Por Santo Salvador Cuevas
El mismo presidente Donald Trump, que en el 2019 llamó a sus gobiernos aliados en el continente a reconocer y dar apoyo político a Juan Guaidó y su "gobierno interino", es la misma figura que rechaza reunirse con Edmundo González, candidato "proclamado" por la derecha continental, prefiriendo (Donald Trump) enviar a un "embajador" de su entera confianza a reunirse en Caracas con el presidente de izquierda, Nicolas Maduro.
El presidente Trump, de repente y dando un viraje de 180 grados a las relaciones con Venezuela, se la está poniendo difícil a la oposición, dejándole sin aire, sin apoyo y sometida a un escarceo mediático que apunta poner al desnudo el manejo dado por Juan Guaidó y sus aliados a cientos de millones de dólares.
El enviado de Donald Trump a Venezuela, Richard Grenell, a seguidas se anotó un “virao” pues, no solo logró convenir un plan con los chavistas para viabilizar el retorno de los inmigrantes a ser deportados de Estados Unidos hacia Venezuela, sino también que en su retorno a EE.UU. llevó de compañía en el mismo avión a 6 militares presos en las cárceles de Caracas.
Asimismo, un día después de la reunión en Miraflores del señor Richard Grenell y Nicolás Maduro, el gobierno de Trump renovó la licencia de Chevrón para comercializar petróleo de Venezuela.
No solo es el reconocimiento al gobierno de Maduro lo que se vislumbra, es un viraje sorprendente, pues todo apunta a un golpe demoledor a la oposición venezolana.
Es como si de repente este magnate ultraderechista y neofascista diera un cambio radical hacia la izquierda, pero no es así.
El trato a Edmundo González, Juan Guiadó, Corina Machado y demás hiervas aromáticas, no es más que un acto de venganza y de castigo a la deslealtad hacia el proyecto presidencial de Donald Trump, puesto en práctica por esa oposición oportunista que, después de todo el apoyo y todos los recursos aportados por el primer gobierno de Trump, terminaron trabajando para el proyecto presidencial de Kamala Harris y los Demócratas bajo la creencia de que el señor Donald Trump no tenía posibilidad de retornar a la Casa Blanca.
Pero, como en política nada está escrito, Donald Trump, no solo volvió, sino que vino a cobrar factura sin importar que los rojos tengan poder y respiro en Venezuela.
De manera tal, que a Guaidó y sus seguidores les esperan momentos muy duros, en el que no se descarta la extradición de estos hacia Caracas, con grilletes puestos.
Sin embargo, son asuntos coyunturales que el chavismo debe aprovechar en el momento, sin olvidar ni un instante, que Donald Trump es un ultraderechista que nunca va a obrar en defensa ni a favor de los pueblos oprimidos del mundo.
