Por Santo Salvador Cuevas
En política no se trata de quién pretenda ser, ni de quién inicie la carrera.
Para alcanzar la victoria, no solo de la candidatura interna, sino, y es lo más importante, la conquista del poder político, han de converger varios factores o componentes que impacten de manera frontal a la población-meta del mercado electoral.
El elemento de mayor importancia es de la percepción ciudadana.
Hay dos aspectos que hacen de Gonzalo Castillo el político más aventajado de cara a la contienda electoral del año 2028, y citamos:
1ro. La moneda electoral del 2020 tenía dos caras: Luís Abinader y Gonzalo Castillo; ambos con ofertas programáticas distintas y vendidas ambas como viables, ante el electorado.
Con su victoria, Luis Abinader tenía dos caminos que al final iban a impactar en beneficio o no del proyecto Gonzalo Castillo.
Si el gobierno de Luis Abinader fracasaba, como ha ocurrido, a decir del rechazo imparable en la opinión pública, debido a las promesas incumplidas, la falta de inversión pública, la corrupción desbordante, el endeudamiento infinito y sin parar aún, el alto costo de la canasta familiar.
También, por la inseguridad ciudadana, el desastre en la política social, etc., todo ese desgaste del gobierno de Luis Abinader del 2020-24, este descontento tenía que ser capitalizado por la otra cara de la moneda: Gonzalo Castillo.
Eso no se pudo medir por el error en la decisión final de Gonzalo Castillo, al no presentarse como candidato en el 2023.
Sin embargo, late en el corazón de la gente la nostalgia que en política genera, como incógnita, la pregunta obligada: ¿qué hubiese pasado si el presidente de la República fuera Gonzalo Castillo?
2do. Hay que agregar al factor nostálgico el error garrafal del Gobierno al perseguir y agredir con su apresamiento "humillante" a un hombre manso, no conflictivo, que la misma noche reconoció ante la opinión pública el triunfo de su oponente Luis Abinader.
Desde el poder se agredió a un hombre que durante toda la pandemia del coronavirus, ante la vista de la Nación, hizo uso de sus recursos, sus aviones y puso en juego su propia existencia para rescatar y salvar vidas de dominicanos en el país y el mundo.
Es decir, convirtieron a Gonzalo Castillo en una víctima del odio y la intolerancia política.
A lo que se debe agregar que el nombre de Gonzalo Castillo está asociado a la gestión más exitosa de ministro alguno en toda la historia nacional.
Si Gonzalo Castillo sale al escenario tras su proyecto presidencial, no solo que "recojan" los demás contendientes, sino también que es de justicia darle apoyo y cerrar filas con un líder humanista, solidario, desprendido, visionario, trabajador, gerencial, peledeista, nacionalista y gran demócrata.
Asumimos que el retorno de Gonzalo Castillo se convertiría en una necesidad nacional.