Por Osvaldo Santana
Más que una urgente convocatoria a un Pacto por la Movilidad Vial no estaría de más que el nuevo incumbente del Institutito Nacional de Tránsito Terrestre (INTRANT) revisara toda la información sobre la materia que ha sido levantada en el país, especialmente, el Plan para la Seguridad Vial 2017-2020, que bien pudiera serle útil para cumplir con la misión que tiene a cargo.
El plan fue elaborado entonces en atención al mismo problema que hoy inquieta a los dominicanos: la inseguridad vial y la cantidad de muertes que año tras año provocan los accidentes de tránsito y en general, más los problemas aún pendientes de solución de transportación en la República.
Y al efecto, el presidente Danilo Medina creó una Comisión Presidencial para la Seguridad Vial, mediante el decreto 263-16 del 19 de septiembre de 2016, para encarar “el problema del tránsito y el transporte de manera integral”.
Un Informe Mundial sobre Seguridad de la Organización Mundial de la Salud (OMS), elaborado en 2015, registraba que en el año 2013 la tasa de mortalidad por causa de accidentes en la República Dominicana fue de 29.3 muertes por 100 mil habitantes, lo que en atención a la población de la época significaba que como ahora morían aproximadamente 3,000 personas por accidentes de tránsito cada año. Ya República Dominicana estaba siendo identificada con la de mayor mortalidad en el continente americano por esa causa.
La comisión designada tomó en cuenta “el Estudio de Apoyo a la Implementación de una Estrategia Nacional de Seguridad Vial, realizado en los años 2012 a 2014 por el Estado dominicano con la cooperación técnica del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), con la finalidad de definir lineamientos básicos para una estrategia enfocada en resultados de corto plazo”.
En paralelo a la designación de la comisión, cursaba en el Congreso Nacional el Proyecto de Ley de Movilidad, Transporte Terrestre, Tránsito y Seguridad Vial, que luego sería convertido en la ley 63-17, que constituye la herramienta fundamental para empezar a poner orden en el tránsito y el transporte en el país.
Con una población de 10 millones de habitantes, que crecía a un ritmo del 3.1% anual, como ahora, estaba concentrada en las zonas urbanas (un 73%). Entonces se consideraba como un elemento importante a tomar en cuenta el flujo de visitantes a los centros urbanos (turistas y viajeros internos), por lo que encarar la movilidad era un verdadero reto.
La Comisión contabilizó como un activo de “alto valor”, los 19,705 kilómetros de red vial, de los cuales 5,514 kilómetros son de carreteras, 8,672 kilómetros son calles y 5,519 kilómetros de caminos temporales y trochas. Desde entonces, esas infraestructuras han mejorado con la construcción de nuevas vías y mejores de otras.
El estudio estimó, citando cifras de la Dirección General de Impuestos Internos (DGII), al 31 de diciembre de 2016, que el parque vehicular era de 3,844,961.00 vehículos de motor, un 4,86% respecto al 2015. Para febrero del 2024 el parque vehicular ya era de 5,810,888 unidades, según el boletín emitido por la misma Dirección General de Impuestos Internos (DGII) a esa fecha.
Así surgió el Plan Nacional para la Seguridad Vial (PNSV) que sugería acciones y políticas dirigidas a prevenir, controlar y disminuir el riesgo de muerte o lesión de las personas en sus desplazamientos, motorizados o no motorizados. Por tanto, el PNSV planteaba medidas multidisciplinarias para impactar los factores que contribuyen a evitar las muertes o lesiones a causa del tránsito. Sugiere que pudiera ser un referente a los ya agravados problemas de circulación en ciudades, carreteras y avenidas.
El propósito del PNSV era:
Establecer un compromiso compartido de las instituciones y los ciudadanos del país para la prevención y reducción de muertes y lesiones ocasionadas por el tránsito, sustentado en un modelo de movilidad segura y en la conciencia colectiva sobre el valor de la vida humana.
Para lograrlo, el Plan “debe convertirse en un compromiso de todos, logrando que el Estado y cada uno de los ciudadanos nos movamos hacia conductas de prevención, fundamentadas en el valor y respeto a la vida”.
El Plan Nacional para la Seguridad Vial se fundamentaba en la siguiente filosofía: “Gestión consensuada y participativa, promoción del respeto a la vida , orientación a cambios de cultura y sensibilización, priorización de usuarios vulnerables, disminución de la tolerancia a las infracciones, acción preventiva, disminución de la tolerancia a las infracciones, acción preventiva y disuasiva”.
Medidas
Y a continuación, el Plan sugería un paquete de medidas que pese al tiempo transcurrido podrían ser útiles para la gestión del tránsito en el país.
∙ Coordinación efectiva para la integración de los esfuerzos institucionales y la participación de los sectores involucrados y de la ciudadanía en general.
∙ Fiscalización permanente para el control de las acciones y comportamiento de los conductores.
∙ Comunicación transparente para el conocimiento de la ciudadanía sobre los avances y resultados del plan.
∙ Capacitación intensiva para la profesionalización de los gestores y la formación de la ciudadanía.
∙ Tecnificación para la modernización de herramientas y procedimientos y la confiabilidad en las informaciones y resultados.
En resumen, las líneas y acciones planteadas como parte del Plan fueron, entre otras, las siguientes:
∙ Mejorar la coordinación de las instituciones, incluyendo la conexión informática entre administraciones, e implicar a todos los organismos públicos, instituciones, agentes sociales y población en general. Particularmente como un adecuado instrumento se propone la creación del Consejo de Participación Social de Tránsito, Transporte Terrestre y Seguridad Vial.
∙ Perfeccionar los datos y los registros para abordar mejor el problema e intervenir sobre el mismo. A los efectos particularmente se plantea la creación del Observatorio de la Seguridad Vial, y la realización de una serie de estudios iniciales y encuestas para precisar la línea base.
∙ Comunicar los resultados del Plan y buscar el compromiso con el mismo, mediante la creación de un modelo comunicacional atractivo y de todos los contenidos asociados a la seguridad vial o que apoyan su implementación, sustentado fundamentalmente en las redes sociales.
∙ Considerar el Factor Humano a través de la mejora de la capacitación de los profesionales relacionados con la problemática y los propios conductores, la creación de las oportunas certificaciones, la implementación de la Educación Vial en las Escuelas y otros ámbitos, la realización de campañas de publicidad y comunicación, y la evaluación de las capacidades psicofísicas de los conductores
∙ Intervenir sobre la Infraestructura Vial, previo diagnóstico con auditorías mediante la evaluación de los tramos de concentración de accidentes, puntos negros y críticos, la construcción de nuevas vías (prioritariamente circunvalaciones), la recuperación del espacio público y la atención a los entornos escolares, la mejora de la iluminación, la señalización y la segregación del tráfico. También atenderá a aspectos relacionados con la movilidad mediante la creación de carriles exclusivos para el transporte público y la implementación de estacionamientos, entre otras acciones.
∙ Evaluar los vehículos, a través de la promoción de renovación del parque, la implementación del Sistema de Inspección Técnico Vehicular (ITV), la mejora del control y registro de estos para acabar con el sub-registro que actualmente padecemos, así como del control de las características de los vehículos que se importan y de algunos de sus componentes de vital importancia como son los neumáticos.