spot_img
miércoles, octubre 29, 2025
spot_img

El general Méndez con Gloria en su estrellato

spot_img

Por Alfonso Tejeda 

Juan Manuel Méndez, ese villajaraguense, muchachón de apariencia, que se ha impuesto a calamidades que desafían su disciplina militar – tuvo rango de General-, acaba de dar otra muestra que potencia su humanidad, esa que derramó en lágrimas tras el derrumbe de la discoteca Jet Set, en abril pasado, cuando se enfrentó a la mayor tragedia provocada por un “cultivado accidente“, que sus autores, atrapados por las consecuencias, quieren convertir en incidental ocurrencia. 

Podemos apuntar “El Corte”, aquella racista matanza de haitianos y de dominicanos campesinos negros de la zona fronteriza con Haití, que la entonces incipiente dictadura trujillista protagonizó mucho antes del genocidio hitleriano, o la criminal represión y constreñimiento político que a lo largo de 31 años mantuvo el tirano, el golpe de Estado contra Juan Bosch en 1963, y hasta la misma confrontación cívico-militar de abril de 1965. 

Es posible que algunos señalen los 12 años de gobierno de Joaquín Balaguer, entre 1966/78, cuando  cuerpos policiales, apoyados de grupos de “incontrolables”  apresaron, mataron y desaparecieron a centenares de ciudadanos por ser opositores al régimen, y es posible que otros adviertan de los millares de muertos en los famosos y cuestionados “intercambios de disparos” de los que resultan víctimas supuestos delincuentes perseguidos por la Policía, que así les impide ser juzgados en los tribunales correspondientes. 

Otros que repelen y se alejan de las cuestiones políticas pudieran señalar los más de tres mil dominicanos que cada año mueren como resultado de la inconducta de inciviles que se imponen en carreteras, autopistas, calles y avenidas sin importar categoría de vehículos, y que es uno de los más peliagudos problemas que enfrenta la sociedad por todas las consecuencias humanas, económicas, sociales y de salud que provocan estos accidentes. 

Estos últimos  elementos señalados y  las respuestas a intervenciones  climáticas, entre otras acciones, consume el día a día del general Méndez, quien, al frente del Centro de Operaciones de Emergencias y con un equipo diverso, pero afinado por  su  compromiso con el servicio y disposición de ayudar y cuidar a los demás,  -entre estos a los desaprensivos e irresponsables consigo mismos y frente a los demás-, consumen energías, prodigan consejos y  reiteran  ruegos que merecen mejores respuestas. 

En todos esos ejemplos citados, hay un común elemento: el poder, sea este desde la política, el dinero y hasta el sustentado en la ignorancia, esa que hace atrevido a quien la ostenta, y, que al comparar el batallar militante de Juan Manuel Méndez, desde la persuasión, la constancia, la educación cívica, argumentos hasta ahora menospreciados, resaltan el compromiso que tiene frente a la sociedad entera, desde el Centro de Operaciones de Emergencias. 

El villa jaraguense con apariencia de muchachón (ese que en sus escasos momentos de ocio aparta  de ese tiempo una porción y dispensa alegría  cantando en “ Karaoke”)  insiste, ruega, pide prudencia para salir bien parados ante cualquier eventualidad, esta vez con la inusual pero peligrosa tormenta, que como la elusiva Melissa, mantuvo  en ascuas a gran parte del país, tarea en la que se encontró con  Gloria (la ingeniera Ceballos, directora del Instituto Nacional de Meteorología), su par en estas jornadas, desde las  que  cimenta su estrellado, ese que se ha ganado por estar batallando con irrenunciable y cotidiana militancia  en un ambiente tan difícil y tan incomprensible.

 

 

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

spot_img
spot_img

Las más leídas

spot_img
spot_img

Articulos relacionados