Por Federico Pinales
Parece que no llegaremos a ver el Armagedón.
En el mundo ha empezado a bajar la preocupación, y el temor a desaparecer por el Armagedón.
Para lo cual solo faltaba que un loco apretara un botón.
Ya el presidente ruso Vladimir Putin y el Presidente de los Estados Unidos Donald Trump, empezaron el proceso de negociación, para alcanzar la paz y poner fin a la invasión.
Al parecer todo va viento en popa, sin importar los intereses de la oligarquía de Europa.
La diplomacia de las dos grandes potencias se están reuniendo de emergencia, para organizar el encuentro de las dos presidencia, sin la presencia de Alemania, Francia e Inglaterra.
Tres de los principales actores sustentadores de la guerra, además de los Estados Unidos, principal financista de esta, con una inversión de más de 500 mil millones de dólares, los cuales Donald Trump le está exigiendo a Ucrania que devuelva, entregándole las tierras raras y otros minerales clave, por ser la prenda más cara.
Con esas acciones, Donald Trump a Europa le ha tocado el orgullo, que también de seguro exigirá lo suyo.
Ucrania, donde los muertos se cuentan por cientos de miles, víctimas de las bombas, los drones, tanques y fusiles, lamentablemente se quedará como “Tulile”.
De lo que Ucrania era antes, solo quedará el recordatorio, porque Rusia, Europa y Estados Unidos se repartirán el territorio.
Ninguna de las zonas conquistadas, jamás serán recuperadas por el gobierno ucraniano,
porque los rusos no van a perder tantos recursos materiales y humanos, graciosamente y en vano.
Donald Trump dice que esa guerra nunca debió empezar, y prometió en campaña que, si ganaba, en 24 horas la iba a parar.
No lo hizo en 24, pero lo está intentando.
Por eso el mundo está ansioso esperando, y a Dios rogando para que ningún bando siga disparando.
Y a así seguir disipando y alejando la posibilidad de que a un desquiciado se le ocurra apretar un botón y provocar un Armagedón.