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viernes, diciembre 12, 2025
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Cosas y casos de la política dominicana

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Por Rafael Céspedes Morillo

Decía un cómico dominicano hace mucho tiempo que aquí le llaman tolete al peso y que el día más claro llueve. Agregó que somos tan especiales que los circos dejaron de venir porque los enanos crecían. Esas cosas suceden —o parecen suceder— y otras tantas más.

Por ejemplo, tenemos varios fenómenos que en el campo de la política nacional se comentan soterradamente, y no es de extrañar que una o varias de esas versiones ocurran; por lo menos la gente lo cree posible. 

Aquí los deseos los tratan como si fueran realidades; los saltos de la imaginación son más altos que los del gran Freddy Ortiz. Y desde esas trincheras nos llegan comentarios, ideas, sugerencias, posibilidades y denuncias de acuerdos, como si en el escenario político dominicano fuéramos a ver cosas como las siguientes:

Que David Collado, al ser derrotado, se iría como candidato presidencial del PRD. Pero sucede que el PRD está más cerca de la Fuerza del Pueblo que de cualquier otro lado; entonces. no se explica cómo pudiera darse una alianza entre esos sectores. Este tipo de creencia se inscribe entre las especulativas y las de los deseos; no parte sino de una mente fértil, con interés en que exista una ruta de “escape” ante la eventualidad de que Collado no sea favorecido con la victoria.

 Creo que una derrota de Collado a lo interno del PRM puede provocar su salida de ese partido, pero jamás sería hacia el PRD.

Siguiendo con las especulaciones y comentarios, otra versión es que si Carolina fuera la derrotada, entonces se uniría con el PLD. Esto surge a partir de la estrecha relación que se adjudica a Hipólito Mejía y Danilo Medina, y la inquina entre Danilo y Leonel, que desde la lógica sería la unión menos traumática y la que luce más expedita, aunque muchos sectores la ven como imposible.

Pero aún hay más. Existen quienes llegan a decir que Luis y Leonel tienen una alianza que se habría originado en la situación del 2020, y que a Leonel se le atribuye haber dividido al PLD para facilitar la victoria de Luis. De ahí que varios funcionarios del gobierno de Abinader se asume que son del grupo político de Leonel. Casos específicos son mencionados; el más relevante es el de Yeni Berenice, a quien ciertos sectores consideran una pieza de Leonel, debido a sus designaciones durante los gobiernos de este en posiciones estratégicas de la judicatura.

Es por estos comentarios —basados en hechos, aunque no necesariamente ciertos en lo político— que hay quienes llegan a plantear otra variable que podría aparecer a última hora: la unión del grupo de Luis Abinader con el de Leonel Fernández. Eso presentaría un cuadro medio abstracto, si se quiere, con candidaturas presidenciales abigarradas como las siguientes:

  • Leonel con alguien del PRM,
  • Carolina con alguien del PLD,
  • Collado con alguien del PRD.

Al margen de que sería más natural ver a Leonel con alguien del PLD y a un candidato del PRM aliado al PRD. Pero esto es República Dominicana, donde al peso le dicen tolete y el día más claro cae tremendo aguacero. Donde cuando cae lluvia la gente se esconde, pero si suena un disparo la gente sale a ver qué está pasando.

Y gente como yo, que intenta ver más allá de las curvas, se hace preguntas de otro tipo. Por ejemplo: ¿Puede pasar que el pueblo se jarte de que lo manipulen, decidan por él, y de ver que solo es importante el día del voto.

¿Puede el pueblo unirse al pueblo y elegir su propio candidato, sin tomar en cuenta a quienes se consideran algo más que líderes, casi dueños de la voluntad de la gente?

¿Dirá el pueblo un día: “a partir de hoy voy yo a decidir, voy yo a elegir, y además soy yo quien va a dirigir”? Y… ¿por qué no?

 

Rafael Céspedes Morillo
Rafael Céspedes Morillo
Rafael Céspedes

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