Por Octavio Santos
La Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) informó que, durante julio de 2025, en coordinación con el Ministerio Público, decomisó 1,274,105 gramos de estupefacientes en miles de operativos a nivel nacional. El dato, equivalente a más de 1,2 toneladas de drogas incautadas en un solo mes, plantea una pregunta inevitable: ¿qué significa que en un país de once millones de habitantes circulen volúmenes capaces de traducirse en millones de dosis de consumo?
Las cifras de julio
El reporte de la DNCD desglosa los decomisos realizados en el marco de la ofensiva contra el microtráfico:
- Cocaína: 444,619 gramos
- Marihuana: 813,288 gramos
- Crack: 16,079 gramos
- Heroína: 20 gramos
- Tusi (2CB): 58 gramos
- Metanfetaminas: 18 gramos
- Hachís: 20 gramos
- Éxtasis: 400 pastillas
En conjunto, la DNCD contabilizó 291 allanamientos, miles de operativos y 4,148 arrestos, además de la incautación de armas de fuego, motocicletas, vehículos y herramientas utilizadas en la distribución.
Si estas cantidades se transforman en porciones de consumo, el millón de gramos se multiplica en millones de dosis potenciales. La marihuana, por ejemplo, suele comercializarse en fundas de entre 1 y 5 gramos. La cocaína, en porciones de un gramo o menos. La magnitud de la cifra ilustra la escala del microtráfico que alimenta los barrios urbanos y comunidades rurales.
En agosto, de acuerdo con el informe Resumen Ejecutivo sobre Criminalidad 109 los datos de agosto van con el mismo ritmo.
Agosto 2025 en microtráfico
Si en julio la DNCD reportó 1,274,105 gramos confiscados, en agosto la cifra vuelve a colocarse en torno a 1,1 millones de gramos, lo que confirma que durante dos meses consecutivos superaron el millón de gramos incautados.
Esto significa que entre julio y agosto la DNCD decomisó más de 2.4 millones de gramos de drogas, en su mayoría cocaína, lo que reafirma la magnitud del microtráfico.
Los seis primeros meses
En total, los primeros seis meses del año suman casi 16,000 kilogramos de drogas incautadas, una cifra confirmada también en comunicados oficiales. Solo en cocaína, entre enero y junio se decomisaron casi 8,000 kilogramos.
La marihuana registra picos todavía más altos: más de 6,000 kilos en el trimestre abril-junio. El crack, aunque en cantidades menores, aparece de manera constante en todos los reportes, lo que confirma su presencia en el mercado local.
El rostro del microtráfico
Las estadísticas de detenidos permiten dimensionar el fenómeno. En enero-marzo, la DNCD reportó 12,186 arrestos vinculados al narcotráfico, y en abril-junio, otros 11,573. A estos se suman los más de 4,000 apresados en julio. En siete meses, la cifra acumulada supera las 27,000 detenciones, un número que refleja tanto la magnitud del mercado como la capacidad operativa desplegada.
La mayoría de los detenidos son hombres jóvenes entre los 18 y 35 años, aunque también aparecen menores de edad y adultos mayores
Los registros muestran que los extranjeros representan una fracción menor, con predominio de nacionales haitianos, mientras que la gran mayoría son dominicanos. Esto refuerza la idea de que el microtráfico tiene raíces internas más que externas.
Microtráfico y seguridad ciudadana
El último Resumen Ejecutivo de Criminalidad de la Policía Nacional detalla que en agosto de 2025 se realizaron más de 613,000 operativos preventivos en todo el país, de los cuales una parte importante estuvo vinculada al microtráfico
El documento reconoce que la DNCD es uno de los ejes de estas acciones conjuntas, junto al Ministerio de Defensa y la Policía Nacional.
La magnitud de los decomisos se refleja también en los objetos incautados: cientos de armas de fuego, motocicletas utilizadas para distribución, balanzas y materiales de empaque. El microtráfico, según las autoridades, es uno de los motores de la delincuencia urbana, generador de conflictos y homicidios.
El peso del mercado
Si se toma en cuenta que en un mes como julio se incautaron más de un millón de gramos de drogas, se abre una discusión inevitable sobre la capacidad de consumo que esto representa. A una escala mínima, cada gramo de cocaína o crack puede convertirse en una dosis. En el caso de la marihuana, los 813,000 gramos equivalen a cientos de miles de porciones.
En un país de 11 millones de habitantes, la relación matemática sugiere que, solo en un mes, el volumen confiscado podría abastecer a un segmento significativo de la población si se distribuyera en dosis. Esto no sugiere que todos consuman, sino que la capacidad de circulación de la droga, aun con decomisos de esta magnitud, es amplia y sostenida.
La geografía de las incautaciones
Los informes de la DNCD detallan la distribución geográfica. En los primeros seis meses del año, provincias como Pedernales, Santo Domingo, La Altagracia y Santiago concentraron los mayores decomisos. En marihuana, Pedernales y Santo Domingo aparecen recurrentemente como puntos de hallazgo. En cocaína, Santo Domingo y La Altagracia lideran las estadísticas.
La expansión geográfica muestra que el microtráfico no está restringido a la capital o a grandes ciudades, sino que se extiende a comunidades fronterizas, zonas turísticas y áreas rurales.
Los objetos del delito
Además de drogas y armas, los operativos de julio decomisaron 1,206 celulares, 188 radios de comunicación, 454 balanzas y 43 máquinas tragamonedas. Estos objetos revelan la infraestructura con la que operan las redes de microtráfico: comunicación, transporte, logística y distribución. Cada celular incautado representa un nodo de contacto; cada balanza, una prueba de comercialización.
El hecho de que se encuentren armas y chalecos antibalas indica que no se trata de una actividad improvisada, sino de estructuras que anticipan enfrentamientos con las autoridades o con bandas rivales.
Un fenómeno sostenido
El acumulado anual de 18,000 kilogramos incautados en siete meses plantea un dilema: ¿representa un éxito de la política antidrogas o la evidencia de un mercado en expansión? Desde la perspectiva de las autoridades, los decomisos son la prueba del reforzamiento operativo y la efectividad de los allanamientos. Sin embargo, el volumen constante, mes tras mes, indica que la circulación es estable y no se reduce a episodios aislados.
La pregunta inicial —¿un millón de dosis en un mes? — resume el desafío. Los datos oficiales muestran que, en julio, como en otros meses, las drogas siguen entrando, circulando y siendo distribuidas a gran escala. Los decomisos, aunque cuantiosos, son apenas la parte visible de un fenómeno mucho más expandido.