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martes, diciembre 2, 2025
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¿Veremos el fin de los tambores de guerra mediática, contra Venezuela?

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Santo Salvador Cuevas 

Un objetivo vital (1-A), de primer orden para el presidente Donald Trump, en su paso por la Casa Blanca, es recibir en Noruega, el Premio Nobel de la Paz.

Este deseo ambicioso y normal de Donald Trump, es de dominio absoluto, tanto de sus asesores políticos como militares. Eso lo saben todos, pero, esencialmente, lo entiende el presidente Donald Trump.

Esta demás decir, que los inquilinos de la Casa Blanca saben muy bien que, si lanzan una aventura de ocupación militar, tiñendo de sangre a Venezuela, ahí mismo tirarían a la cuneta la posibilidad de vender a Trump como hombre de paz.

Durante toda su campaña electoral, de cara a las elecciones generales que le llevaron a la Casa Blanca,  Trump y sus asesores levantaron la idea de que en esta nueva gestión  el mundo iniciaría una "Era de Paz".

El empeño vengativo y guerrerista de Marco Rubio, su frustración y la inmadurez como pretender comprometerse con la oposición venezolana y María Corina Machado, a quien promovió al premio Nobel en franca deslealtad al presidente de Estados Unidos, no tiene ni el talante suficiente, ni la fuerza moral para convencer a los sectores de poder en EE.UU que lo más factible sea envolver a esa Nación en un conflicto militar incierto, el que podría prolongarse en el tiempo.

Si no somos locos y prevalece la sensatez y el derecho internacional, entonces, se debe apreciar que NO habrá guerra ni ocupación de los marines en Venezuela.

Si hubiese intención de intervenir en Venezuela, ya lo hubiesen hecho.

Una cosa es el deseo y otra es la realidad de los eventos en torno a los hechos.

Lo que se vive entonces es una guerra mediática cruel y encarnizada, con la que se busca: 

1ero.- Sembrar el pánico y provocar la huida de Nicolás Maduro, del encargado de seguridad interna Diosdado Cabello; de la vicepresidente Delcy Rodríguez; y de Jorge Rodríguez. Presidente de la Asamblea Nacional venezolana. Objetivo difícil de alcanzar dada la firmeza y  la determinación de la dirigencia venezolana; 

2do.- Estados Unidos aprieta y seguirá la amenaza, hasta crear las condiciones de provocar unas negociaciones que le permitan un trozo del pastel de los recursos naturales de Venezuela, entre los que se incluyen el petróleo, el oro, las aguas, etcétera.

Hay otros factores.

El choque con Venezuela le abre varios eventos a los gringos.

Si invaden Venezuela, estarían dando una estocada a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), tambaleada su presencia en Estados Unidos al momento de agredir y violar la inmunidad del presidente de Colombia Gustavo Petro, a su paso por la Asamblea General de la ONU, cuyos técnicos han certificado a Venezuela como libre de drogas y señalando que la acusación sobre "la existencia del Cartel de los Soles, que involucra como cabecilla al presidente Nicolas Maduro", no tiene asidero. Para los técnicos de la ONU, se está ante una fábula para justificar la invasión y apoderarse del petróleo venezolano.

También, sobre la mesa del Pentágono, pesa mucho el apoyo internacional que goza el pueblo de Venezuela, sobre todo de Rusia, China, Corea del Norte, Irán, India, Brasil, México, Nicaragua, Cuba, y el acuerdo político-militar entre Colombia y Venezuela.

Asimismo, a la hora de una agresión en el Cono Sur,  pesa la firmeza de los ejércitos de Venezuela y Colombia, decididos (Petro y Maduro) a correr igual suerte.

A ese elemento hay que agregar la existencia de 10 millones de milicianos armados, y llamados durante esta semana por el presidente Nicolas Maduro y a recibir adiestramiento militar. 

En medio de los tambores de guerra que suenan en aguas de Venezuela, cabe preguntar:

¿En cuál tratado internacional, o en la Carta de la ONU se decidió darle poderes al gobierno de Estados Unidos, para que decida ser juez en tierra ajena?

¿Cuándo la Asamblea Nacional de Venezuela votó otorgando poderes a Donald Trump y Marco Rubio para sembrar de terror y derrocar a un gobierno escogido en las urnas?

Demostrado está, el mejor camino no es y nunca será el de la guerra y las bombas.

Apostamos a un encuentro, primero entre enviados de Estados Unidos a Venezuela, como antesala a un encuentro bilateral entre Nicolás Maduro y Donald Trump.

Por supuesto, previo a delegar en los tribunales la fábula del Cartel de los Soles; y suspender la oferta de 50 millones de dólares por la captura del presente de Venezuela Nicolás Maduro.

Santo Salvador Cuevas
Santo Salvador Cuevas
Quien escribe es militante social de larga data, egresado con honores de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) licenciado en Filosofía y Letras, con residencia en el municipio de Tamayo, al Sur del país.

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