Por Melton Pineda
A con una visión holística de la realidad a nuestra llegada a la ciudad de New York, planifiqué inmediatamente cual sería nuestro medio de vida en el país de las oportunidades.
Decidí buscar el primer medio en nuestras manos para producir dinero, y fue cuando decidimos arrendar un taxi gitano de la Base Heivy, propiedad del colega y amigo Wilfredo Medina, quien representaba el periódico La Noticia en New York.
En esa actividad, muy poco diestro y sin licencia americana, permanecí durante casi tres meses.
Conjuntamente me integré a la redacción del periódico La Noticia como había acordado con sus ejecutivos en Santo Domingo y comenzamos a enviar informaciones de las actividades dominicanas en esa urbe.
El canal dominicano Rahintel tenía un espacio de televisión en el canal 23, o canal “J” en Alto Manhattan, que dirigía el periodista de Santiago José Cabral.
Meses después y en medio de esta situación, recién llegado a New York, el director de Noticiario Rahintel en República Dominicana, el colega Félix Reyna, viajó a esa urbe y me convocó a la oficina de La Noticia donde además funcionaba en el segundo piso Remesas Universal.
La reunión giró en torno a que nosotros nos encargáramos de dirigir tanto el periódico vespertino impreso La Noticia y el programa de televisión La Revista de Rahintel en las Noticias en New York que se trasmitía todos los sábados en New York.
Esta situación me planteó un dilema muy difícil, y era el de decidir asumir esas funciones, recién llegado a New York.
En plena reunión planteé que tenía muy poco tiempo allí y que no quería sustituir a dos colegas amigos, que me dieran un tiempo para considerar esa decisión.
Félix Reyna, que viajó a New York con un mandato muy determinado, me planteaba que era una decisión de la dirección del periódico en Santo Domingo, del doctor Miguel Ángel Prestol, el jefe de redacción Pablo Jerez, el propietario de esos medios, el empresario Leonel Almonte y del Gerente General de Remesa Universal, licenciado Fernando Rodríguez.
Tal parece que la decisión estaba tomada en las más altas instancias de esas empresas sin haberme consulado previamente.
Nos pusimos de acuerdo y acepté el cargo, y en compañía del colega Wilfredo Medina nos dedicamos a trabajar para impulsar el desarrollo de esos medios de comunicación en New York.
El colega y amigo José Cabral se retiró de los medios (La Noticia y del programa de televisión) y decidió emprender otros proyectos que al parecer tenía en desarrollo.
Nos dimos un plan de trabajo para desarrollar la lectoría del periódico La Noticia e incrementar la teleaudiencia del programa de dos horas en el canal “J” (canal 23) de Manhattan en New York, muy visto por la población hispana, especialmente los dominicanos.
Instalados en el Beisman o el sótano del edificio donde funcionaba Remesa Universal, propiedad del banquero Leonel Almonte, allí estaban los estudios de grabación y producción de ese espacio televisivo y la redacción del periódico La Noticia.
Iniciamos los contactos con las fuerzas vivas de la comunidad en New York, especialmente con los dominicanos. Primero contactos personales y luego entrevistas y reportajes al liderazgo radicado en esa urbe.
En ese primer año de ejercicio en la comunicación dirigiendo esos dos medios nos generó el crecimiento del trabajo profesional reconocido por los líderes comerciales, bodegueros, supermercados, empresas particulares, medios de comunicación, en fin, toda la fuerza viva radicada en los cuatro condados de New York.
Las reseñas de las noticias de los dominicanos en New York, tanto en el diario La Noticia como en el programa “La Revista de Rahintel en las Noticias”, estos videos eran enviados hacia al canal central en la Republica Dominicana y logramos un impacto inusual en la televisión dominicana.
Este ejercicio profesional en New York nos llevó a que los periodistas dominicanos nos escogieran para presidir la Asociación de Periodistas Dominicanos en New York.
Además del reconocimiento por parte de la Alcaldía de New York que nos entregó un pergamino de reconocimiento por la labor desarrollada en esa urbe.
