Parafraseando el título del nuevo libro de Haivanjoe NG Cortiñas, El economista y yo, conversando, he querido desarrollar el siguiente diálogo con el título que encabeza este espacio y que ahora tienes frente a tus ojos, en donde la inflación toma vida en la forma de una persona, que lo hace para tratar de defenderse, frente a la andanada de expresiones que con frecuencia se dice de ella, particularmente como el que está leyendo, que resulta ser el Yo, la contraparte de la conversación.
De ahora en adelante el Yo estará en la tipografía de letra Itálica y la inflación hecha persona en Arial.
–Siempre he querido tener a alguien de frente, ahora que te tengo a ti se presenta la oportunidad de decirte algunas cosas, especialmente poque a diario se dice todo tipo de improperio en contra mía, en particular cuando estamos de moda, como ahora que es tiempo de inflación.
En los periódicos, radio, televisión, redes sociales, mercado, colmado, tienda, cuando uno de mis artículos es vendido en la calle, en los supermercados, en casa, en el carro, en fin, donde se le ocurre a alguien, me dicen de todo, como es tu caso y, yo, paciente, sin hablar… pero por fin llegó mi turno.
–Espérate un momento, date un respiro, ni siquiera me has saludado y ya estás confrontando, se nota que estás estresada.
–Para colmo me ubicas como hembra, ¿qué te hace pensarlo?
–Claro, eres la inflación, no el inflación.
–Te equivocas, soy la suma de los precios de la leche, la habichuela, el arroz, el plátano, entre muchos más, varón y mujer, como dice el Génesis de la Biblia.
Tanto así que desde el 2020 represento a 364 artículos en la canasta básica, 94 más de lo que era antes y cada uno de mis precios es obtenido en 11,168 establecimientos en toda la geografía nacional, cantidad que supera en 3,205 la cantidad anterior.
–Me doy cuenta que te has preparado, te defiendes muy bien.
–Me cansé que ustedes vivan acabándome.
Crees que, porque el pollo que compras suba de precio ya es inflación, resulta que no, para que lo sea el movimiento de los precios debe ser general y continuo en todos los artículos y servicios y que abarque un período.
–Aunque me ofrezca esa explicación, para mi todo lo que es incremento de precios es inflación para el dinero que gano, lo demás es técnico. Prefiero calcular mi propia inflación, de hecho, lo hago en mi mente cada vez que compro algo, por eso en estos tiempos me quejo, ya sea cuando compro el pan para el desayuno, el arroz para la comida o el plátano para la cena.
Para que mi cálculo sea más preciso, aspiro que el Banco Central ponga a disposición del público una calculadora de la inflación real personal, como ya se ha hecho en otros países.
Te agrego algo, ahora te inventaste camuflarte, te escondes vendiéndote con menos calidad y cantidad y crees que uno no se da cuenta, a eso le están llamando reduflación.
–Veo que también te has preparado, hasta conoces la nueva forma de presentarme y con el nombre técnico. Agradéceme que por lo menos a simple vista hago de tu vida diaria menos cargada, camuflándome y que al menos no dejas de consumir parte de lo que represento.
Ahora que pasó el mes de julio debes estar más relajado, la variación de los precios fue de un 0.50 %, inferior a la de junio que registró un nivel de un 0.64 % y que la inflación en los últimos 12 meses, la que le llaman interanual fue de un 9.43 %, menor en 0.21 puntos porcentuales de la tasa mayor que se ha presentado en el 2022, que fue de un 9.64 % en abril.
–Ya vienes con la cantaleta oficial de que la inflación está bajando, será en los bolsillos de quienes calculan el dato y construyen el relato.
Yo lo cuento de otra manera y entre nosotros, la gente de a pie lo entiende de una vez, porque padece los efectos de la inflación. Te lo diré en un lenguaje más sofisticado, nuestra narrativa es inclusiva, porque es fruto del imaginario social, que resulta ser la calculadora diaria con la que cuantificamos los precios que suben de los artículos y servicios que compramos.
Para nosotros la inflación no ha bajado, por el contrario, ha aumentado. En esta semana el Banco Central, en su acostumbrado reporte mensual sobre el comportamiento de los precios, informó que tu nivel en julio fue de 0.50 %; sin embargo, nosotros no vemos si la inflación perdió intensidad, lo que decimos es que, el incremento de los precios de un mes se le suma el de los otros y al hacer ese ejercicio para los primeros siete meses del año, la tasa de inflación acumulada se ubica en un 5.48 %, mayor que la de igual tiempo en el 2021, que registró un 4.57 %.
Entonces ese relato de que la inflación es transitoria, que tiende al rango meta, es solo discurso.
–Como inflación no te discuto el dato, te afirmo que la tendencia es hacia la baja, en enero fue de 1.18 %, luego en abril de 0.96 % y ahora en julio de 0.50 %.
–No le llamaría tendencia, prefiero decirle movimiento zigzagueante de los precios, en un mes sube, en otra baja, luego aumenta y después disminuye, así ha transcurrido el año 2022.
–Por la forma en que te defiendes pienso que me tienes envidia, porque fíjate, si eres trabajador de seguro que te gusta cuando te aumenta el salario, si en cambio, eres empresario, siente satisfacción cuando se elevan las ganancias, si eres opinador, te encanta tener más seguidores y si eres artista, en la modalidad de intérprete, alcanza hasta el éxtasis cuando desde el escenario ve a toda capacidad el lugar donde te presentas, pues de la misma manera es la inflación, nos encanta cuando los precios de los artículos aumentan.
–Eres un bárbaro y como se te ocurre razonar de esa manera, todos los casos que mencionas no tienen consecuencias negativas, en contraposición a tu caso, la inflación daña el poder adquisitivo del dinero, produce más pobreza, disminuye la calidad de vida de los ciudadanos y el consumo, crea incertidumbre, afecta el empleo y a la inversión.
–Bueno, así es el sistema de mercado, la oferta y la demanda establece el precio. El mercado no mira consecuencias si no hay intervención, si la hay, entonces la culpabilidad puede ser compartida.
La inflación es un viento que tumba cocos y rompe con el dicho de que una golondrina no hace verano. Eso es lo que está pasando desde que se promovió y asumió la política monetaria y de gasto público expansivo, en el mundo y en el país, en ocasión de reducir los impactos económicos y sociales de la pandemia por COVID-19.
Para la ocasión del COVID-19 no hubo inflación, hasta llegó al nivel negativo, no fui noticia, ahora estoy en la primera plana de los periódicos, revistas, televisión, radio, artículos de opinión, en las redes, soy moda y nunca falta un meme ridiculizándome, el bullying, que no es más que acoso…lastimosamente tratan de satanizarme, cuando afirman, llegamos a la casa del terror.
–Al final te digo que tus días de moda están contado, el Banco Central anda detrás de ti y hasta el gobierno.
–Y tú crees en eso, tienen casi dos años diciendo eso, mi recomendación como inflación es busques un dinerito extra para que puedas convivir conmigo, al menos hasta lo que resta de año.