Por Evelyn Irizarri Santos
NUEVA YORK, Estados Unidos. – La que finalizó, fue sin dudas una de las semanas más convulsas en los últimos años en los Estados Unidos, al menos en cuanto a protestas referentes a derechos humanos y respeto a la constitución y la dignidad de las personas.
Las manifestaciones de rechazo a los arrestos arbitrarios de ICE y las deportaciones encendieron el país, sacudido por violentos enfrentamientos entre manifestantes y agentes del orden público.
Todos, de costa a costa, se sienten nerviosos y preocupados. Todos, menos el presidente Donald Trump, que, en medio del fuego, vierte gasolina y desata el infierno.
El mandatario volvió a presionar a los funcionarios de migración para que hagan todo lo necesario para cumplir con la cuota de deportados por día.
Para lograrlo, ordenó que ICE priorice los Estados gobernados por los demócratas, donde afirma se "esconden millones de indocumentados".
Estallido social
Las protestas que iniciaron en Los Ángeles, California, se extendieron poco a poco, aunque en esa ciudad, los ánimos se caldearon, a tal punto que el presidente desplegó la Guardia Nacional, generando un enfrentamiento entre el gobernador y la Casa Blanca.
Los manifestantes salieron a las calles indignados por los arrestos de ICE, de personas que acudían a sus citas de migración.
Desde hace semanas, se venía denunciando que los inmigrantes indocumentados con citas para trámites migratorios estaban siendo esperados en la entrada de los centros, donde, sin una orden y ninguna explicación, eran arrestados y llevados a los centros de detención.
Cuando esa información fue confirmada, una indignación generalizada se apoderó de las personas, organizaciones defensoras de los derechos humanos y de los derechos de los inmigrantes.
Aún las aguas turbulentas en Los Ángeles no han regresado del todo a su nivel. Las protestas sacudieron Nueva Jersey, Nueva York, Philadelphia, Chicago, para solo citar algunas ciudades.
Un día sin reyes
El sábado 14 de julio, el mismo día que las Fuerzas Armadas festejaban su aniversario y el presidente Trump celebraba su cumpleaños, diferentes organizaciones convocaron al denominado "Un Día sin Reyes".
Manifestantes de más de 20 ciudades marcharon en rechazo a las políticas migratorias de Trump, los arrestos de ICE y los constantes desafíos del presidente a otras instancias de poder.
En el Día sin Reyes, miles de personas desfilaron por las calles, con pancartas, cantando y gritando consignas en defensa de la Constitución y los inmigrantes.
Estados demócratas
A menos de 24 horas de que el país viviera la conmoción del Día sin Reyes, y una semana después de los disturbios en Los Ángeles y Nueva York, el presidente Trump, a través de su red social, emitió un comunicado en el cual instaba a los funcionarios de migración a priorizar las deportaciones en los Estados gobernados por los demócratas. Sin mencionar las manifestaciones de solo unas horas antes, el mandatario presionó a los agentes de ICE, para que centren sus esfuerzos en estados como Nueva York, Los Ángeles y Chicago, donde aseguró "se esconden" millones de indocumentados.
La medida se ve como una respuesta a los residentes de los estados que marcharon en su contra. Para algunos es una especie de venganza.
Un pequeño alivio
Esta orden de redoblar las deportaciones en los territorios dominados por los demócratas, colocando en el primer lugar de la lista a aquellos donde se han producido las protestas, entre otros, Nueva York, Los Ángeles y Chicago, vino con un pequeño alivio para quienes trabajan en granjas y restaurantes, pues el mandatario ordenó a la agencia no realizar arrestos en estos establecimientos, ya que por temor a ser capturados y deportados, muchos empleados y clientes han dejado de asistir a estos lugares.
Trump reconoció el impacto que ha tenido en la economía de estos establecimientos las acciones de ICE.
Desde el principio
La presente administración, desde el inicio ha estado marcada por la polémica y por adoptar una serie de medidas que al final deben ser revocadas.
De entre todos, el tema más espinoso es el de migración, y aunque durante la campaña, tanto Trump como sus cercanos, aseguraron que las deportaciones se concentrarían en aquellos indocumentados con antecedentes penales, en la práctica no ha sido así.
Los agentes de ICE arrestan a toda persona que carezca de documentos, aunque haya tenido un historial limpio durante su estadía en el país.
No parará
No han faltado las proclamas y planteamientos antiinmigrantes, lo que lógicamente ha sembrado el terror entre las personas sin documentos y sus familiares.
La determinación de Donald Trump de encabezar el plan de deportación más grande en la historia de Estados Unidos no tiene vuelta atrás.
Las acciones de los agentes de ICE, las declaraciones de los funcionarios vinculados al tema migratorio, se encontraron de frente con una ola de manifestaciones a nivel nacional en rechazo a los apresamientos arbitrarios y las deportaciones masivas e indiscriminadas, pero toda esta situación, no impide que el presidente continúe con su política migratoria.
Mientras, las organizaciones que luchan por los derechos de los inmigrantes ofrecen asesoría a quienes poseen algún patrimonio en el país para que no lo pierdan, en caso de ser deportados.
