros de auto ayuda y Robert Kennedy Jr. activista antivacunas, han anunciado sus intenciones de disputar la candidatura al presidente Biden.
Los republicanos
En el Partido Republicano, las aguas se tornan más turbulentas. Aunque hasta el momento, Trump es el favorito para enfrentar a Biden, es cierto que una corriente poderosa dentro de esa organización no lo apoyaría por considerarlo como alguien muy conflictivo, que más que unificar, continuaría ahondando las diferencias entre los norteamericanos.
Otra parte aboga por una renovación del liderazgo. Aspiran a que el partido presente un nuevo rostro, una imagen renovada, que unifique al partido y al país. Sin embargo, el candidato más fuerte, después de Trump, es el polémico y conflictivo gobernador de La Florida, Ron DeSantis, aunque hasta el momento, DeSantis no ha dicho si buscará la candidatura. Pero, Nikki Halley, ex gobernadora y exembajadora ante la ONU, Vivek Ramaswamy, empresario y escritor, Asa Hutchinson, ex gobernador de Arkansas, Larry Elder, activista antivacunas, aspiran, primero, destronar a Trump y después derrotar a Biden.
En ambas filas se espera que otros aspirantes anuncien sus candidaturas de cara a unas elecciones que pintan interesantes e históricas.
Las encuestas
La verdadera preocupación de demócratas y republicanos son los resultados de las primeras encuestas, los cuales revelan que, si bien Biden y Trump son los favoritos para las candidaturas presidenciales de sus respectivos partidos, los estadounidenses no quieren ni a uno ni al otro como sus opciones a elegir.
La percepción del pueblo americano es que ninguno de los dos debería competir para el cargo. Sin embargo, según una reciente encuesta de CNN, un tercio de la población cree que Biden merece la reelección, aunque la mayoría de los demócratas afirma que le gustaría ver a otro candidato.
De acuerdo con este sondeo, la popularidad del presidente continúa en el 42 por ciento con un 57 % de rechazo. Un 42% nada desdeñable, después de los resultados de las elecciones de medio término, y según la encuesta, estos números no han cambiado.
Observaciones
Los datos que afirman que un tercio de población cree que Biden merece ser reelegido, coinciden con los datos de 2017 con respecto a Trump. Otra observación es que, tanto demócratas como republicanos quieren un candidato distinto. Además, a pesar de que el presidente resta importancia a su edad para encarar un nuevo mandato, más de un 40 por ciento entiende que su edad es un impedimento para continuar al frente de la nación.
Hasta ahora, quienes han anunciado sus precandidaturas en ambos partidos no cuentan con el apoyo suficiente para ganar las primeras. Por eso, la atención está centrada en Biden y en Trump.
Habrá que esperar que se agreguen a la lista de aspirantes otros nombres, en especial en el Partido Republicano, donde se vislumbra una batalla muy feroz.