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jueves, julio 3, 2025
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Economía RD entra a segunda mitad del 2025 muy condicionada a factores externos

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Por Héctor Linares

El alto al fuego en la Guerra de los 12 Días librada entre Israel e Irán deberá impactar la economía dominicana con el retorno de un ligero repunte que se estaba dando en sectores claves del producto interno bruto (PIB).

Manufactura, construcción, agropecuaria y minería mostraban una especie de tenue luz al final del túnel, con un esperanzador desempeño en mayo, el mes anterior al inicio de la guerra entre Israel e Irán, cuyo conflicto desató la volatilidad del precio mundial del petróleo, que  se disparó en algo más de 10 dólares el barril durante el tiempo del conflicto.

Cuando iniciaron las hostilidades, el crudo promediaba unos US$64.00 el barril y cuando se produjo el cese, por la intervención del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ya la cotización rondaba US$76.00.

Para la economía dominicana, que importa más de cuatro quintas partes de sus necesidades energéticas y de generación de electricidad, el comienzo de los bombardeos en el Medio Oriente fue un sobresalto y el alto al fuego, un respiro, un alivio, aunque sea momentáneo.

Precios altos del petróleo representan, además de profundizar el déficit comercial y causar mayor presión para la tasa de cambio, también las finanzas públicas se resienten porque aumenta el gasto en subsidios a los combustibles y a la factura eléctrica.

También impacta la aplicación de las políticas económicas, principalmente la monetaria y la fiscal.

Pausa en la política monetaria

Un ejemplo del impacto en la política monetaria de la volatilidad del crudo creada por el inicio del conflicto, fue que la Junta Monetaria y el Banco Central habían diseñado un programa de apoyo a la expansión del PIB, consistente en la creación de un paquete económico por unos RD$81,000 millones,  para ser ccolocados por los intermediarios financieros en créditos a los diferentes sectores de la economía. Se esperaba que, en adición a la colocación de esos recursos, las autoridades monetarias inducirían una disminución del costo del financiamiento, mediante una nueva reducción de la tasa de política monetaria del Banco Central. Pero la gran incertidumbre que afecta a la economía mundial, alimentada por el nuevo escenario de guerra, obligó a las autoridades monetarias dominicanas a mantener pausada en 5.75 % anual la tasa de interés de referencia.

Por esa coyuntura, el programa de la Junta Monetaria y el BCRD ha quedado solo en el aspecto vinculado con la expansión del crédito que pueda sustentar el volumen de recursos del programa, una proporción de los cuales corresponde a liberación de dinero del encaje legal de los intermediarios financieros.

El propósito esencial de ese aspecto es que el crédito, que hasta el primer semestre del año crecía por debajo de las expectativas de las autoridades mejorara su desempeño. El Banco Central informó esta semana que el crédito privado en moneda nacional registraba un crecimiento de un 8 % al cierre de junio, y proyectó que se aceleraría en la segunda mitad del año hasta terminar con una expansión de entre 10 y 12 %.

Ahora la atención y expectativas están centradas en determinar qué tan duradera sea la tregua, el cese al fuego mediado por el presidente Trump y si ese alto detendrá y estabilizará el precio del oro negro, la materia prima de mayor impacto en la economía global.

En ese observatorio se inscriben las autoridades económicas dominicanas, que habían visto en el desempeño del PIB de mayo (una expansión de 3.1 % interanual) un síntoma de reactivación en cuatro de los sectores líderes del PIB, en cuyo desempeño cifraban parte de la esperanza de que al final del 2025 la economía haya crecido en torno al 4 %. 

En procura de esa meta se había restructurado la estimación y la política monetaria se enfilaba en esa dirección. En junio recién finalizado, se mantuvo pausada la TPM, en lo que aparentó ser una espera de una mayor definición del comportamiento de las expectativas económicas mundiales.

El BCRD anunció el pasado lunes 30 de junio que en su reunión de política monetaria de junio de 2025, decidió mantener su tasa de interés de política monetaria (TPM) en 5.75 % y mantener la tasa de la facilidad permanente de expansión de liquidez (Repos a 1 día) en 6.25 % anual. Dejó igual la tasa de depósitos remunerados (Overnight) en 4.50 % anual.

Dijo que para adoptar la medida tomó en consideración el incremento de la incertidumbre global, “asociado al escalamiento de los conflictos geopolíticos que ha provocado una mayor volatilidad en el precio del petróleo. Asimismo, las tasas de interés permanecen elevadas en los Estados Unidos de América (EUA) ante los riesgos inflacionarios que pudieran materializarse por las nuevas políticas arancelarias. En el ámbito nacional, se tomó en cuenta que las medidas de provisión de liquidez adoptadas recientemente contribuirían a dinamizar el crédito al sector privado conforme opere el mecanismo de transmisión de la política monetaria, en un contexto en que la inflación se ha mantenido durante los últimos dos años dentro del rango objetivo de 4.0 % ± 1.0 % contemplado en el esquema de metas de inflación”.

