Por Santo Salvador Cuevas
Desaparecer y volver de nuevo; morir y revivir otra vez; enterrarse en la ceniza y levantarse viviente, una y otra vez, es la expresión o la similitud del hombre, la institución o las cosas, como el Ave Fénix.
El Fénix es sinónimo de vida, de esperanza, resurgir, morir y revivir.
El 27 de octubre, al cerrar victorioso el X Congreso Reinaldo Pared Pared, con las elecciones internas para escoger al presidente del partido, al secretario general y 41 miembros del Comité Político, en donde Danilo Medina fue reelecto por el 67.33% de la matrícula de su Comité Central, marca el nuevo rumbo del partido.
Se trata de un acontecimiento en donde los derrotados, necesariamente no son miembros del PLD, ni compitieron tampoco contra Danilo Medina, a quien le tocó resistir la envestida externa de sectores identificados que apostaron al fracaso del Congreso y a torpedear el liderazgo del líder morado.
El gran problema para los que ven en el PLD su fuente de captura de militantes, y de aquellos que desde el poder se han manejado con persecución política y acoso, esos temen a la unidad del otrora partido morado que a su paso por el poder dio muestra de capacidad gerencial y de buena gobernanza.
Con la participación entusiasta de 1,375 miembros, disciplinados y decididos a asumir su rol de oposición, como un mandato y emplazamiento del congreso morado a la dirección política para que deje la sotana en las iglesias.
Con ese resurgir de las tropas boschistas, su participación y con el cierre exitoso del Congreso Reinaldo Pared Pérez, se puede afirmar que el PLD está de regreso, con más experiencia y más decidido al reencuentro con sus orígenes, tal como sucede con el Ave Fénix.
