Por Santo Salvador Cuevas
Salir el PLD del poder en el 2020 fue uno de los acontecimientos históricos más dolorosos para toda la Nación y más desgarrante para el instrumento político creado por don Juan Bosch en 1973.
Al instante de llegar el Partido Revolucionario Moderno (PRM) al Palacio Nacional, se sintió el inicio de un retroceso en las instituciones públicas, expresado en un alto deterioro en el Ministerio de Cultura, el Plan Social, la Tarjeta Solidaridad, en la OMSA, INVI, Pasaportes, Seguridad Vial, el 9-1-1, Ministerio de Agricultura, Ministerio de Obras Públicas, Ministerio de Interior y Policía, Ministerio de Relaciones Exteriores, Ministerio de Medio Ambiente, y la estatura presidencial.
Todo ese desastre, palpable en las instituciones pública, se tradujo en un reflujo en las condiciones de vida de cada hogar humilde de República Dominicana.
El desastre no paró y sigue ininterrumpido y de manera ascendente.
Pero el Gobierno llevó a cabo, con apoyo de la USAID y el Departamento de Estado de los Estados Unidos de América, la más feroz campaña de persecución y descrédito político, nunca visto, contra partido alguno en la historia nacional desde la llegada de Pedro Santana a la Presidencia de la República en 1844.
Los exministros y dirigentes del PLD, previa campaña de descrédito mediático, fueron asaltados en sus hogares en la penumbra de la noche, encadenados, "un gorro de hierro en el casco" y sacados presos, sin previo aviso y sin el más mínimo respeto al debido proceso, que establece la ley.
Todas las libertades públicas se violaron y todo lo que aparentaba cercanía con el expresidente Danilo Medina, fue perseguido y calumniando.
El reflejo en la tasa de votos nacionales bajó de 38% que obtuvo el PLD en el 2020, hasta un 10% en el 2024.
Hoy, el PLD luce rejuvenecido y en las encuestas creíbles aparece con un 27% de simpatía, y ese es el resultado del trabajo de todos. Pero hay que quitarse el sombrero ante la dinámica de contactos provinciales puestos en práctica cada fin de semana por el presidente del partido, Danilo Medina y el secretario general, Johnny Pujols.
La meta del PLD es ganar en el 2028.
Para que eso sea posible debe haber en toda la estructura un baño de conciencia de que tenemos un equipo presidencial en las calles, son compañeros valiosos y con buenas intenciones.
Para que la batalla en el 2028 sea exitosa, debe haber sentido de desprendimiento en todos los aspirantes, dar el paso histórico de sentarse en un acto de madurez política por la UNIDAD y el RETORNO DEL PLD.
En la sociedad dominicana hay un grito para que los "morados" se pongan de acuerdo con gallardía y madurez, presentando a Gonzalo Castillo y doña Margarita Cedeño, como la propuesta del PLD hacia la Presidencia de la República en el 2028.
¡Ojalá se junten!