Por Lito Santana
Santo Domingo. – Antonio Florián no vacila ni un segundo cuando se le pregunta cómo está la situación del país y de inmediato responde: “El desarrollo del país está estancado y en retroceso”, y sostiene que su partido, La Fuerza del Pueblo ha concluido su congreso Franklin Almedya, para enfocarse en ganar las próximas elecciones del año 2028.
“Ahora hace falta construir, que es lo que nosotros pensamos, una nueva mayoría política y social en el país. Y en eso es que estamos nosotros trabajando. Porque Fuerza del Pueblo entiende que necesitamos ganar las elecciones, pero con una mayoría que permita reiniciar el progreso y el desarrollo de la República Dominicana”, afirmó.
Con Antonio Florián, que su entorno lo llama Peñita conversamos en pronosticamedia.com sobre su vida, sus inicios en la izquierda revolucionaria y la diferencia en tre el militante de izquierda de su tiempo y la participación política de las nuevas generaciones.
A continuación, el diálogo:
¿Cómo se siente?
AF Estoy bastante bien
¿Cómo te iniciaste en los movimientos políticos y sociales?
AF: Bueno, Lito, nosotros éramos jóvenes muy inquietos.
Recuerdo que vivía en Gualey. Ahí empecé a conocer a algunos jóvenes del barrio que participaban en actividades, en micro mítines, reclamando la libertad de los presos y cosas así.
¿De qué año estamos hablando?
AF: Estamos hablando de 1972
Dijiste Gualey, creí que tú eras de Haina.
AF: No, Gualey, yo nací en Guachupita, pero me crié en Gualey y en Los Minas. Entonces, cuando me inscribí en la Escuela Nocturna República de Honduras, que está frente al Morgan, ahí en el barrio María Auxiliadora, conocí la Unión de Estudiantes Revolucionarios (UER). Y me vinculé con la UER en esa escuela y allí inició ya el proceso de participación en actividad juvenil, actividad política.
Conocí luego a los compañeros de la Línea Roja del Movimiento Revolucionario 14 de Junio, dentro de la UER y me hice simpatizante de la Línea Roja y ahí seguimos participando.

Pero la mayoría de las personas que te conocen, creen que eres de Haina, ¿qué pasa con eso?
AF: Es una historia larga. ¿Qué ocurre? En nuestra condición de militante revolucionario llegó un momento en que la organización entendió que teníamos condiciones para ir a trabajar con la clase obrera y solicitó que saliéramos del movimiento estudiantil y nos fuéramos a vivir a Haina. Eso fue en el 1976. Fui como cuadro político a Haina, a sustituir a un compañero que le decíamos el socio, que era el que estaba allá. Se llama Karim Castellanos, que ahora vive en San Pedro de Macorís. En realidad, él es de San Pedro, vive en San Pedro y ya él iba de retirada, para La Capital, que los compañeros también lo necesitaban ahí y lo trajeron para acá.
Recuerdo que, en 1976, luego en el 1977, llegó a acompañarme en Haina, Benjamín Batista, un joven muy valiente de Barahona. Creo que de Canoa de Barahona. Recientemente falleció su hermano Eliezer, otro joven revolucionario, sindicalista de ese tiempo.
Bueno, pues con Benjamín, compartimos trabajo político allá, luego también a Benjamín lo mandaron para Barahona y a nosotros nos dejaron en Haina.
Después mandaron otro camarada y varios más, pero yo siempre me quedé. Y todavía vivo en Haina.
Si tuviera que recordar algo trascendental que marcó tú vida en esos inicios ¿qué me dirías?
AF: En 1972, el 12 de enero, cuando los compañeros, Amauri, La Chuta, Virgilio y Ulises, fueron rodeados en una cueva en la zona de la Autopista de Las Américas, recuerdo como ahora, que, ante la incapacidad de todos los revolucionarios, un amigo y yo, llamado Renato, que no sé si aún vive, fuimos solos y quemamos una goma en la calle 18 con Barney Morgan, que ahora es la Central. Ahí detrás, al lado de la escuela Santa Ana. Entonces, eso me marcó muchísimo. Esa decisión que parecía infantil, pero me reveló cuál sería mi compromiso con el movimiento de izquierda.
