Por Evelyn Irizarri Santos
NUEVA YORK, Estados Unidos. – Como nunca antes, ser indocumentado en los Estados Unidos, es sinónimo de incertidumbre, pánico y desesperación. Si bien, desde siempre, no contar con un estatus migratorio regular ha representado un sinnúmero de desventajas de índole laboral y social. Hoy, en la Era de Trump, la situación se ha vuelto aún más difícil para muchas personas y sus familias permanecer en territorio norteamericano. Es, sencillamente, imposible.
Deportaciones masivas
A pesar del dicho que reza: "Guerra avisada no mata soldado", nadie esperaba ni el fondo ni mucho menos la forma en que el Departamento de Seguridad Nacional y su brazo ejecutor ICE, realizan la captura y deportación de aquellos que ellos presumen o que en realidad son indocumentados. Se sabía y se advirtió bastante desde las tribunas de los republicanos, que se buscaría, perseguiría, apresaría y deportaría a aquellos indocumentados con antecedentes penales, individuos que por sus crímenes y delitos representaban un peligro para la vida de los estadounidenses. De igual manera, ofrecían frenar el ingreso indiscriminado de inmigrantes a través de la frontera.
Eso fue lo prometido y muchos a la hora de votar entendieron que estas propuestas eran la respuesta al clamor de la población que se sentía insegura por la cantidad de hechos delictivos cometidos en su mayoría por indocumentados, que imponían una modalidad de delincuencia que solo unos pocos años atrás era impensable de padecer en territorio norteamericano.
En la práctica
Sin embargo, en la práctica, la administración Trump ha desatado una cacería de toda persona que vive en el país sin un estatus migratorio regular, sin diferenciar entre trabajadores honrados y personas con antecedentes penales o delincuentes comunes.
Desde el primer día de la inauguración de esta nueva gestión de Donald Trump, los agentes de ICE se lanzaron a las calles a perseguir a los indocumentados, sin importar que a la hora de su encuentro estos estuvieran acompañados de sus hijos menores.
Desde entonces, las escenas desgarradoras de menores abrazados a sus padres, al borde de una crisis de nervios, gritando y suplicando, les han dado la vuelta al mundo, llenando de indignación y vergüenza a todo el que las ve.
Encierro y terror
El temor a ser capturados y deportados ha hecho que cientos de personas se encierren en sus hogares. Muchos se han visto obligados a abandonar sus trabajos, y buscar refugio en las casas de familiares y amigos, en un país donde la hospitalidad no es precisamente una de sus virtudes.
En los hogares en donde, al menos, un miembro cuenta con documentación legal, este se ha convertido en el proveedor de la familia, pero una sola persona no es suficiente para sostener un grupo familiar de tres o más, en especial en ciudades como Nueva York, una de las más caras del mundo.
El encierro por temor no se limita a abandonar el trabajo, tampoco asisten a ningún centro de diversión, establecimiento comercial y últimamente han comenzado a faltar a sus citas médicas.
La auto deportación
Desde el primer día, la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, a través de campañas publicitarias, en entrevistas con diferentes medios de comunicación, en discursos y en cualquier oportunidad de hablar en público, ha exhortado a la comunidad inmigrante a auto deportarse, bajo la promesa de que si lo hacen tendrían la oportunidad de optar en el futuro por un visado y regresar al país de forma correcta y por la vía legal. En caso contrario, y por tratar de permanecer en territorio norteamericano sin documentos, tras ingresar por la frontera, la funcionaria advierte que serán perseguidos, apresados y deportados y jamás tendrán la oportunidad de regresar a los Estados Unidos.
Aunque no en el volumen deseado, muchos se han acogido a la auto deportación como una salida, un poco cansados de huir o escondidos como delincuentes.
Lo último que tienen es confianza de que algún día un oficial de Migración les conceda una visa para ingresar al país.
Lo que implica
La auto deportación o salida voluntaria de los Estados Unidos, es la decisión de un inmigrante indocumentado de abandonar el país antes de que las autoridades lo detengan. Al elegir esta vía, las personas podrían recibir ayuda financiera y también asistencia en el proceso de regreso a su país de origen.
Para agilizar este proceso, la nueva administración, a través del Departamento de Seguridad Nacional, cambió el funcionamiento de la aplicación "CBP", que funcionaba para que los inmigrantes indocumentados solicitaran citas migratorias y trataran de regularizar su estatus, por CBP HOME, para realizar los trámites de auto deportarse, soliciten ayuda económica y un boleto de ida hacia su país un otro destino.
El Departamento de Seguridad Nacional, a través de esta aplicación, asegura que los solicitantes recibirían un bono de 1000 dólares, un boleto de avión. Cuando el inmigrante sale de Estados Unidos, debe notificarlo a través de la aplicación y debe proporcionar fotos y detalles sobre su ubicación.
Los grupos que defienden los derechos de los inmigrantes aconsejan a los indocumentados a informarse bien antes de optar por esta opinión, por las posibles consecuencias legales que les podría ocasionar auto deportarse.