Por Federico Pinales
El trato discriminatorio, injusto e inhumano que dan algunos empresarios a sus obreros, debe ser revisado y supervisado por los ministerios de Trabajo y Salud Pública y por la Comisión de los Derechos Humanos.
Ese trato pone en peligro la salud de los obreros y hasta de los clientes de muchos establecimientos comerciales, especialmente de aquellos que se dedican a las áreas de la alimentación.
Cuando los empleados no disponen de un baño higiénico y debidamente equipado con los elementos básicos para desinfectarse las manos al terminar sus necesidades fisiológicas, pueden fácilmente contaminar los alimentos que sirven al público.
Es muy raro el comedor o restaurant donde usted pueda encontrar agua, jabón, papel y desinfectante para los empleados observar las reglas de higienes recomendadas por Salud Pública.
Hay algunos que tienen dos tipos baños. Unos para los clientes VP, limpios y equipados; y otros antihigiénicos para los empleados y los clientes de bajas categorías.
Al parecer Salud Pública no está haciendo un buen trabajo en cuanto a la supervisión de los negocios dedicados al expendio de diferentes tipos de alimentos y al personal encargado de manipularlos.
Como para muestra basta un botón. Ofrecemos una gráfica ilustrativa de algunos de los cientos de casos que hemos observado en diferentes ciudades del país, incluyendo la capital dominicana, lugar donde se encuentra radicada la sede central del ministerio de Salud Pública, donde se debería poner el ejemplo, para enviar un mensaje claro a las demás provincias del territorio nacional.
Las causas de muchas enfermedades comunes radican, sin dudas, en la inobservancia de la mayoría de las reglas sanitarias preventivas.