Por Federico Pinales
Al concluir en el Congreso la peripecia, nos colaron una dictadura con anestesia, de la cual no nos salvarán ni las campanas de las Iglesias.
No será necesario usar botas ni fusiles, para implementar esta nueva dictadura, porque será puesta en práctica a través de todos los mecanismos al servicio de la judicatura.
Ese nuevo Código Penal habrá que leerlo con buenas lupas y bombillos, Para encontrar los métodos represivos peores que los de Trujillo.
Con dicho código se garantiza silenciar a un bando, para que no pueda seguir denunciando, a los que el país se ha venido robando.
Con ese adefesio jurídico, el gobierno y los políticos, le cerrarán el “pico” a los profesionales y empíricos, a intelectuales y a científicos, así como a cualquier ciudadano de esta nación, que haciendo uso de los derechos que le asigna la constitución, se atreva a denunciar cualquier variable de la corrupción.
El Poder Ejecutivo, los diputados y el Senado, al pueblo dominicano le han entregado, un dulce caramelo envenenado.
En ese código, sigilosamente han sido colados, una serie de artículos con el objetivo de silenciar un tipo específico de medios de comunicación, de aquellos que han puesto al descubierto a los reyes de la corrupción.
En forma solapada se protege a importantes sectores de los tradicionales medios de comunicación, a quienes el poder no critica ni les llama la atención.
Porque están a su servicio tapándose todas sus desvergüenzas y vicios.
El código tiene cosas buenas, pero en lo que no se ve ni suena, es donde se esconde la “condena”.
Si nos queremos librar de otra terrible dictadura, ahora con el apoyo de la judicatura, los invito a que al nuevo código le den una minuciosa lectura, para que descubran que al final, el mal será peor que la cura, porque será una enfermedad de esas que ni el "cura las cura, porque cuando las cura, comete la mayor locura"