Ministro Ricardo Salgado acusa a la derecha y a cúpulas religiosas de orquestar movilizaciones con el fin de forzar la salida de la presidenta.
Por Rafael Méndez
TEGUCIGALPA, Honduras – 21 de julio de 2025
El gobierno de Honduras denunció este lunes lo que calificó como “crecientes indicios” de un intento de desestabilización política, supuestamente impulsado por sectores de la oposición con apoyo extranjero, en un escenario que el oficialismo interpreta como un intento de derrocar a la presidenta Xiomara Castro.
La advertencia la hizo el ministro de Planificación Estratégica, Ricardo Salgado, quien acusó directamente a “una derecha recalcitrante” de estar detrás de un plan para provocar un levantamiento popular en el mes de agosto. Según el funcionario, los promotores de estas acciones estarían instrumentalizando a las cúpulas de las iglesias evangélica y católica, convocando a marchas bajo consignas de “paz” y “elecciones libres”, pero con el verdadero objetivo de forzar la salida de Castro.
“El pueblo eligió a Xiomara Castro con el mandato más contundente de nuestra historia. Sin embargo, desde el primer día de gobierno hemos enfrentado una campaña de desinformación y una guerra cognitiva impulsada con descarada injerencia extranjera”, declaró Salgado en un comunicado.
El ministro afirmó que existe una “maquinaria de mentiras en redes sociales” cuyo propósito es erosionar la credibilidad del gobierno, al tiempo que se generan protestas que buscan simular un descontento masivo. Aun así, destacó que la presidenta mantiene una aprobación cercana al 60%.
“La derecha hondureña, incapaz de generar entusiasmo popular por la vía democrática, ha recurrido a tácticas desesperadas. Están usando a líderes religiosos para crear una fachada de movilización pacífica que en realidad pretende desencadenar un golpe blando”, denunció Salgado.
El gobierno de Castro, primera mujer en liderar el país, llegó al poder tras una amplia victoria electoral en 2021, después de años de denuncias sobre fraudes y represión durante los gobiernos conservadores. Su triunfo fue visto por sus seguidores como un giro histórico tras el derrocamiento en 2009 de su esposo, el expresidente Manuel Zelaya.
Por el momento, ni la Conferencia Episcopal ni las principales agrupaciones evangélicas han respondido públicamente a las acusaciones del gobierno. Tampoco lo han hecho los partidos de oposición.
La situación política en Honduras se mantiene tensa, mientras sectores sociales y religiosos anuncian manifestaciones para las próximas semanas. El gobierno asegura estar en alerta máxima ante cualquier intento de ruptura del orden constitucional.