POR SANTO SALVADOR CUEVAS
Cuando los efectos de una acción humana, militar, social o política se revierten contra la persona o institución que la ejecutó, entonces, estamos ante un bumerán, lo que es igual decir, ante un hecho contraproducente.
El apresamiento en horas de la madrugada del sábado 18 de este mes, de 3 funcionarios del gobierno pasado (Gonzalo Castillo, José Ramón Peralta y Donald Guerrero), esa decisión planificada, anunciada y reservada desde hace casi tres años, no va a generar el efecto político que espera el oficialismo, sino que se le va revertir. Ya se ven y crecen los resultados y un rechazo mayoritario en la opinión pública que va aumentando según pasan las horas.
La pregunta es, si tenían las supuestas pruebas que vienen filtrando a los medios desde hace casi 3 años, entonces, por qué no actuaron de una vez, y esperaron el inicio de la precampaña electoral establecida en el calendario de la Junta Central Electoral (JCE), es decir, para proceder contra estos "imputados" hubo que esperar el momento de iniciar las inversiones y ofertas tras la reelección presidencial.
Los efectos de la Rendición de Cuentas
Los analistas ponderan también el hecho del rechazo desfavorable al gobierno a la hora de su Rendición de Cuentas ante el Congreso Nacional, el 27 de Febrero del 2023, pues desde el oficialismo se pensaba que con el discurso ante las cámaras legislativas el presidente de la República Luis Abinader "se comería los caramelos", resultando, en cambio, que desde un primer momento la gente desaprobó el discurso, provocando bajas en la popularidad de esta gestión.
Se esfumó el patriotismo
De igual manera, la introducción al Congreso Nacional por el Poder Ejecutivo de una ley contraria al interés nacional relacionada con la Migración y Trata de Personas, y que el Gobierno se vio obligado a retirar antes de ser sometida al debate precisamente por la carga de rechazo social, son elementos que provocan declive en la popularidad del Gobierno.
Errores tras errores
El mismo Gobierno que destituyó a dos ministras por rumores de mal manejo en sus funciones públicas, ese mismo gobierno, a menos de un año de destituirle, les nombra por decreto como vicecónsul en países europeos. Estos elementos se inscriben también en la suma de las acciones oficiales que van en detrimento de la popularidad de esta gestión.
Y los escándalos en este Gobierno
Mientras el Gobierno ejecutó un plan de apresamientos y golpeos contra ex funcionarios del pasado gobierno por supuesto actos de corrupción, en su momento estas acciones desde el Ministerio Público elevaron la popularidad del actual gobierno; pero, a casi tres años de gestión, la población ha sido testigo de más de 25 casos de corrupción que han sido denunciados en este Gobierno, tales como en el Ministerio de Educación, Aduanas, Pasaportes, IAD, Supérate, Interior y Policía, Lotería Nacional, etcétera, sin que hasta la fecha la justicia haya hecho nada.
Esta doble moral le quitó fuerza a la llamada lucha contra la corrupción
Tamaño error convertir al adversario en víctima
En medio de esa realidad cambiante, en evolución y movimiento constante, la llamada justicia independiente ha procedido a detener a unos ciudadanos que, como el licenciado Gonzalo Castillo, nunca antes fue citado por la Procuraduría General de República, y de repente hacen todo un aparataje militar y mediático cuyos efectos inmediatos en la opinión pública se están revirtiendo contra el oficialismo.
Le va a salir caro
Aunque en la sociedad se percibía desde hace un tiempo una especie de "acuerdos" entre el gobierno y la Fuerza del Pueblo para vender la percepción de que los verdes encabezaban la oposición al gobierno, ahora, con esta acción, han hecho de los "detenidos" unas víctimas y vendido al PLD como la principal fuerza política de oposición al presente gobierno.
El gobierno (a estas alturas) me luce que ya sabe que con esos apresamientos "metieron la pata", y, lo peor es, que no saben cómo revertir el error.
Lo que viene de aquí para allá son confrontaciones políticas entre el oficialismo y las fuerzas moradas.
Parece ser que donde se toman las decisiones en las alturas del poder, deberían aprender del ex presidente Hipólito Mejía, que, según sus propias palabras apuesta a la paz social y a tener prudencia política al actuar.