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miércoles, julio 9, 2025
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Los tres expertos

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Por Rafael Céspedes Morillo

Somos médicos, estrategas/publicistas y mánagers deportivos, todo a la vez y sin necesidad de haber estudiado ninguna de esas profesiones. Los dominicanos, en vez de nacer con un pan bajo el brazo, nacemos con esos tres títulos sellados y apostillados en el vientre de cada madre dominicana. Voy a explicar por qué y cómo lo ejercemos.

En el caso de la medicina, da la impresión de que el origen de la medicina natural no es cierto que fuese en China, sino en alguno de los campos dominicanos. De allí vienen las tizanas, los brebajes, los baños y hasta los ensalmos. 

No hay posibilidad de tener una conversación con uno o más dominicanos, anunciar que se tiene una problemática de salud o enfermedad, y no escuchar el consabido: “Lo mejor para eso es poner a calentar agua, le pones un limón cortado en cruz, una cáscara de naranja, una hoja de maguey, lo endulzas con miel y te tomas eso tres veces al día, y en menos de cinco días todo ese malestar desaparecerá”. O te recetan unas pastillitas rosadas que son un “palo”: “No me recuerdo cómo se llaman, pero eso es cuchillo”, dicen. 

Recuerdo una ocasión en la que un niño me lastimó un ojo con un grano de habichuela. Estábamos jugando y el pequeño tuvo la puntería de acertar justo en el ojo. Alguien, que estaba muy cerca, corrió a su casa y trajo un limón para que me lo pusiera en el ojo. Claro que me negué. 

A pesar de su buena intención, no iba a caer en la locura de ponerme jugo de limón en un ojo afectado. Le dije: “Amigo, si eso fuera bueno para este caso, en las farmacias habría un colirio para los ojos que se llamara más o menos como Eyelimón”.

El mánager es un especialista en la dirección del juego, en especial en los deportes colectivos, como el béisbol. Pocas jugadas o decisiones que un mánager real toma tienen la aprobación de esos otros mánagers que, aunque no están en el terreno de juego, saben con perfección lo que se debió hacer.

“Pero ¿qué espera ese mánager de la porra para sacar ese lanzador? ¿No ve que le están dando a todo lo que lanza?” Y también: “Tenía que mandar a tocar, porque tiene gente en primera, un solo out y no lo hace. Por eso lo poncharon. ¡Eso es un mánager malo!”

En ese mismo momento, hay otro que dice: “¿Pero por qué no puso un emergente? Él sabe que ese bateador se poncha demasiado. Pero espera que se ponche, ¿para qué? ¡Ese no sirve! Yo sé más que ese”.

Al final, todos tienen razón en función de lo que pasó, porque las sugerencias son post-acción, no antes. Y después que pasan, es muy fácil predecir.

El otro profesional, al que más me toca a mí, es el estratega político y publicista. Ese, porque es mi área profesional, me lo encuentro a cada momento. Solo que, cuando conversas con él, esa persona confunde lo que es estrategia con lo que es táctica; no sabe diferenciar una cosa de la otra. Para él, estrategia es cualquier cosa que se haga en política, sea innovación o no. En ese tenor, desafían hasta al atrevimiento; se meten en situaciones de las que luego no saben cómo salir.

Hace unos días estuve en una reunión para hablar de “estrategia” y tuve que morderme la lengua unas cuantas veces para no caer en la provocación. 

Las barbaridades que se escuchan son, para los que sabemos un poco de eso, cosas que molestan hasta el estómago. 

Esos “expertos” cometen yerros que son risibles y, en algunas oportunidades, muy dañinos, toda vez que regularmente vienen acompañados de adulaciones al líder —que probablemente tampoco sabe esas diferencias.

Y claro, como saben de estrategia, también saben de publicidad, propaganda, diseño y más… pero no saben lo que es crear una identificación visual o sonora de un producto, marca o político. No saben el lenguaje de los colores, mucho menos de sus combinaciones, y menos aún la división de los colores por su origen: colores primarios y los que les siguen.

¡Qué barbaridad! ¡Cuántos expertos tenemos! Es comparable con la cantidad de fracasos. A veces, incluso son capaces de decir: “¿Tenemos que analizar por qué perdimos?”

Rafael Céspedes Morillo
Rafael Céspedes Morillo
Rafael Céspedes

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