Por Evelyn Irizarri Santos
NUEVA YORK, Estados Unidos. – Desde el inicio del segundo mandato del presidente Donald Trump, es mucho lo que ha cambiado en la llamada tierra de la libertad.
Desde el trato y las relaciones con los demás países, las autoridades de los Estados dominados por demócratas, pasando por las medidas económicas de alcance nacional e internacional.
Sin embargo, de todos los aspectos en los que intervenga o esté relacionado con el Estado, el migratorio es sin dudas el que más sobresale y el que ha estampado su sello distintivo a la actual gestión gubernamental, a juzgar por las acciones y decisiones del Departamento de Seguridad Nacional y su brazo ejecutor, ICE.
La agencia ha ido clasificando cada uno de los beneficios migratorios que amparan y le asisten a los inmigrantes, con estatus regular o no, y ha impuesto requisitos que hacen muy difícil acceder a los mismos. A pesar de que la mayoría son tan antiguos como la existencia misma de la nación.
En la mira
El presidente Trump no ha escondido su desaprobación a conceder la nacionalidad a los inmigrantes o a sus hijos. Los intentos por eliminar la nacionalidad por nacimiento para los hijos de los indocumentados, aun cuando este es un derecho establecido en la Constitución estadounidense, son un reflejo de que nada parece estar por encima de los propósitos del presidente y sus aliados.
A esto se suman los cambios en el examen que deben aprobar quienes optan por la naturalización. Los planes son hacerlo más difícil, aumentar la cantidad de preguntas que deben aprobar, exige demostrar dominio y comprensión del inglés hablado y escrito.
En la mira del gobierno también están las condiciones que debe reunir una persona para obtener la residencia o Green Card, u obtener una visa de estudiante o de turista.
Los oficiales de migración en todos los consulados estadounidenses en el mundo están instruidos para verificar a profundidad todas las pruebas y documentos sometidos por los solicitantes de una estas visas.
Buena conducta
A esto se suma el endurecimiento de un requisito esencial. El referente a la solvencia moral, a la buena conducta y la convivencia armoniosa con su entorno.
Aunque siempre ha formado parte de los requisitos para un resultado positivo en la solicitud de naturalización, ahora las exigencias son mayores y desde ya, suponen un mayor grado de complicación para lograrlo.
Se trata de la evaluación del buen carácter moral, un requisito que siempre ha estado vigente, pero que ahora se torna más estricto.
Toda persona que aspira obtener la nacionalidad no debe tener antecedentes de conducta inadecuada, y por supuesto, no haber cometido delitos graves. El incumplimiento de estas reglas lo hacen inelegibles.
Lo que el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos (USCIS), se propone es ir más allá de las evaluaciones por cuestiones de índole legal y ahora se centrarán en el tipo de participación en integración a la comunidad donde reside la persona, su convivencia con la familia, las pruebas de un trabajo estable y legal, además del pago de impuestos y el tiempo de permanencia en los Estados Unidos.
El matrimonio
Algo que está preocupando a los inmigrantes y sus defensores, es el anuncio, y los casos ya reportados, de parejas a quienes se les han bloqueado o detenido el proceso de petición de residencia para su cónyuge, incluso de solicitantes estadounidenses.
Varios abogados de migración han tenido que explicarles a sus clientes que ahora el proceso se está tardando un poco más ante el escrutinio minucioso de los oficiales de Migración que investigan a profundidad para verificar si se trata de amor puro y verdadero o de un negocio, con un monto convenido entre las partes, a cambio de obtener la residencia norteamericana.
La cantidad de casos en que una o un ciudadano norteamericano contrae matrimonio con una persona indocumentada, solo para regularizar su estatus migratorio a cambio de pagar altas sumas de dinero, es más común de lo que se piensa, y es una razón por la cual esta Administración ha puesto los ojos en los matrimonios en donde uno de los contrayentes es indocumentado.
Las detenciones siguen
En medio de todos estos cambios y disposiciones que afectan a la comunidad inmigrante, esta semana, la detención de una niña de 6 años, su madre y su hermano, mientras acudían a una cita migratoria, en Nueva York, ha causado indignación.
Autoridades locales como la gobernadora Hochul se han pronunciado contra lo que califican como un acto inaceptable y nunca visto.
La niña, hasta el momento la persona de menor edad en ser detenida por agentes de ICE, y su madre, fueron llevadas a un centro de reclusión en Texas, mientras que el hermano de la niña fue trasladado a un centro en Newark.
Esta situación hace pensar que no existen límites a la hora de cumplir con las exigencias de la administración Trump en cuestión migratoria. Para muchos, en ese caso. a la administración Trump se le fue la mano más allá de cuanto se podía imaginar.