Precisó que sus mecanismos de proyección “señalan que la inflación general y la subyacente continuarán dentro del rango meta de 4.0 % ± 1.0 % durante los años 2025 y 2026, en un escenario activo de política monetaria”.

Destacó que durante el último semestre del 2024 redujo su tasa de interés de referencia en 125 puntos básicos de forma acumulada y que “ante un panorama internacional convulso y de elevada volatilidad, durante el primer semestre de 2025, el BCRD ha mantenido sin cambios su tasa de política monetaria, a la vez que se adoptaron medidas macro prudenciales con el objetivo de fortalecer la estabilidad financiera.

Citó que “para mitigar el impacto de la incertidumbre y de condiciones financieras externas restrictivas sobre el mecanismo de transmisión de la política monetaria, la Junta Monetaria aprobó en junio un conjunto de medidas orientadas a facilitar el crédito a los sectores productivos a través de los intermediarios financieros, por un monto de RD$81 mil millones, y  que específicamente, se autorizó la liberación de recursos de encaje legal por RD$50 mil millones, junto a RD$14 mil millones disponibles de la medida de encaje legal aprobada en noviembre de 2024, para canalizar préstamos a los sectores productivos a una tasa de interés no mayor al 9 % anual”. Además, se aplazó por seis meses el retorno de RD$17 mil millones de facilidades de liquidez previas que vencían a partir de junio del presente año.

Una estructura en espera

Se trata del diseño de un esquema de política monetaria expansiva, de incentivo, de apoyo al crecimiento, cuya continuidad parece estar condicionada al comportamiento de la economía mundial, especialmente en lo relativo al precio internacional del petróleo y hasta de las tasas de interés de referencias de los bancos centrales de USA, Europa y América Latina.

En su reciente comunicado de política monetaria, el BCRD dijo que “en cuanto a las materias primas, el precio por barril del petróleo intermedio de Texas (WTI) presentó una mayor volatilidad en junio, a raíz de los conflictos en el Medio Oriente y que “en efecto, tras alcanzar un máximo de US$76 por barril a mediados de junio, el precio del WTI se moderó a US$ 65 al cierre del mes”.

Refirió igualmente que “el precio del oro permanece cerca de US$3,300 por onza troy, al ser utilizado como activo de valor en un panorama internacional complejo.

Del aspecto local, el BCRD dijo que “el indicador mensual de actividad económica (IMAE) registró un crecimiento interanual de 3.1 % en mayo de 2025, impulsado por un mejor desempeño en los sectores minería, agropecuario, manufactura y construcción. De esta forma, el crecimiento

promedio acumulado fue de 2.6 % durante enero-mayo y espera que hacia adelante que la

economía dominicana crezca en torno a 3.0 % – 4.0 % en 2025, “conforme se disipe la incertidumbre global y se cuenten con los espacios para continuar flexibilizando las

condiciones monetarias que contribuyan a dinamizar la demanda interna”.

El BCRD también se apoya en cifras del sector externo. Cita que las exportaciones totales superaron los US$6,100 millones en enero-mayo de 2025, creciendo 9.8 % interanual; mientras que las remesas alcanzaron los US$4,900 millones en igual periodo, aumentando 11.9 % interanual. Además, proyecta que la inversión extranjera directa superaría los US$ 4,700 millones en 2025, cubriendo el déficit de la cuenta corriente. La evolución favorable de las actividades generadoras de divisas ha contribuido a mitigar el impacto de la incertidumbre sobre el mercado cambiario, observándose una apreciación acumulada del peso dominicano en torno al 2.3 % a junio de 2025.

Como resultado de ese comportamiento sectorial, las reservas internacionales se ubicaron en torno a US$14,700 millones en

junio, equivalentes a cerca de 11 % del producto interno bruto y unos cinco meses de importaciones, superando las métricas recomendadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI).

El análisis de BCRD resalta que la economía dominicana cuenta con fuertes fundamentos macroeconómicos y un sector productivo resiliente, que se reflejan en una mejor percepción de riesgo país en comparación con el promedio de América Latina y de otras economías emergentes. 

“En este entorno internacional desafiante, el Banco Central de la República Dominicana seguirá monitoreando la evolución de la economía y reitera su compromiso de continuar adoptando oportunamente las medidas necesarias para preservar la estabilidad macroeconómica y que contribuyan a que la inflación se mantenga dentro del rango meta”, reitera el ente emisor.

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