Otra cosa que me marcó mucho fue la muerte del principal responsable de la Línea Roja en el barrio, que se llamaba Rafael Pérez, porque él comía en mi casa, y mi mamá le lavaba la ropa. También guardaba los libros, periódicos y otras cosas donde vivíamos. Y la policía finalmente lo mató a él y a otro del Movimiento Popular Dominicano (MPD), llamado Guarimone, (muchas veces eran seudónimos de lucha) en el Simón Bolívar. Los mataron juntos.
Eso también fue un duro golpe para nosotros. Pero eso lo que hizo fue acelerar nuestra participación en el movimiento popular. Y eso me permitió, la muerte sobre todo de Rafael Pérez, hablar con el mismo Renato y decirle, bueno, mira, a nosotros nos van a matar también. Ahora, si nos matan, lo bueno es que nos entierren con la bandera. Nos entierren con la bandera del partido, pero a nosotros tampoco nos conocían en la Línea Roja. Y salimos a conocer la Línea Roja, a buscar quién era el dirigente de la Línea Roja.
Era ingenuidad. La ingenuidad infantil, casi digamos de adolescentes. Y llegamos a la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).
Alguien nos indicó dónde estaba el cuarto del Grupo Estudiantil Fragua. Subimos al cuarto del Grupo Fragua y preguntamos quién era el dirigente de la Línea Roja. (Risas) De una vez los que estaban en ese sitio nos comenzaron a interrogar como si fuéramos presos, pues al ver a estos dos muchachos, debíamos tener como 18 años, pensaron que éramos chivatos.
Así fue como conocimos a los camaradas Gordo Oviedo, Reynaldo Sánchez (Chago), John y otros, que estaban en el lugar.
Pero rápidamente se dieron cuenta de nuestras intenciones de integrarnos al grupo, pues queríamos ser revolucionarios.
Entonces, bueno, ahí me integré yo, formalmente. Ellos me asumieron. A partir de ahí, no me soltaron jamás.
Estás ahora en un partido muy importante, un partido grande, la segunda fuerza política del país, según las últimas elecciones. En este momento, políticamente, incluso eres el secretario general, ¿cómo te sientes?
AF: Bueno, yo me siento bien porque las circunstancias, yo insisto, de la sociedad y de la política han cambiado, pero los principios y las ideas nuestras no.
Lo único que hemos hecho es irnos adaptando a estos cambios y a las nuevas condiciones en las que estamos actuando políticamente. Lo mismo que nos motivó a nosotros, salvo algunos cambios elementales, sobre todo vinculados a la libertad y la democrática y a la participación civil, continúa existiendo. La razón de nuestra participación en el movimiento revolucionario, en la lucha política, es una sociedad muy desigual, atrasada, con muchas dificultades, donde hay gente que se levanta y no sabe qué va a comer. Hay gente que se acuesta sin cenar aún. Es una sociedad que le niega hasta el agua potable a una gran cantidad de dominicanos, la energía eléctrica, el trabajo, la educación, la salud.
De modo que ahí están esos problemas que nosotros venimos heredando y que en algún momento tenemos que superar.
Por lo tanto, nuestra participación política, naturalmente, adaptada a las condiciones actuales, la razón de nuestra participación continúa existiendo.
Si tuvieras posibilidades desde alguna posición de poder, ¿por dónde tú comenzarías a atacar esas cosas?
AF: Aquí hay mucha desigualdad. Yo insisto en que necesitamos desarrollar la economía y, sobre todo, hacer que el llamado crecimiento económico se conjugue con el desarrollo económico y el desarrollo económico con la redistribución de la riqueza. Entonces, aquí hay que redistribuir la riqueza y, para tal efecto, se necesita un modelo que tome en cuenta, primero, la base productiva de la nación dominicana, que incorpore a los dominicanos al trabajo, pero trabajo bien remunerado a partir también de la formación de la fuerza laboral. Necesitamos fuerza de trabajo, fuerza laboral, también adecuada a los tiempos, a los avances científicos y conocimientos que hay ahora.
El desarrollo de la fuerza productiva es necesario y fundamental para poder competir con otras economías, pero la llamada competitividad económica no puede ser para que un grupo continúe siendo, usufructuando privadamente del trabajo colectivo de la gente.