Pero, además, participaba en la mayoría de los encuentros sociales y empresariales y mediaciones para la unificación del Desfile Dominicano en New York que lo afectaba la división interna por la lucha de intereses particulares.
En nombre de esos medios de comunicación usamos la estrategia de convocar encuentros sociales en “Tu Casa Restaurant”, un lugar emblemático de los dominicanos y la comunidad hispana en Alto Manhattan.
El periódico La Noticia, con muy poca lectoría debido a la gran competencia del periódico El Nacional y la calidad de su director en New York, el colega Carlos Luciano, llevamos a este diario a competir en la preferencia de los dominicanos, a tal punto que nuestro colega y amigo Luciano reconocía esa labor y estrechamos mancomunados un trabajo de colaboración.
Carlos Luciano, lamentablemente desaparecido, y yo éramos compañeros de trabajo en el periódico El Sol, donde él era corrector de estilo y productor de la importante columna “Tipómetro”, y esa cercanía se expresaba en la asistencia a cada uno de los actos sociales que celebrábamos allí.
En N.Y., presidente de la Asociación de Periodistas
En el poco tiempo que estuvimos en New York en el ejercicio profesional, como director del periódico La Noticia y del Espacio Revista de Rahintel en las Noticias en New York, me propuse dirigir la Asociación de Periodistas, Dominicanos en New York que en el momento presidia el periodista Amín Cruz, porque entendía que había que fortalecer la unidad del gremio, muy fragmentada.
En ese propósito, solo encontré un obstáculo, la corresponsal del Listín Diario en NY, la periodista Zunilda Fondeur, quien tenía más de como 20 años viviendo en ese Estado, y me acusó de que en tan poco tiempo “no teníamos derecho a presidir ese organismo tan importante de los periodistas dominicanos y que el turno era de ella.”
Trató de dividir ese sindicato de periodistas en New York y con ella se fueron nueve colegas, de más de 160 que tenía la matrícula del gremio profesional.
Ese grupo invitó a “una asamblea de periodistas” donde asistieron bodegueros y hasta taxistas. Se intentó realizar unas elecciones en el Club de Tamborileños en New York, ubicado en la avenida Ámsterdam. Esa asamblea era ilegal, ya que no estaba convocada por la dirección del gremio.
Al lugar un grupo de colegas encabezados por nosotros, Arismendi González, Carlos Luciano, Darío Abreu, Nelson Rossi, Moisés Iturbide, Freddy Galarza, entre otros, acudimos con otros 150 periodistas que nos seguían, con el fin de impedir que se realizara esa asamblea de falsos periodistas.
Salimos del local, llamamos la Policía Estatal, acudieron y desalojaron a los usurpadores que, con un grupo de la comunidad, activistas sociales, taxistas y bodegueros pretendieron realizar una “asamblea” en la calle, en apenas cinco minutos, presididos por Zunilda Fondeur, pero tuvieron que marcharse, porque la Policía les dijo que no tenían permiso para reunirse en la vía pública.
Posteriormente, Amín Cruz, que también era presidente del Club Deportivo convocó a una asamblea en la calle 165 esquina Broadway y ahí resulté electo como Presidente de la Asociación de Periodistas Dominicanos en New York.
La celebración la realizamos en el local de Tu casa restaurant, en la avenida Broadway, de forma multitudinaria, con decenas de periodistas dominicanos. Asistieron como invitados periodistas de otras nacionalidades y el cónsul dominicano en New York, el escritor Héctor Pérez Reyes.
Allí tomamos juramento a la plancha ganadora de esos comicios y que la completaban Modestina González, Ana Pereyra, Arismendy González, Darío Abreu, Moisés Iturbide y Nelson Rossi, entre otros.
Así desarrollamos y fortalecimos la unidad de los periodistas dominicanos en New York y concluimos una historia gremial presidiendo la Asociación de los Periodistas Dominicanos en New York.
