Por Osvaldo Santana
Aunque todavía el año electoral no termina, y en consecuencia podría ser temprano para vaticinar nada para las elecciones de 2028, no estaría demás pasar un balance a las circunstancias que viven los dos principales partidos de oposición y las oportunidades que representa la futura coyuntura.
Vale la pena el ejercicio porque las dos principales fuerzas políticas opositoras no terminan de resolver cuestiones elementales que impliquen la superación del proceso electoral pasado, y sobre todo, que agoten una necesaria reestructuración interna con vista hacia el futuro.
En el caso del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), pese al terrible deterioro sufrido, y hasta hace poco contaba deserciones, o expulsiones, se acerca al final de su X Congreso Ordinario Reinaldo Pared Pérez, tras el cual debería dejar todo atrás.
La Fuerza del Pueblo, que vio transformar sus simpatías tras las pasadas elecciones, está en el trance de su congreso para elegir las nuevas autoridades y sentar las bases para crecer, pero nada parece escrito en el futuro inmediato.
Sin embargo, al calor de los resultados electorales, y especialmente, de la data disponible desde antes de las votaciones pasadas, resulta clave que esa entidad dé los pasos necesarios para capitalizar el favor popular recibido. Para eso, no solo debe concluir su congreso, sino trabajar incansablemente en la estructuración de organismos internos nuevos, y en los más amplios niveles de la sociedad, para estar en capacidad de competir con quienes detentan el poder.
¿Duerme la Fuerza del Pueblo en sus laureles o hacen la debida diligencia? ¿Caerá en un éxtasis parecido al vivido a mediados del cuatrienio pasado, que perturbó a buena parte de sus dirigentes que se resistieron a abrirse, porque se sentían a las puertas del poder?
Que hagan los aterrizajes, que no basta con la supuesta fuerza de un liderazgo único, mesiánico, que por sí mismo hará que las masas corran tras de sí, como pasó entonces, para despertar después, bajo la creencia de que el único líder que quedaba en el escenario será el de su presidente.
Los datos registrados en la Encuesta de Cultura Democrática (ECD), levantados por el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo, y de los cuales poco se ha hablado, son reveladores de los niveles de aprobación que para los años 2022-2023 ya gozaba el partido de gobierno Revolucionario Moderno (PRM), en una sociedad que cada vez muestra más interés por la política, tanto así, que más de 1 de cada 5 ciudadanos declaró entonces militar en un partido político.
Según esa encuesta, “entre la ciudadanía integrada en algún partido, alrededor de 6 de cada 10 se encuadran en el oficialista PRM, casi duplicando la suma de militantes del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y la Fuerza del Pueblo (FP), las dos fuerzas políticas mayoritarias de oposición.
“Las tres grandes organizaciones concentran más del 95% de las personas afiliadas en el país, relegando la membresía en las formaciones históricas del calibre del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) a cifras marginales”.
Militancia partidaria según partido político, (% sobre el total de militantes)
Fuente: ECD 2022-2023.
Los analistas de la encuesta afirmaron que “al tiempo que la membresía en el partido de gobierno PRM se mantiene relativamente estable, la afiliación del resto de partidos experimenta fluctuaciones significativas”.
“En la medición de abril 2023, el PLD sufre un abrupto desplome de su militancia, equivalente a más de un tercio de su base de afiliados en noviembre 2022.
“La FP habría sido la principal beneficiaria de esta fuga, incrementó la militancia de su organización en más de un 50% con respecto a noviembre 2022 y casi duplicándola con respecto a abril 2022”.
El levantamiento de la Encuesta de Cultura Democrática (ECD) fue realizado por un firma privada y los resultados manejados o analizados por profesionales del ministerio de economía y técnicos de otras instituciones.
Son relevantes esta vez los detalles en muchas direcciones que descubrieron quienes realizaron la encuesta, que se supone fue un insumo del oficialismo, al que no tuvo acceso la oposición.
El momento
Por algún tiempo, los partidos tradicionales han ganado una afiliación en atención al comportamiento económico y al desempeño de quienes manejan la cosa pública.
A mayor comportamiento favorable de la economía, mayor filiación para los administradores de turno. Resultados económicos ineficaces pueden provocar el efecto contrario favorable a la oposición.
Un partido en la oposición que se conforme con beneficiarse de una gestión desastrosa de los gobernantes de turno y de los imponderables de la economía y de los demás factores sociales, queda muy al socaire de los tiempos.
De ahí la importancia de estructurar una fuerte organización política capaz de generar empatías, mediante el empadronamiento y especialmente de la organización de la sociedad bajo un sueño o un determinado paradigma de avance, progreso económico social y modernidad.
Pensar en las ventajas que ofrece el disfrute del poder para mantener el control político, y lo demostró el PRM en las pasadas elecciones de este 2024, siempre será un serio hándicap para los contrarios.
Si la oposición no hace lo suficiente por crear fuertes lazos orgánicos o de cualquier otro género con la sociedad, le resultará muy difícil competir con quienes no tuvieron ningún rubor de recurrir a todos los recursos del poder para retenerlo.
La historia de los perremeístas y de quienes los precedieron en el ejercicio del poder confirma todo esto, no importa que desde la oposición se predique la moral de la transparencia, la anticorrupción y la decencia.
Para competir de verdad en la lucha por el poder, la oposición está obligada a crecer y no podrá hacerlo mientras persista en los esquemas y procederes que la están dominando en estos tiempos.