Es decir, si hay un sector privado fuerte que ha logrado amasar grandes fortunas, se necesita justamente una redistribución para desarrollar un mercado interno que permita a los trabajadores, a la clase media, crecer y construir un país de renta alta que permita que todos los dominicanos vivamos en condiciones, en buenas condiciones, en confort, en bienestar. Que no haya gente que se encuentre sin lo esencial, sin comer.
¿Qué diferencia ves entro el modo de hacer el trabajo revolucionario de hoy con esa formación que obtuvieron ustedes en sus inicios como militantes?
AF: Es lo que hemos hablado. Las condiciones políticas nacionales y también internacionales han variado mucho. Nosotros iniciamos la política en un contexto de guerra fría, bastante complicado.
En un país que venía saliendo de una guerra civil, de un enfrentamiento con tropas extranjeras en 1965, todos esos elementos, acabábamos de salir de una dictadura, la sociedad estaba enormemente aterrada, con sus fuerzas productivas que no se habían podido desarrollar. En esa época la mayoría de la gente aún vivía en las zonas rurales. Teníamos tres carreteras principales, digamos, también en muy malas condiciones.
Esa carretera del sur era un desastre. Para llegar a Barahona, por ejemplo, había que coger mucha luchas. Teníamos mucho atraso en el país y sobre todo no había libertades. Al no haber libertades, la lucha principal de nosotros era la lucha por la democracia y por la libertad.
Una vez conquistada la democracia y conquistada la libertad y poder ejercitarse políticamente de manera abierta, dio paso a nueva demanda, porque uno sabe que después que se satisfacen necesidades humanas, crecen otras, superiores.
¿Cuáles fueron las demandas después de haber desaparecido la Guerra Fría?
Todo aquello, el desarrollo, el bienestar, la lucha por el progreso, la prosperidad. Aquellas utopías en las que nosotros nos involucramos, sobre todo, porque no nos permitían la participación abierta.
Recuerda que Manolo Tavárez Justo, en 1962, dijo que, si los señores de la reacción imposibilitaban la lucha pacífica y democrática del pueblo dominicano, entonces el Movimiento Revolucionario14 de Junio sabía bien dónde estaban las escarpadas montañas de Quisqueya. ¿Por qué Manolo decía eso? Porque él quería tener una participación democrática, pero la reacción, el Gobierno, no lo permitía. Entonces el camino era la confrontación.
La lucha en ese tiempo fue, precisamente, por reclamar participación democrática. Como no lo permitía, entonces vino la confrontación militar, la lucha política abierta y la cárcel llena de presos y el exilio lleno de gente dominicana que no podía venir a su país. Todo eso se murió.
¿Por qué lucha la gente ahora? Por encontrar cada día un techo, una casa, por encontrar un empleo, por tener una formación académica que permita continuar creciendo. La lucha política anterior no fue así. El pensamiento de la gente de hoy no es el que teníamos nosotros en aquel momento, porque las realidades eran diferentes.
Luego, las direcciones de los partidos tienen otro tipo de connotaciones, otro tipo de intereses. Incluso la propia naturaleza de los partidos políticos, porque al militar nosotros en los partidos, en aquel momento, lo hacíamos totalmente pensando en un interés nacional, patriótico, popular, de servir al pueblo de todo corazón.
Ahora la mayoría de la gente se incorpora a la lucha política por un interés particular, personal, de ascender social y económicamente; que no está mal, porque hay que ascender, pero el ascenso debe ser colectivo, la sociedad tiene que ascender colectivamente.
¿Cuáles cosas tú crees que debe hacer un gobierno liderado por el partido del que tú eres secretario general de llegar al poder?
Bueno, la Fuerza del Pueblo ha formulado un programa de gobierno para el periodo electoral del 24 que se llama “2024: propuesta de soluciones a la situación del país”.
¿Dices 2024 o 2028?
AF: 2024, fue para el periodo anterior. En este momento nos estamos sustentando para formular la de 2028. Nosotros vemos que en los momentos actuales el país necesita hacer provecho de los niveles de conocimiento que se vive en la humanidad y el país no puede estar al margen de eso.
El desarrollo tecnológico y científico tiene que ser parte de la visión de cualquier gobierno que entienda que el país puede progresar y debe progresar, pero también debe tener en cuenta la base productiva de la República Dominicana.
