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martes, diciembre 2, 2025
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Omar García Harfuch de México

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Por Federico Pinales

En México, un joven sin aparente brillo está llevando al banquillo a sus principales pillos.

Está procesando, sin temores, a representantes de todos los sectores. Funcionarios, militares, fiscales, jueces, empresarios, políticos, diputados y senadores, de todos los colores y tendencias, vinculados a las diferentes variables de la delincuencia.

Con años observando desde las gradas, el comportamiento y accionar de las vacas sagradas, ahora con el timón en las manos a los intocables los está convirtiendo en enanos, porque a todos, personalmente les está echando manos. Y con pruebas demostrando que no eran tan sanos.

Estoy hablando de Omar García Harfuch, el súper policía antítesis del otrora poderoso Genaro García Luna, aquel que usó la posición para acumular fortunas, simulando una supuesta guerra contra la delincuencia organizada, la misma que por él y sus jefes estaba bautizada.

Omar García Harfuch llegó a ser subalterno de García Luna, hoy preso en Los Estados Unidos por narcotráfico, pero no  pertenecía  a su círculo estrecho, por su postura incorruptible, en contra de lo mal hecho, razón por la cual, los carteles que protegía García Luna intentaron eliminarlo en el 2020, haciéndole más de 400 disparos, algunos de los cuales impactaron mortalmente a tres de sus escoltas personales, e hiriéndolo a él de gravedad.

Sus nuevos métodos de lucha y técnicas de investigación contra el crimen organizado, a García Harfuch les han dado  muy buenos resultados y les han permitido apresar a “turpenes” que nunca habían sido tocados, porque además de poderosos, estaban bien conectados con altas estructuras corrompidas dentro del Estado y con las élites del poder económico que controlaban a ese mismo Estado, al que por décadas habían desfalcado, hoy está siendo cuidadosamente depurado y saneado, bajo la dirección de un hombre, por su presidenta bien apoyado y  con un trabajo multidisciplinario extremadamente bien coordinado, para que los delincuentes, con argucias legales no puedan ser liberados, por fiscales y jueces comprados.

El trabajo de este joven astuto y arriesgado, sobreviviente de dos peligrosos atentados, debe ser reconocido e imitado por otros estados, donde el crimen organizado lo tiene todo controlado.

Cualquier parecido a lo que sucede en la República Dominicana es pura coincidencia, en apariencia, porque ya el pueblo no soporta la indignación y la impotencia, por la indiferencia que muestran algunas dependencias, bajo control de la presidencia, desde donde se predica y se anuncia una supuesta transparencia, contradictorias con algunas complacencias a ciertas figuras de prominencia, con más poder que muchos funcionarios de la presidencia.

No lo digo yo. Los hechos hablan solos y no necesitan explicaciones.

Ahí están las filtraciones y las extradiciones, sin profundas investigaciones, para descubrir razones y verdaderas motivaciones.

Necesitamos urgentemente un Omar García Harfuch, respaldado por un presidente, no comprometido con las mafias tradicionales del poder oculto, que se mueve sigilosamente tras bambalinas, como lo hacía en México Carlos Salinas, para quien su poder ahora termina, después de tres décadas operando detrás de las cortinas.

Ojalá surjan en la República Dominicana hombres y mujeres con faldas y pantalones, no matones, pero con suficientes talones, para hacerle frente a ciertos “jorocones”, con imperios surgidos y mantenidos similares a un tal Salinas, el cual podría estar cerca de su fin, de acuerdo a los hallazgos de Omar García Harfuch y sus equipos multidisciplinarios, tras dos “años de investigaciones profundas”.

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