Por Santo Salvador Cuevas
La autorización del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, al presidente de Ucrania, Vladimir Zelenski, para el uso de misiles ATACMS de largo alcance contra la Federación Rusa, no solo constituye un acto de locura, sino que se trata de una provocación que pone en juego la paz mundial y la misma existencia de la especie humana.
La humanidad toda está en peligro, pues el gobierno de Ucrania no solo recibió luz verde para el uso de estas armas, sino que ya Rusia ha sido atacada.
En múltiples ocasiones los rusos han advertido que "si son atacados por la OTAN, se defenderán con lo que tienen".
Estamos ante un hecho que ahora toma otro matiz pues este ataque de Ucrania a Rusia pone en primer plano otro nivel de la guerra, de lo que se trata ya no es de una guerra entre Rusia y Ucrania sino entre Estados Unidos y Rusia.
Quien ha atacado a Rusia no es Ucrania, sino el gobierno de Estados Unidos, y, por lo tanto, los intereses de Estados Unidos pasan a ser blanco de ataque de la Federación Rusa.
Llegar a la decisión del presidente Biden de autorizar el uso de estos misiles para atacar a Rusia demuestra que estamos ante un acto de odio y venganza del equipo del presidente actual contra su sucesor Donald Trump, a quien ha decidido dejarle un problemón de marca mayor.
Como en los viejos tiempos de la guerra de Vietnam, los pueblos del mundo deben tomar las calles, en Estados Unidos, Europa, Asia, África, Oceanía y América Latina, exigiendo respeto a la vida, no a la guerra y reivindicar el derecho de la humanidad a vivir en Paz.
El yanki debe volver a su casa y cesar su intromisión e injerencia en los pueblos del mundo.