Nosotros no podemos tener un país solo para importar, digamos, productos terminados del exterior.
No podemos tener un país que viva solo del turismo, de las remesas y de las zonas francas como motores determinantes del crecimiento.
Es un país que debe desarrollar su aparato productivo basado, insisto, en los adelantos tecnológicos, que debe vincular de manera circular el turismo, la industria de exportación con la industria nacional, para poder generar una clase trabajadora, una clase media productiva que pueda avanzar.
También debe redireccionarse la educación. Necesitamos un salto en la educación. Por el camino que vamos no puede ser. Este país no aparece en primeros lugares en ninguna variable de la educación.
De seguir así, nos quedaremos atrasados con relación a las demás naciones.
De otro lado, no podemos continuar solo con un sistema de salud enfocado en la privatización. Necesitamos un sistema de salud que pueda proveer a los dominicanos el mayor nivel de servicios en salud, que justamente les permita a la gente un bienestar que incluso se refleje en la productividad.
Debemos resolver el tema del transporte público, de pasajeros. Y eso son soluciones colectivas, porque el crecimiento vehicular en el país está vinculado al crecimiento económico. No es que tiene que haber una política de frenar las importaciones de vehículos.
Eso no es lo correcto. Aquí lo correcto es generar. Por un lado, educación ciudadana vial, para saber cómo la gente se comporta en las calles.
Además, la viabilidad para encontrar soluciones al transporte, pero colectivizar el transporte lo más que se pueda. Y eso el partido lo ha estado planteando a través del sistema de metro, de metro local, pero también de metrosde cercanía con las provincias más cercanas, pero también de trenes interurbanos que el partido también ha formulado en su programa de gobierno.
El partido ha formulado también una serie de medidas tendentes, no solo a invertir en la Capital, sino en todo el país, en términos de infraestructura a todos los niveles.
Este es un país que tiene que seguir creciendo y aprovechar a los dominicanos que viven en el exterior. No solamente para que manden una remesa para que la consumamos aquí, sino para establecer una política de inversión productiva.
Es decir, esos recursos, o muchos de esos recursos que generan los dominicanos fuera, no solamente deben servirnos para que nosotros los consumamos en productos locales o productos importados, sino también para que se pueda generar mucha más riqueza, y se puedan incubar empresas nuevas.
Hay que hacer una revolución, yo diría, un segundo nivel de una revolución capitalista que permita a este país desarrollarse y avanzar hacia otros estadios que permitan el bienestar colectivo.
¿Cuál es la situación electoral de la Fuerzo del Pueblo en estos momentos?
AF: La situación de nosotros, yo diría que es una buena. Y lo afirmamos en función de los estudios que hemos realizado.
El partido ha ordenado diversos estudios, estudios a profundidad, con grupos focales, encuestas en términos generales. Hemos estudiado grupos de jóvenes, de mujeres, de diversos círculos sociales, empresariales, trabajadores, para uno tener la visión de la gente, cómo la gente ve al país, cómo ve al partido y cómo ve el futuro. Y eso nos va llevando a ir conformando una política de oposición que nos permita seguir creciendo.
Ahora mismo, Fuerza del Pueblo es el único partido que crece. Aquí está llegando mucha gente que en un momento determinado creyó en el PRM y votó por el PRM.
Pero hay mucha de esa gente que ya entendió que la administración actual no es una solución a los problemas del país y está acercándose al partido para incorporarse de aquí en una nueva marcha. Y gente de otras organizaciones también. Ahora hace falta construir, que es lo que nosotros pensamos, una nueva mayoría política y social en el país.
Y en eso es que estamos nosotros trabajando. Porque la Fuerza del Pueblo entiende que necesitamos ganar las elecciones, pero con una mayoría que permita reiniciar el progreso y el desarrollo de la República Dominicana, que está estancado y en retroceso. Nosotros ahora mismo internamente hemos concluido los congresos del partido.
Hay un proceso de organización que estamos impulsando en todas las provincias y los municipios. Y ya vamos a pasar a la segunda fase, que es la implementación de la nueva línea organizativa del partido, aprobada en el congreso Franklin Almeida. Que es una línea organizativa que vincula al partido con los centros de votación y con los colegios electorales.
¡Muchísimas gracias!





